Eddard

2.9K 126 7
                                    

                    EL SENTIMIENTO QUE me invadía aquella mañana no era más que la nostalgia y melancolía previa a mi marchar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

                    EL SENTIMIENTO QUE me invadía aquella mañana no era más que la nostalgia y melancolía previa a mi marchar. El despertar de mi mente fue demasiado lento, como si realmente no quisiera darme cuenta del futuro que debía afrontar. Al levantarme de mi dura cama, mi mirada examinó con detalle la habitación que me había visto crecer, sabiendo que esta podría ser la última vez que la vea tal y como se encuentra. Pese a que los armarios y baúles estaban vacíos, podía recordar a la perfección mis cosas inundando los viejos estantes que colgaban de las piedras de los muros de Invernalia.
             Bajé directamente hacia el Comedor, con la esperanza de que mis hermanos de encontraran allí, aún sabiendo que era demasiado temprano en la madrugada como para que alguno de ellos estuviera en pie. La sonrisa se desvaneció de mi rostro y, aún sin verme, sabía que una mueca de tristeza invadía mi rostro. Entré al comedor tras saludar a los guardias que abrieron las puertas para mí. Las velas de los candelabros estaban encendidas, y aún así lucía oscuro, con la poca luz que entraba del exterior por las ventanas ojivales de la habitación. Hoy nevaba con ligereza, en comparación a ayer, o antes de ayer.
           Mi mirada fue rápidamente hacia la larga mesa, donde habían cuatro cuerpos sentados. Sin poder evitarlo, una sonrisa invadió mis labios y mis mejillas se alzaron alegres, entrecerrando mis ojos. Todos estaban allí para despedirme, incluso Benjen se había despertado. Caminé a paso rápido hacia mi lugar en la mesa, deseando que el tiempo no pasara jamás. Tomé mi asiento al lado de mi hermana y justo enfrente de Brandon.

— Se te ve muy alegre – Se burló Bran alzando una de sus pobladas cejas, sonriendo lateralmente, mostrando el blanco de sus dientes con sátira —, ¿tantas ganas tienes de llegar con las águilas?

— En realidad, su emblema es un halcón, no un águila – Corrigió Lord Stark alzando la voz para lograr acallar las pequeñas risas de Brandon. Acto seguido, apoyó sus codos sobre la vieja madera de la mesa, cerró sus puños y, sobre ellos, apoyó su barbilla cubierta de una ligera capa de bello — Estarás en El Valle de Arryn en tres días, si el tiempo favorece. Y tu presencia debe ser la más exquisita.

— ¡Lo será! – Afirmó mi hermana impulsivamente, como todo acto que cometía. Lyanna sonrió con soberbia en sus labios y, alzando una de sus cejas, prosiguió — Teniendo en cuenta que no tendrán con quién compararle.

        Las risas estallaron en la mesa acto seguido, Brandon incluso golpeaba la mesa con su puño mientras curvaba su cabeza hacia atrás, carcajeándose de mi desgracia. Benjen a penas comprendía de qué hablábamos, por lo que se dedicó a comer mientras movía sus piernas nerviosas de un lado hacia otro. Padre lanzó una mirada a mis hermanos, y el silencio se hizo nuevamente en la mesa.

— De hecho, sí la tendrá – Corrigió padre tosiendo ligeramente, casi con incomodidad — El joven Robert, hijo de Lord Steffon Baratheon, también será pupilo de Lord Arryn. Tengo entendido que el chico tiene un gran carisma y una muy refinada educación sureña que, sin duda, el Señor del Nido sabrá valorar.

El Valle de los Bastardos || AU || Ned StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora