— ¿SE PUEDE SABER qué vamos a hacer ahora? – Chillé sintiendo cómo mi cuerpo comenzaba a ponerse cada vez más nervioso. Comencé a andar de un lado a otro intentando mantener la calma — ¡Hay que ir a la guerra!
— Aemma, la guerra nunca es la solución a nuestros problemas – Aseguró Padre con su voz cargada de sobriedad — Para poder ir a la guerra necesitaremos aliados.
— ¡Pues consíguelos! ¡Como sea! – Respondí con mi tono más mordaz y decidido. Mi padre se detuvo un instante a observarme confundido, luego pareció calmarse un poco — ¿Qué harías si en lugar de Lyanna hubiera sido yo, Padre? ¿Me hubieras dejado a merced del Príncipe y, por consecuente, del Rey?
Suspiró pesadamente, llevando su índice y pulgar hacia el puente de su nariz y dejándolos reposar allí. Estaba estresado, se le notaba. Pero yo también lo estaba. No iba a permitir que dañaran a Lyanna y, cuanto más tiempo pasaba, menos podía cumplir mi deseo. Necesitaba apoyar a Ned, y verle, y abrazarle. Y si tenía que ir a la guerra por Lyanna, lo haría.
— Mi pequeña Aemma – Murmuró con dulzura tras un nuevo suspiro —, comprende que no por tener alas, todo lo que queda bajo de ellas te corresponde. Mantén la prudencia y nunca olvides tu honor.
...
Al principio no había entendido las palabras de Padre como me hubiera gustado; de primeras. Sin embargo, fui feliz al saber todo lo que sus palabras aconsecuaban. Habían pasado tres Lunas desde el incidente de Lyanna y, aunque me ardía el pesar de no poder tenerla ya con nosotros, debíamos ser cautos y no dar un paso en falso. Padre planeaba que ni el Rey ni el Príncipe Rhaegar se enteraran todavía de nuestros planes. Nuestra alianza no era muy poderosa, por ahora. Teníamos el Norte, el Oeste y Bastión de Tormentas, pero todavía necesitábamos conseguir más y mejores soldados, por lo que decidimos acudir a Aguasdulces para tener una reunión con Lord Tully. Habíamos escuchado rumores acerca de su poco afán por el Rey, así que quizás pueda ayudarnos a derrocarle.
Ciertamente, habían partes de la Historia a las que no les daba mucha credibilidad, puesto que conocí a Rhaegar desde mi nacimiento y él siempre había sido un hombre encantador, caballeroso y, sobre todo, dulce. Supongo que no todos somos lo que parecemos.Lo único que me mantenía feliz en esos tiempos era pensar que, tras el largo viaje, me reuniría con Eddard en Aguasdulces y, quizás, pudiéramos compartir el tiempo de la Guerra. También me emocionaba mucho el volver a ver a Robert, quien seguramente estaría mucho más afectado por el secuestro de su prometida. Únicamente deseaba que algo de todo esto acabara bien. Ned se había marchado a toda prisa a Invernalia a ocupar su lugar como el heredero legítimo de su padre, Robert había hecho exactamente lo mismo. Cuando sus padres fallecieron, ni siquiera se planteaba abandonar el Nido, únicamente lo hizo cuando Padre le pidió que se marchara a su hogar a reunir tropas para una guerra inminente.
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El Valle de los Bastardos || AU || Ned Stark
FanfictionLa Familia Stark, encabezada por Lord Eddard, la familia perfecta, cargada de honor, cariño y títulos. ¿Qué sucedería si todo lo que se conoce de Ned Stark no fuera del todo cierto?