El fin de la historia y un último secreto {Terminada}

Zorra venenosa

Narra: Sabrina.

-Gracias.

Yo salgo de la papelería.

-Sabrina.

Esa voz hace familia.

-Sabrina-yo me doy la vuelta. Encontrándome con ella.

La rubio se acerca a mi. Tenerla tan cerca, no me agrada nada.

-¿Cómo estás?.

- Bien. ¿Y tu?.

-Yo si estoy excelente. Muchas gracias por preguntar, hermana.

-¿Acaso dijo lo que escuchamos?.

-Hermanita linda.

Ohh.. Si lo dijo.

-Estaba revisando mi buzón. ¿Y adivina que vi?- no comprendía ah adonde nos llevaba está ridícula conversación.

- No la juzgue. No la conocemos tanto, de seguro sufrió un grande daño cerebral-me dice mi sub consciente.

-¿¡Que!?-actuo interes.

-Ninguna invitación ah tu boda.

................

-Esa zorra venenosa. No me digas que la invitaste-me pregunta curiosa la castaña.

-¿Como crees?.

-Hola-mis ojos se abren con alegría al verla.

Yo me levanto de mi asiento y le doy un fuerte abrazo. Desde ya hace dos años, no veía a Paloma. La prima de Marco.

-¿Cuando llegaste?-pregunto realmente emocionada por tenerla aquí.

-Llegue ayer.

Las dos tomamos asiento en el sofá.

-¿Y Erick?.

-Trabajando. Yisel-ella le da un beso en la mejilla ah la castaña.

La ojos azules le da una muy amplia sonrisa.

-¿Como está la princesita?.

-Muy bien. ¿Y tu niño?.

-Grande.

Las tres reimos.

-Y cuénteme. ¿Que ha sucedido en mi ausencia?.

-Nada nuevo en realidad...-soy atrozmente, interrumpida por la castaña sentada ah mi lado.

- La zorra venenosa volvió-le dice está con firmeza.

-Espera un segundo. ¿Esa zorra?. ¿Esa zorra?.

-Y con más veneno que el habitual.

- No veo correcto que la llamen de esa forma. Ósea, tampoco es que me agrade. Pero es mi hermana.

-Espera espera. ¿Como que la zorra venenosa es tu hermana?.

Narra: Escritora.

Había tantas cosas por explicar. Las chicas pasaron toda la tarde conversando y explicándole ha Paloma como es que Melisa ahora es la hermana de Sabrina.

Mientras que las chicas están poniéndose al día. Un rubio se encontraba totalmente agotado, sin saber que es lo que debería hacer.

¿Decirle a Sabrina?. ¿O no?. Eran demasiados recuerdos y sentimientos.

Eso sólo lo confundía aún más. Y provocaba que el cirujano plástico enloqueciera aún más, ya no era promotor de sus sentimientos. Ahora eran sus emociones las que lo manejaban ah el, su corazón exigía proteger.

Y amar con toda intensidad. El único y verdadero amor de su vida.

Esa que pudo llevarlo ha las nueves por completo. Y por la que en realidad estaría dispuesto ah dar su vida.