Los cuatro se dirigieron hacia su siguiente clase en silencio. Fuera del castillo el clima era un poco frío pero el aire era agradable.
Aquella clase al parecer la tendrían junto con los de tercer año de Slytherin, justo frente a ellos, algunos chicos con corbatas y bufandas color plata y esmeralda parecerían reírse de algún chiste privado, Harry hizo un sonido de descontento.
Hagrid, el semigigante, acompañado por un gran danés de aspecto descuidado y perezoso, los esperaba al borde de un gran bosque viejo y bastante aterrador; los saludó con entusiasmo diciéndoles que lo siguieran al interior del bosque.
— No se supone que el bosque prohibido es... bueno, ¿prohibido?
— Así es, pero Hagrid es el guardabosques así que... —respondió Ron encogiéndose de hombros.
— ¡Acérquense todos a la cerca! —gritó—. Asegúrense de que tienen buena visión. Lo primero que tienen que hacer es abrir los libros...
— ¿De qué modo? —cuestionó una voz fría y arrastrada, Violet miró hacia donde estaban los Slytherins solo para ver qué se trataba de Draco Malfoy.
— ¿Qué? —preguntó Hagrid.
— ¿De qué modo abrimos los libros? —repitió Malfoy.
El chico sacó su ejemplar de El monstruoso libro de los monstruos, que había atado con una cuerda.
Otros lo imitaron. Unos habían atado el libro con un cinturón; otros lo habían metido muy apretado en la mochila o lo habían sujetado con pinzas, Violet le había lanzado un hechizo retenedor y había tenido que aturdirlo para poder leerlo.
— ¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? —preguntó Hagrid decepcionado. La clase entera negó con la cabeza— Tienen que acariciarlo —dijo Hagrid, como si fuera lo más obvio del mundo—. Miren...
Cogió el ejemplar de Hermione y desprendió el celo mágico que lo sujetaba. El libro intentó morderle, pero Hagrid le pasó por el lomo su enorme dedo índice, y el libro se estremeció, se abrió y quedó tranquilo en su mano.
— ¡Qué tontos hemos sido todos! —dijo Draco despectivamente—. ¡Teníamos que acariciarlo! ¿Cómo no se nos ocurrió?
— Yo... yo pensé que les haría gracia —le dijo Hagrid a Hermione, dubitativo.
— ¡Ah, qué gracia nos hace...! —dijo Draco—. ¡Realmente ingenioso, hacernos comprar libros que quieren comernos las manos!
— Cierra la boca, Malfoy —le dijo Harry en voz baja.
— Bien, pues —dijo Hagrid, que parecía haber perdido el hilo y se veía un poco triste—. Así que... ya tienen los libros y... y... ahora les hacen falta las criaturas mágicas. Sí, así que iré a por ellas. Esperen un momento...
Se alejó de ellos, penetró en el bosque y se perdió de vista.
— Dios mío, este lugar está en decadencia —dijo Malfoy en voz alta—. Estas clases idiotas... A mi padre le dará un patatús cuando se lo cuente.
— Cierra la boca, Malfoy —repitió Harry.
— Cuidado, Potter, hay un Dementor detrás de ti.
Draco Malfoy estaba dando pasos gigantes hacia su lista de personas odiadas, definitivamente era un matón. Violet había tenido que luchar con muchos así en su vida. No pensaba dejar que arruinaran también su vida escolar en Gran Bretaña.
— ¡Uuuuuh! —gritó Lavender Brown, señalando hacia la otra parte del prado.
Trotando en dirección a ellos se acercaba una docena de increíbles hipogrifos —criaturas mágicas que tienen las patas delanteras, las alas y la cabeza de un águila gigante y el cuerpo, las patas traseras y la cola de un caballo— Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.
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La Princesa de la Alquimia (Harry Potter Fanfic)
FanfictionViolet Bancroft es una chica prodigio pero ademas de eso... Ella es una bruja. Su misión no será fácil, pero deberá sobreponerse a la adversidad y aprender a conocer su nuevo mundo con todo lo que conlleva ser una bruja, una aprendiz de alquimista y...