Narra: Sabrina.
Cuerpo con cuerpo. Pálidas piernas entrelazadas como si fueran una, mi mano derecha acariciando cada ebra de su sedoso cabello rubio. Mientras mi mano izquierdaz, recorre su ancha espalda. Ver a Marco.
Es ver el deseo puro, su cuerpo era simplemente. Exitantes, sus besos. Te lograban calentar en solo cuestión de segundos, su preciosos rostro. Era como si fuera esculpido por los mismos angeles, y sus ojos. Dios, sus ojos parecían de otro universo.
Si manera de hablar, era simplemente dominante. ¿Como se supone que te puedes recistir a tanto deseo?. Ah tanto amor, a tanta lujuria y pasión. Verlo, era no solo tener aún Adonis dentro de sí, era más alla.
Era el puto amo del sexo, ese que te coje con tanta fuerza y precisión. Que se vuelve una adicción, pero mis sentimientos va más allá del simple placer. Marco me completaba, y por más que mi mente me pidiera que me alejara por que lo odiaba. Mi corazón realmente lo ama, y es que el era mi mundo.
Mi vida entera, en amor de mi vida. El dueño de mis fantasía, el Adonis de mis sueños. Se que no existe la persona perfecta, pero para mí. El lo era, era perfectamente imperfecto.
El alza su mirada adormilada y me regala una preciosa sonrisa.
–¿Alguna vez te había dicho que tú eres mi mundo?.
No pude evitar no sonrojarme al escuchar dicho comentario. Yo muerdo un poco mi labio inferior, hecho aún lado a el sexi rubio. Me subo en sima de el y empiezo a bajar sus jeans, el se acerca a mis labios y los muerde con fuerza. Exitandome aún más.
Sabía perfectamente lo que deseaba. Ya que yo lo deseaba también. Con mi mano derecha tomo su grande y grueso miembros y lo penetró dentro de mi vagina.
–¡Ahh...
El se acerca a mis cenos y empieza a subsionar uno por uno. En casa uno, muerde y lame juguetonamente. Posa sus grandes y tan masculinas manos, en mis caderas y empieza hacer sus embestidas más grandes. Yo subo y bajo con fuerza. Su rostro se pone un poco rojo.
Río un poco, el me toma del cuello y me coloca abajo de el, ahora es Marco el que tiene el control. Cautivado mis manos en las mías y la coloca en su espalda. Sus embestidas eran más fuertes que la otra, este no me permitía gemir. Ya que su lengua se encontraba dentro de mi boca, con mi brazos en su espalda, empulso más mía caderas. En buscas de más placer, mis pálidas piernas se encuentra rodeando su espalda.
Con mis largas uñas, araño un poco su espalda. La manera en como me asia el amor, era simplemente indescriptible. Volviendo las embestidas cada vez más y más fuerte, llevándome aun nuevo universo. Un conocido hormigeo se hace presente, los dos emos llegado al orgasmo. Lo puedo notar por su mirada, el aleja un poco su cuerpo de mi. Yo me posicionó de medio lado y acarició su rostro.
Con las llamas de sus dedos, sube y baja por mi pálida espalda.
–Extrañaba tanto esto.
–Y yo–no quería pensar en lo ocurrido.
Es que era simplemente, mi cerebro no podía creer aún. Que el día antes de nuestra boda, me allá sido infiel con mi hermana. Y es que conocia a Marco, pero también se que su primer amor. Siempre fue Melisa.
Así que el hecho de que se allan acostado la noche antes de nuestra boda, quizás podía ser real. Ya no lo se, son tantas posibilidades la cuales tendría que pensar muy bien.
–¿Que nos pasó?–le pregunto con tanta tristeza.
Las lágrimas solo amenazaban por salir.
–Hey hey–el se acerca a mi rostro y lo acaricia con tanta ternura.
Con tanto amor y tanta dulzura, se acerca a la comisura de mis labios y deja un casto beso en ellos.
–Estoy aquí con tigo. No pienso irme a ningún lado, tu eres mi mundo. Soy solo tuyo.
Quizás podrían ser solo palabras. Pero fuera mentira a verdad lo que decía, lo cierto era que lo amaba. Y disfrutaría cada segundo que tuviera a su lado. Yo acerco su perfecto rostro a el mío.
Y beso con dulzura sus labios.
–Te amo–el me devuelve el beso con más ternura.
–Yo más niñita–no pude evitar no soltar una pequeña risita al escuchar el apodo que me había puesto desde hace ya casi once años.
¿Y es que como podría olvidar la primera vez que nos conocimos?
*Flash*
10 años atrás.
Corro lo más que puedo para alcanzar a Germán. Obviamente el no me iba a esperar, y debía llegar con el. O si no mi padre me regañaria y de seguro me golpearía.
Corro y corro con todas mis fuerzas. Cuando siento que mi pequeño cuerpo choca con un duro pecho.
–¿Que ocurre con tigo?–era un chico. Y por el tono de su voz, podía desifrar que estaba enojado.
Hay no, lo que me faltaba. Mas problemas, si antes mi padre no estaba pensando en golpiarme. Bueno, ahora creo que sí lo va a pensar.
–Consideremonos mujer muerta–me recalca mi si sub conciente.
Tomando una gran bocados de oxígeno. Alzó mi mirada, encontrándome con un precioso chico de ojos azules. Cabello rubio, labios carnosos y preciosos y tez blanca. Sus facciones eran simplemente magestuosas.
Mi corazón se encontraba realmente acelerado, aunque ciertamente. No se por que.
–¿Que te pasa descerebrada?–me dice furiosa una guapísima chica de cabello negro.
Ojos azules y tez blanca.
–Perdón no fue mi intención–digo realmente nerviosa.
–¿Entonces para que tienes los malditos ojos?. Si no es para ver por dónde vas–me reclama furiosa la pelinegra.
Genial, otra persona me detesta. Y es como si fuera una maldición, ya que adonde llego. Mi vida es un total infierno.
Y sin ni siquiera esperarlo, siento como me toman por el brazo y me levanta bruscamente. Era Germán, luce realmente enojado. El solo me jala por todo el pasillo del instituto.
*Flash*
–¿Te encuentras bien?–yo acarició un poco más su abundante y tan liso cabello rubio.
Lo menos que deseaba en este momento, era que se acabará este instante.
–Si–le digo con una diminuta sonrisa.
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El fin de la historia y un último secreto {Terminada}
Ficção AdolescenteY es que ya no me imagino mi vida sin el a mi lado. Sin ese rudo chico de cabello rubio y ojos tan hermosos como el cielo mismo, ese chico malo que robó mi corazón desde un inicio.