EL VIAJE A Desembarco del Rey fue tedioso. Creía que el tiempo no pasaba tan despacio, pero me equivocaba. Estaba agotada dentro del carruaje con las doncellas y mi pequeño dormido la mayor parte del camino. No entendía por qué ese niño mío no lloraba ni gimoteaba, tan sólo observaba todo en silencio, curioso. Parecía que pudiera descrifrarlo todo con sus fantasmagóricos ojos grises. Aquello no me intimidaba ni un poco, esos mismos ojos grises me miraban con amor. Entrar de nuevo en la Capital sólo me recordó el tiempo que llevaba sin hacerlo, porque se me había olvidado todo; su peste a pescado podrido, gente muy pobre y, sobre todo, el vicio que se respiraba en el ambiente. Agradecí la entrada al Palacio, porque al menos sus jardines plagados de flores disimulaban un poco la nauseabunda olor de la ciudad a sus pies. Desde luego no fue tan grata bienvenida como me aguardaba.
— Emma, bienvenida – Saludó con un tono infantil y sepenteante —, aguardábamos tu visita, hija.
Puse los ojos en blanco mientras sostenía a mi hijo contra mi pecho. Sabía que en esta ciudad, no podría dejar a este bebé sin mi protección en este momento, haría muchos enemigos durante mi estancia, pero esta, en concreto, era mi némesis.
— Tu padre debería haberte enseñado a hablar mejor, Lysa – Comenté con indiferencia, acercándome a ella —, es Lady Aemma del Valle de Arryn, y desde luego, nada de hija.
Pasé de largo siguiendo el camino empedrado hacia el interior del Castillo, repitiéndome en la cabeza lo mucho que odiaba a esa niña estúpida que debía ser, al menos, un año o dos más pequeña que yo. Era una niña estúpida, como su desgraciada hermana.
Un escolta me guió hasta la Sala del Trono, donde aseguraba me estaba esperando Padre. Al entrar, la magneficencia de aquel lugar me invadió una vez más, como cuando era una niña. Me veía en todos los rincones de aquel lugar, corriendo con Rhaegar detrás de mí para ver quién llegaba antes a la Biblioteca. Sonreí con nostalgia al recordar que ese viejo amigo mío ya no pasearía por este Palacio junto a Elia y sus hijos. Aquello me entristeció y, a su vez, me hizo arder de la ira y la rabia, que era lo único que sentía en ese preciso momento. Estaba ciega de ambas cosas, quería más que nadie a esos Targaryen muertos, así como todo recuerdo de Lyanna que mantuviera en mi pensamiento.— ¡Aemma!
Parpadeé varias veces en un intento de salir de mi marea de pensamientos. Cuando alcé mi mirada, ví a Robert acercándose hacia mí rápidamente y a Padre intentando seguirle el paso.
— Mi pobre Robert – Murmuré alzando mi mano y acariciando su mejilla —, tiempos duros os han acontecido.
Su mirada fue directa al bulto que sostenía entre mis brazos y sonrió al ver su cara.
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El Valle de los Bastardos || AU || Ned Stark
FanficLa Familia Stark, encabezada por Lord Eddard, la familia perfecta, cargada de honor, cariño y títulos. ¿Qué sucedería si todo lo que se conoce de Ned Stark no fuera del todo cierto?