Narra: Sabrina.
–¿Estás seguro de lo que quieres hacer?–lo amaba.
Eso era más que evidente. Era mi hermano, y apesar de nuestros problemas. Lo adoraba demasiado.
Esto era realmente importante. Y solo deseaba que estuviera seguro de lo que quería hacer.
–Nunca había estado tan seguro de algo en mi vida.
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–Gracias–yo le pago el café a la chica y cuando me di la vuelta para irme.
–Que hermoso volver haberte.
–No se si diría lo mismo–intente marcharme.
No soportaba tenerla a mi lado. Y ha este punto, ya no comprendia que más quería de mi. Ella había ganado, Marco la avía elegido a ella.
Ya no sabía que más quería de mi.
–Eres mi hermana. Y creo que empezamos mal.
–Es una vivora descarada.
–¿Es en serio?–la miro de mal manera.
No hiba a permitir que me pisoteara una vez más.
–Destruiste mi vida.
–El me ama a mi.
–Eres mi hermana. Y Marco estaba con migo, si aún sentías algo por el. Debías decirme, pero no. Decidiste hacer lo peor que una hermana puede hacer, y es meterse en la cama del prometido de su hermana.
Yo me acerco a ella y la miro directamente a los ojos.
–Si acaso te dijeron que yo era la clase de persona, la cual puedes joder. Entonces la persona que te lo dijo no conoce a la nueva Sabrina. Mirame bien, aléjate de mi. Aléjate de mi vida, eres mi hermana. Pero para mí no significas nada, eres la peor persona que conozco. Y eso ya es decir mucho, después de todo lo que e pasado. Quiero que entiendas que no creo ninguna de tus palabras, a mi no logras engañarme. Se perfectamente lo que eres y lo que eres capaz de hacer. Asi que solo te advierto que te alejes lo más que puedas de mi.
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–¡¡¡Ehh!!!–pide un deseo.
Era realmente incomodo tenerlo tan cerca de mi. Mi corazón aún lo amaba, pero lo que me hizo no tiene perdón.
Y tenerlo en mi vida, ya era algo obligatorio. Ya que aún continua siendo mi cuñado, y Marco y yo. Somos los padrinos de Lara.
–Sabrina. ¿Puedes buscar los vasos que están en la cocina?–me pide Ricky.
Con una sonrisa solo asiento. Este era el cumpleaños de la pequeña Lara, la hermosa pequeña de ojos azules. Se encontraba realmente feliz, y ciertamente.
Eso era lo único que me importaba.
–¿Estas segura de eso?.
No vallas a empezar conciencia.
Yo me adentro a la cocina y empiezo a buscar los vasos desechables. La alergia me estaba matando, nunca creí que esa lluvia me caería tan mal. Ayer me e mojado demasiado, y ahora no e podido aguantar el terrible dolor de cabeza.
Yo me doy la vuelta y me sobre salto al verlo.
–Solo vine por la servilletas–me indica.
Se acerca a mi. Y toma el paquete de servilletas que se encontraba a mi lado, alze un poco mi mirada y los alcanze a ver.
Tomé un banquito y me subí en el, pude tomar los vasos que se encontraban guardados arriba. Creí que ponerme de puntitas me hiba ayudar alcanzarlos, y así fue.
Pero fue mi equilibrio el que fallo. Cai, me preparé para sentir el duro golpe. Pero unos brazos me agarraron, abri mis ojos y me encontré con los de el. Sus ojos eran tan profundos, el rubio poseía unos ojos realmente celestiales. Trago al verme una vez más, tan cerca de él.
Me alejo, y con nerviosismo acomodo un mechón rubio de mi cabello. Atrás de mi área derecha.
–Di algo. No demostremos nuestro nerviosismo.
No deseo demostrarme débil en frente de el. No está vez, ya no más.
–Gracias–no pude evitar no estornudar. La verdad es que me sentía un poco mal.
–¿Estás bien?.
–Si. No es nada.
–¿Segura?–no soportaba esto.
No soportaba la idea de que aún me continuaba mintiendo. Fingía estar "preocupado" por mi. Pero se que todo eso es una simple mentira.
–¡Estoy bien!. No veo necesario formar una conversación. Si estoy aquí es por Lara, esto se trata de Lara.
Y eso era la verdad. Si me encontraba aquí era por esa hermosa princesita de ojos preciosos. Esto se trataba de Lara, ella era la única que importaba.
–Gracias–le digo una vez mas.
Para así salir lo más rápido de la cocina y camine asia la sala.
Lara se encontraba realmente hermosa. Estar cerca de Erick, Ricky y Yisel realmente me afectava. Lo admito, ya no confío en ellos.
Creí que era mis amigos. Creí que si algo cambiaba en los sentimientos de Marco asís a mi, ellos me lo dirían. Pero no fue así, y me enteré de la peor manera posible.
Y en mismo día de mi boda.
Pero su alegría valía la pena.
–Gracias–me dice la castaña tomando los vasos.
–No es nada. Ya sabes que adoro a Lara–confieso con una gran sonrisa y observado a la pequeña niña.
Se encontraba jugando alegremente con su padre. Erick se volvía un niño cuando se encontraba a su lado, la adoraba.
¿Y quien no?. Ella es un precioso rayo de luz.
–Y ella te adora a ti–esto se estaba viviendo mas incómodo.
Y la llegada de Marco. Solo empeoró la situación.
–Emmm... Ya es muy tarde. debo irme–yo me acerco a la pequeña.
Ella al verme se lanza de los brazos de su padre. A los míos y me da un fuerte abrazo, no iba a permitir que mis problemas me alejada de ella.
La había visto crecer. Cada paso, palabra. Cada pequeño logro que a logrado, yo he estado hay con ella. Y ahora alejarme de ella, ya no la veía como una opción.
La quería tener en mi vida. Y se muy bien que los chicos me permitirán que yo continúe estado en su vida.
–No quería que te vallas–se queja la pequeña asiendo un tierno puchero.
–Ya es muy tarde–yo acaricia su precioso rostro.
Lara era una niña realmente hermosa. Yo sé la paso a los brazos de su padre.
–Te prometo que vendré a visitarte pronto.
–¿Lo prometes?–ella extiende su pequeño meñique dandome una enorme y dulze sonrisa.
–Lo prometo–yo entrelazó nuestros meñiques.
–Adios–me despido de los chicos.
–No deberías irte.
–¿Es en serio?.
La atención de todos los chicos se concentró en sus amigos.
–Lo digo por que no te veo muy bien. Y esta lloviendo.
Ya no tenía por que actuar que yo le importaba. Ya no éramos nada, y aún continuaba mintiendome.
–Ya no tienes por que preocuparte por mí. Estaré bien, dudo mucho que unas cuantas gotas pueda dañarme.
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Perdón por publicar estos capítulos repetidos. Es que estoy teniendo unos serios problemas con la app. Que no me quieren aparecer los capítulos.
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El fin de la historia y un último secreto {Terminada}
Fiksi RemajaY es que ya no me imagino mi vida sin el a mi lado. Sin ese rudo chico de cabello rubio y ojos tan hermosos como el cielo mismo, ese chico malo que robó mi corazón desde un inicio.