Capítulo 14

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Se dirigió hacia las escaleras y comenzó a subir con cautela, tratando de no caerse en aquellas mortíferas sandalias de tacón, no quería tener que llamar a Clover a menos de un minuto de haberse ido por romperse la pierna en la subida. Cuando por fin llegó al primer piso la música se escuchaba venir del final del pasillo. Caminó hacia allí tratando de tragarse los nervios. Nunca había estado en una fiesta, pero era su año de graduación y no podía perderse el prom.

La entrada lateral de gimnasio estaba vacía, y abrió la puerta solo un poco, mirando hacia adentro. Todo estaba lleno de papel maché y luces estroboscópicas, había una gran bola de disco en el centro de la improvisada pista, y una buena banda de principiantes tocaba 'Smell like teen spirit' montados en la tarima.

Alguien jaló la puerta hacia adentro del gimnasio y Violet estuvo a punto de caer.

– ¡Oh! Lo siento... –dijo un chico mientras salía y se dirigía al baño.

Ya no podía seguir escondiéndose. Varias personas que estaban adentro la miraban. Violet tomó valor y entró en el "salón de baile." Nada más entrar, un grito resonó en todo el salón opacando incluso a la ruidosa banda.

– ¡Violet está aqui!

Varios aullidos de lobos resonaron en el lugar, como si una manada hubiera arribado, pero solo era el equipo de fútbol y el chico que gritaba solo era Luke, el capitán. El chico de 18 años la tomó de la mano y la llevó a una esquina del gimnasio en donde el equipo entero estaba reunido.

Después de eso todo fue un borrón que no logró recordar muy bien cuando ya estuvo en su casa, en la comodidad de su habitación, llorando como nunca lo había hecho.

Al parecer era un ritual de la escuela. Violet no lo sabía porque nunca había ido a una sola fiesta desde que había ingresado. Las chicas eran pasadas de mano en mano de los chicos, bailaban un momento y luego eran pasadas al siguiente. Cada vez que llegaba a una de las mesas de los tragos –los chicos del equipo de fútbol las llamaban bases– Violet debía tomarse uno (¿había licor en el ponche y los maestros no se daban cuenta?). Cuando por fin llegó a los brazos de Marco Millar, Violet tenía los pómulos sonrosados, se reía por casi todo lo que le decían, estaba mareada y veía todo levemente borroso.

– Veo que te diviertes –le dijo Marco mientras la música pasaba de 'Rock the Casbah' a una canción más lenta que Violet no reconoció.

El aliento del muchacho olía a alcohol y ponche de frutas.

– Es la primera vez que bebo.

Violet no sabía porque lo decía pero sintió la necesidad de aclararlo.

Marco se rio.

Era una risa suave. Su boca estaba junto al oído de Violet, que sintió el aliento cálido del muchacho rozarle los vellos de la nuca y luego el rubor le cubrió todo el rostro.

Violet agradecía la oscuridad del salón.

– Te creo. –le dijo el muchacho– Estas hermosa, por cierto.

Violet se sonrojó más, si es que eso era posible.

Bailaron un rato más. Violet sentía como si el tiempo que bailaba con Marco fuera más largo y pasara más lento que con los otros chicos.

– No viniste al partido.

El partido. ¡Mierda! Lo había olvidado por completo.

– Lo siento. Tuve algunos problemas... ¿Ganaron?

– Sí, claro. –Dijo esto como si fuera algo obvio– ¿Qué Problemas?

¿Qué podía decirle? ¿Qué había tenido problemas mientras se mudaba a Londres y compraba su varita mágica y su lechuza mensajera?

La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora