La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)

Capítulo 24

La Heladería Florean Fortescue quedaba en una de las terrazas del Callejón Diagon, había paraguas color pastel y algunas personas sentadas comiendo copas de helado de aspecto delicioso.

Cedric y Violet se sentaron uno frente al otro y el muchacho ordenó helado de caramelo para ambos.

¿Qué era lo que la chica hacía allí? No tenía la menor idea.

Cuando Cedric Diggory le hizo aquella invitación, lo único que pasó por su cabeza fue "¡Helado Mágico!", no el hecho de que un muchacho la estuviera invitando a tomar algo con él, a solas, un muchacho completamente desconocido para ella.

«Tienes que controlarte, Violet». –se reprendió en su fuero interno.

El joven la miraba fijamente mientras sonreía, haciéndola sonrojar.

Violet sintió, como siempre le pasaba, que la única forma de defenderse era atacar.

– ¿Podrías, por favor, dejar de mirarme con esa expresión? es incómodo –le dijo.

– ¿Expresión de qué?

– De idiota.

El muchacho retrocedió un poco en su silla.

– Que hostil.

La chica sonrió con sarcasmo justo antes de que sus helados llegaran. Violet llevaba meses sin probar ese maravilloso postre congelado, y antes de que ambos pudieran desearse el 'buen provecho', ella ya tenía una cucharada de aquel manjar derritiéndose en su boca.

–Oye tranquila, parece que no hubieras comido helado en tu vida.

Violet casi sentía que fuese así.

– Nunca había probado algo tan delicioso en mi vida.

Cedric se la quedó mirando un rato con la cara llena de diversión.

La chica podía sentir como la sangre subía rápidamente a sus mejillas.

«¡Contrólate, Violet, joder!»

El muchacho parecía interrogarle con la mirada.

– Quiero decir que... –piensa, Violet, piensa–...en América no los hacen tan buenos.

– ¿Así que allí viviste todos estos años? ¿En América? –preguntó Cedric.

Violet no respondió, ya era demasiada información para dársela, así como así, a un desconocido. La chica no creía que fuera buena idea soltarlo todo de primerazo. Giró la mirada de los ojos del chico y la dirigió a la terraza.

– Mmm... –murmuró pensativo– ¿entonces te parece si comienzo yo hablando? –tal vez pensaba que, si le contaba su vida primero, ella podría relajarse y le narrase la suya propia.

Violet levantó los hombros como diciendo que no le importaba.

– Tengo 15 años –comenzó– comenzaré mi quinto año en Hogwarts y pertenezco a Hufflepuff.

– Lealtad y trabajo duro ¿eh? –dijo ella sin dejar de mirar la terraza y recordando lo que había leído en «Historia de Hogwarts».

– Efectivamente –confirmó él y luego continuó– soy el primero en mi clase de herbología y pertenezco al equipo de Quidditch de mi casa.

En ese momento la mirada de Violet se retiró de la terraza y aterrizó en los verdes ojos de Cedric Diggory.

– Te gusta el Quidditch, ¿verdad?

Esa era una pregunta tonta, teniendo en cuenta el lugar donde habían estado poco antes.

Violet levantó una ceja.