TODO ESTABA LISTO para la llegada de la comitiva del Rey. Y, sobre todo, todos estábamos listos. Yo me encontraba sentada en el Trono de Madera, con Edrick sentado en el Trono que anteriormente me perteneció. Todos mis hijos se encontraban ordenados en fila detrás de mí y, la pequeña Serena, en brazos de su hermano Ellard. Sharra se encontraba de pie a mi izquierda, mientras Lysa y Robin estaban camuflados entre la nobleza del Valle, quienes aguardaban a que el Rey y la Reina aparecieran. Habían anunciado que acababan de a travesar las Puertas de la Luna, por lo que, en seguida estarían aquí. Poco después, aparecieron dos soldados abriendo las enormes y pesadas puertas de roble.
— Mi Señora – Me habló alto –, sus majestades el Rey Robert, la Reina Cersei y los Príncipes; Joffrey, Myrcella y Tommen Baratheon.
Todos se alzaron de inmediato y yo junto a ellos. Pronto, ví cómo aquellas personas entraban en el Nido. Cersei estaba igual de bella que siempre. Sin embargo, Robert debía de haber engordado. Pues se había dejado crecer una gran y frondosa barba negra para tapar su enorme cuello. Aunque nada podría tapar su enorme barriga. La última vez que ví al Rey estaba igual de grande y enorme, pero ver sus mejillas rosadas después del arduo viaje a través de las Montañas Luna, realmente parecía un cochinillo asándose. Tras ellos, entraron sus hijos. El Príncipe Joffrey, la Princesa Myrcella y el Príncipe Tommen eran réplicas de Cersei. Todos ellos tenían una larga melena dorada y unos brillantes ojos verdes. De ellos, mi favorito siempre había sido Myrcella. A diferencia de Joffrey, quien era cruel y malcriado, ella era pura bondad.
— Sean bienvenidos al Nido, sus altezas – Deseé esbozando una pequeña sonrisa solemne, que todos ellos imitaron.
Ellos subieron las escaleras hacia el Trono en una larga fila y, al tenerlos en frente, todos hicimos una reverencia.
— Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pude verles – Comenté con añoranza —, están igual de apuestos.
— Deja la cortesía, Aemma – Dijo rápidamente Robert en un tono cansado y aborrecido —, somos hermanos.
Le sonreí con felicidad, aunque recordaba claramente las muecas de sus hermanos cada vez que Robert decía algo así. Ciertamente confraternizaba más con Ned y conmigo que con sus propios hermanos. Robert abrió sus brazos y, antes de que pudiera reaccionar, me envolvió entre ellos. Correspondí su abrazo y disfruté de su cariño, el poco que le quedaba. Recordaba a Robert como un joven amoroso y sin ninguna barrera para demostrar su cariño. Pero, desde la muerte de Lyanna, estaba cargado de amargura y, con ella, contagiaba a todos a su alrededor.
— Siento mucho lo de tu padre – Comentó triste, poniendo una mueca incómoda. Torció levemente su labio y noté cómo, por unos segundos, sus ojos se cristalizaron —, era un buen hombre. Siempre estará en nuestros pensamientos.
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El Valle de los Bastardos || AU || Ned Stark
Fiksi PenggemarLa Familia Stark, encabezada por Lord Eddard, la familia perfecta, cargada de honor, cariño y títulos. ¿Qué sucedería si todo lo que se conoce de Ned Stark no fuera del todo cierto?