Tortolitos

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Narra: Sabrina.

Posiblemente ya ha pasado mucho tiempo. Bueno, seamos cinseros, ya han pasado un par de años desde la última vez que hable con ustedes. No ha pasado nada nuevo, en excepción que todos ya nos graduamos, y Marco aún sigue siendo mi condena eterna.

Ese que he capaz de dar su vida por mi. Ese que es capaz de darme todo su amor sin pedir nada ha cambio, ese que sigue adueñandoze de mi ser sin piedad alguna. Aún sigue siendo ese chico arrogante, pervertido y con aire de arrogancia. ¿Y quieren saber que?. Eso me fascina.

Amo cada faceta de mi chico con cabellos de oro, y ojos tan preciosos como el cielo mismo. Su sonrisa aún me sigue matando por completo, muchos dirán que Marco es un hombre llenos de imperfecciones. ¿Y saben que?. Probablemente si.

Pero conozco todos sus defectos, y por ellos lo amo mucho más. El es mi vida, Marco es ese hombre que cambia tu perspectiva de ver la vida y te da tanta alegría.

-¿Ya pararas de admirarme?-me pregunta este con una sonrisa de medio lado.

Yo solo me salgo de mi escondite.

-¿Desde cuando sabes que estoy hay?-pregunto un tanto curiosa.

Esperaba una respuesta de su parte, pero en vez de eso. El solo me toma de la cintura y me tira en sima de el.

-Tu solo haces preguntas y preguntas-este se desase de mi camiseta.

-¿Que es lo que haces?-pregunto un tanto juguetona.

Marco me da una gran sonrisa. Y me pega a el, comienza a besar mi cuello. Bajando por mi clavicula y mordiendo mis pezones con fuerza.

-¡Ah!-suelto un gemido.

Yo lo tomo con fuerza de su rubio y abundante cabello. Y jalo de el.

-Tonto-yo muerde con fuerza su labio.

Asiendo que este se rompiera. Marco baja sus manos a mis bragas.

-Ni siquiera sete ocurra.

Pero el rubio no le dio importación a mi advertencia. Y con sus manos rompió por completo mis bragas.

-Eran mis favoritas-pronuncio un poquito molesta.

-Era-pronuncia en susurro.

Marco estaba apunto de darme un beso. Pero en ese instante los chicos entran, yo me pongo nuevamente mi camiseta. Que por suerte la blusa me llega más abajo de mis muslos, y eso es devido a que antes era de Marco. El rubio vio que me gustaba mucho y decidió regalarmela. El rubio me cubre un poco.

-Hola tortolitos-pronuncia un Ricky con una sonrisa.

-Guau. Creo que llegamos en un muy mal momento-dice ahora Erick.

-Hola Hola-dice de la nada Yisel.

La castaña se paraliza al vernos.

-Hu. Hola-pronuncio con una sonrisa nerviosa y abrazando el brazo de mi novio.

-Okay. ¿Que hacen aqui?-pregunta un Marco como si nada.

Yo le doy un golpe en el hombro. El me mira de mal manera.

- No deberíamos sorprendernos tanto. Estamos hablando de Marco, el es así-me dice mi sub conciente.

-Ya nos vamos.

-Nos vestimos y bajamos-le digo a los chicos.

- Okay. Lo vemos en diez minutos.

Los dos solo sentimos. Los chicos salen de nuestra habitación, permitiendo que Marco y yo nos podamos vestir con más tranquilidad. Yo me levanto de las piernas del rubio, intente caminar para alcanzar mi ropa. Pero en ese momento ciento una firme muñeca apretar mi mano.

-¿Que haces?-pregunto sonriente.

-Aún tenemos diez minutos-este se levanta.

Nuestros alientos se mezclan, y puedo sentir el calor de su musculoso y estructurado cuerpo.

-Ni lo pienses-le advierto.

- Yo que tu no aria eso.

Este sube mi cabello, mi piel se eriza al sentirlo tan cerca de mi.

- Ya sabes que me encanta lo prohibido.

- No tenemos tiempo-le recuerdo.

-Tenemos el suficiente.

-¿El suficiente para que?-pregunto coqueta.

Este se dasase nuevamente de mi camisa.

-Para hacerte olvidar tu nombre.

Este acaricia mi rostro y toca con sensualidad mis labios.

-Y hacerte gemir como una loca.

-Temo que ya loca soy, desde que te conocí.

- Que bueno que lo reconoces.

Este me alza, yo solo me sujeto de sus caderas con mis largas y pálidas piernas.

-Niñita.

Yo beso sus labios.

El fin de la historia y un último secreto {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora