Se despertó en medio del silencio.
Un tic-tac arto conocido le indicó que estaba en su cuarto.
La aparición bajo sus parpados de un rostro sin ojos que le llenaba de frio el corazón la hizo temblar, y bajo las cobijas se abrazó a sí misma, tratando de sacar de su cabeza aquel horrible recuerdo.
«Fue solo un sueño, solo un sueño, fue solo una horrible pesadilla» se repitió eso a si misma hasta que poco a poco su respiración se normalizó.
Sintió su garganta seca, y decidió bajar a la cocina por un vaso de agua.
Mientras bajaba las escaleras escuchó voces.
Una era la de su madre, pero la otra era una voz de hombre, grave y profunda.
En cuanto reconoció la voz comenzó a temblar.
Esa era la voz del hombre de su sueño, pero entonces... ¿acaso no había sido un sueño?
Corrió rápidamente hasta llegar a la cocina, donde un hombre alto de cabello y ropas negras estaba sentado en la mesa del comedor frente a su madre, quien tenía la mirada en el suelo con los ojos rojos, como si hubiera estado llorando.
Ambos giraron la cabeza al tiempo al escuchar los ruidosos pasos de la chica e interrumpieron de inmediato su conversación.
– Cariño, despertaste –dijo su madre con voz nerviosa.
– ¿Quién es él? –preguntó la chica, ignorando a su madre.
– ¿Él? Él es...
– Soy el profesor Severus Snape, es un gusto verte, Violet.
El hombre dijo esto mientras una corta sonrisa aparecía en su rostro, pero al ver el terror en el rostro de la chica la sonrisa desapareció.
– ¿Ya estas mejor?
– ¿Me-jor...?- murmuró lentamente al comprender– ¿quiere decir que esa cosa... quiere decir que... era real?
El hombre asintió.
– Su nombre es Dementor.
– ¿De...mentor? –preguntó Violet en un susurro mientras se apoyaba en la pared, al borde del desmayo.
– Violet, siéntate, por favor. Hay algo de lo que debemos hablar –le dijo su madre, acercándose a ella.
La chica se acercó lentamente a la mesa y se sentó en la silla más alejada de ambos.
– ¿Qué es lo que está pasando aquí? –preguntó la chica aterrorizada, aunque en realidad no estaba segura de querer saber la respuesta.
– Cielo... –comenzó su madre, deteniéndose de inmediato cuando las lágrimas volvieron a sus ojos– lo siento –dijo sollozando– lo siento tanto, pensé que... que si no lo sabias... estarías a salvo, pero ahora esa criatura... si no fuera por Severus, tu...
– Por favor, Eliade –pidió el hombre–, déjame que se lo explique.
La mujer asintió con la cara cubierta por sus manos.
–Violet, lo que sucedió hoy no es ni la milésima parte de lo que te ha pasado desde que tienes siete años, cosas extrañas he inexplicables te han sucedido ¿no es así? –Le preguntó el hombre– como aquella vez en que un perro rabioso te perseguía y otro perro, totalmente desconocido, te defendió. O cuando a los diez años en navidad un auto casi te atropella, pero milagrosamente la calle estaba cubierta de hielo y el auto derrapó y se estrelló contra un árbol, ¿recuerdas eso?
– Yo no... –comenzó a replicar Violet.
No recordaba que nada como eso le hubiese sucedido. Pero en ese preciso momento las imágenes llegaron a su mente como una avalancha, haciendo que se quedara en blanco por un momento.
– ¿Cómo es que...? Acabo de recordarlo de repente, cosas que ni si quiera parece que hayan sucedido.
Rápidamente se lleva las manos a la cabeza, pues la confusión la estaba mareando.
– ¿Qué es lo que me pasa?
– Tus recuerdos están volviendo. –Le dijo Snape– el hechizo está desapareciendo, Eliade.
La mujer levantó la mirada hacia Snape y luego miró a su hija con los ojos rojos anegados en lágrimas.
– Debes tomar una decisión antes de que llegue Dumbledore.
El sonido del timbre los sobresaltó a los tres, quienes miraron con sorpresa hacia el pasillo oscuro que llevaba hacia la puerta de la salida.
– Debe ser él –anunció Snape.
Eliade se limpió la cara rápidamente con la manga de su camisa.
Violet estaba tan confundida con todos esos recuerdos –en muchos de los cuales aparecía Snape y un alto anciano de cabello blanco– que no notó la presencia tras ella hasta que este hablo con una voz baja y profunda.
– Buenos días, Violet, Eliade, Severus.
La chica miro el reloj que había en la pared frente a ella antes que al hombre que estaba parado justo atrás de ella. Eran las 3:30 de la madrugada. ¿Cuánto tiempo había estado dormida?
Violet se giró lentamente y vio a un anciano de cabello blanco y gafas de media luna, pero no era cualquier anciano, era el anciano de sus "recuerdos".
Iba vestido con una túnica de color verde botella, cocido con hilos dorados y un gran sombrero a juego.– Dumbledore, parece que el hechizo desmemorizante se está desvaneciendo –anunció Snape.
– Tal parece que la magia de su padre aún sigue actuando –dijo.
Snape puso mala cara ante este comentario.
– Es inútil volver a hechizarla a sabiendas de que en unos cuantos meses tendríamos que volver. Además, me preocupa que esto pueda dañar su mente de forma permanente.
– A mí también –corroboró Snape– no puede seguir borrándole la memoria cada vez que algo como esto suceda.
– Quieren decir que... –Eliade comenzó a hablar con la voz quebradiza como el cristal.
– Sí, Eliade, Violet debe comenzar sus estudios, este lugar ya no es seguro para ella –dijo el anciano– en realidad, ya no es seguro para ninguna de las dos.
– ¿Que quieren decir con iniciar mis estudios? ¿Cómo que este lugar ya no es seguro para nosotras? ¿De qué está hablando?
Violet los asechó con todas estas preguntas mientras aún se sostenía la cabeza por el mareo.
– Quiero decir, que ya es hora de que comiences tus estudios en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.
– Pero si... la magia... no... existe –comentó la chica, perpleja
– Por supuesto que existe, y tú, mi apreciada muchacha, eres una bruja.
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La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)
FanfictionViolet Bancroft es una chica prodigio pero ademas de eso... Ella es una bruja. Su misión no será fácil, pero deberá sobreponerse a la adversidad y aprender a conocer su nuevo mundo con todo lo que conlleva ser una bruja, una aprendiz de alquimista y...