Capítulo 11

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Cuando se habían alejado lo suficiente de la tienda de varitas, Violet se dirigió a su madre.

– ¿Me caí de una escoba y rompí la varita de mi madre? –le increpó la chica.

– Fue Dumbledore quien sugirió esa idea. No queremos que la gente equivocada se entere que no tienes ningún conocimiento mágico a tus trece años. –le explicó su madre.

– Esta bien, pero... ¿Cómo es eso de las escobas? –le preguntó la chica sin darle importancia al hecho de que al parecer, todos pensaran que su vida corría peligro.

Su madre le lanzó una mirada cómplice.

– ¿Existen las escobas voladoras?

Violet se veía radiante y animada.

– Si quieres una podemos comprarla.

– ¡Obviamente! ¡Debimos empezar por ahí y no por las lechuzas!

Ante este comentario, ambas aves ulularon de forma indignadamente furiosa.

– Ya, perdón, perdón. –dijo dirigiéndose a las lechuzas.

Eliade rio.

– Bien, vamos por tu escoba.

Cuando estuvieron frente a la tienda, Violet se quedó mirando lo que había tras el mostrador, y que un par de chicos y algunos adultos miraban con expresión de deseo –y casi babeando el cristal que impedía que devoraran lo que había tras él–. No miraba la escoba color dorado con la frase «Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch» que conformaba el letrero, ni las pelotas o pequeños objetos que zumbaban dentro del lugar; miraba la escoba que estaba tras el mostrador. No era igual a las escobas que hubiera visto con anterioridad, esta era hermosa, con madera brillante y detalles dorados... «¿De veras puedo volar en esto?» pensaba Violet mientras leía el letrero que había junto a la escoba:

SAETA DE FUEGO

Este ultimísimo modelo de escoba de carreras dispone de un palo de fresno ultra fino y aerodinámico, tratado con una cera durísima, y está numerado a mano con su propia matrícula. Cada una de las ramitas de abedul de la cola ha sido especialmente seleccionada y afilada hasta conseguir la perfección aerodinámica. Todo ello otorga a la Saeta de Fuego un equilibrio insuperable y una precisión milimétrica. La Saeta de Fuego tiene una aceleración de 0 a 240 km/hora en diez segundos, e incorpora un sistema indestructible de frenado por encantamiento. Preguntar precio en el interior.

– No se ve barata... –comentó Violet.

– Tu madre era una gran fanática del Quidditch, ¿sabes?, y una gran jugadora también. Le habría gustado que tú tuvieras la mejor escoba, sin importar cuanto valiera.

– ¿Qué es Quidditch?

– Es el deporte más jugado por los magos, es famosísimo, casi como el beisbol en américa. –le explicó su madre.

– ¿Y juegan montados sobre escobas?

Su madre asintió.

– ¡Genial!

Pero luego pensó en todos los libros que tendría que comprar para adelantar los tres años de estudio perdidos.

– Creo que debo priorizar el estudio antes que otras cosas, mamá, no es necesario comprar una escoba...

Pero antes de que pudiera terminar de hablar su madre ya había entrado en la tienda.

– ¿Mamá?

La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora