Su siguiente clase, Transformaciones, pasó sin ningún altercado aparente, aunque gracias al ánimo bajo que había dejado la clase anterior, la profesora McGonagall dejó muy en claro lo imprecisa que podía ser la adivinación y la poca atención que debían prestarle a una rama de la magia tan poco confiable.
Así que, ¿por qué tenía que estudiar esa asignatura en especial? No le parecía una materia precisamente esencial.
Lo descubrió poco después durante el almuerzo, cuando Harry le mostró su horario para ver si compartían la siguiente clase.
— ¿Todos matriculamos las mismas materias? ¡Qué casualidad! —exclamó Hermione mientras le sonreía en un esfuerzo por trabar conversación con Violet.
La chica presentía que se sentía un poco mal por el intercambio la noche anterior con sus compañeras de cuarto.
— ¿Matricular? —preguntó ella sin poder evitarlo.
— Si, la mayoría de las asignaturas son el pensum obligatorio, pero hay algunas materias como Aritmancia o Adivinación que son electivas
— ¿Electivas? —repitió Violet como una idiota
— Si —confirmó la morena— acaso... ¿no te dieron a elegir?
Violet frunció el ceño, ahora lo entendía todo. Maldito viejo.
— Si quieres puedes hablar con la profesora McGonagall, tal vez ella pueda arreglar tus horarios. Yo estoy pensando seriamente en abandonar Adivinación.
Violet sonrió. — Si, yo también —confirmó.
— Tal vez podríamos tomar Aritmancia juntas —dijo con un deje de esperanza en la voz.
Violet lo pensó un poco. Ella era la mejor amiga de Harry, no podía solo ignorarla, eso no ayudaría en nada, además, no podía ser tan mala.
— Si, suena bien —Aceptó Violet sonriendo.
— Pero, ¿no te preocupa? —le decía Ron a Harry.
— Ánimo, Ron —dijo Hermione, empujando hacia él una bandeja de estofado—. Ya has oído a la profesora McGonagall.
Ron se sirvió estofado con una cuchara y cogió su tenedor, pero no empezó a comer
— Harry —dijo en voz baja y grave—, tú no has visto en ningún sitio un perro negro y grande, ¿verdad?
— Sí, lo he visto —dijo Harry— Lo vi la noche que abandoné la casa de los Dursley.
Ron dejó caer el tenedor, que hizo mucho ruido.
Violet había olvidado ese detalle, Harry le había contado sobre un gran perro negro siguiendolo cuando salió de la casa de sus tíos muggles.
— Probablemente, un perro callejero —dijo Hermione muy tranquila.
Ron miró a Hermione como si se hubiera vuelto loca.
— Hermione, si Harry ha visto un Grim, eso es... eso es terrible —aseguró—. Mi tío Bilius vio uno y.. ¡murió veinticuatro horas más tarde!
—Casualidad —arguyó Hermione sin darle importancia, sirviéndose zumo de calabaza.
—¡No sabes lo que dices! —dijo Ron empezando a enfadarse—. Los Grims ponen los pelos de punta a la mayoría de los brujos.
—Ahí tienes la prueba —dijo Hermione en tono de superioridad—. Ven al Grim y se mueren de miedo. El Grim no es un augurio, ¡es la causa de la muerte! Y Harry todavía está con nosotros porque no es lo bastante tonto para ver uno y pensar: «¡Me marcho al otro barrio!»
Violet miraba la pelea mientras cortaba un trozo de carne, levantó una ceja hacia Harry que también se divertía mirando la escena.
Ron movió los labios sin pronunciar nada, para que Hermione comprendiera sin que Harry se enterase. Hermione abrió la mochila, sacó su libro de Aritmancia y lo apoyó abierto en la jarra de zumo.
—Creo que la adivinación es algo muy impreciso —dijo buscando una página—; si quieres saber mi opinión, creo que hay que hacer muchas conjeturas.
— No había nada de impreciso en el Grim que se dibujó en la taza —dijo Ron acalorado.
— No estabas tan seguro de eso cuando le decías a Harry que se trataba de una oveja —repuso Hermione con serenidad.
— ¡La profesora Trelawney dijo que no tenías un aura adecuada para la adivinación! Lo que pasa es que no te gusta no ser la primera de la clase.
Ups. Aquello lucía como un tema delicado. Ron parecía necesitar una clase de tacto con urgencia.
Hermione golpeó la mesa con el libro con tanta fuerza que salpicó carne y zanahoria por todos lados.
— Si ser buena en Adivinación significa que tengo que hacer como que veo augurios de muerte en los posos del té, no estoy segura de que vaya a seguir estudiando mucho tiempo esa asignatura. Esa clase fue una porquería comparada con la de Aritmancia.
Cogió la mochila y se fue sin despedirse.
Ron la siguió con la vista, frunciendo el entrecejo.
— Pero ¿de qué habla? ¡Todavía no ha asistido a ninguna clase de Aritmancia!
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La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)
FanfictionViolet Bancroft es una chica prodigio pero ademas de eso... Ella es una bruja. Su misión no será fácil, pero deberá sobreponerse a la adversidad y aprender a conocer su nuevo mundo con todo lo que conlleva ser una bruja, una aprendiz de alquimista y...