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Jungkook


Noto la conciencia volver a mi cuerpo y sé que comienzo a despertar. Siento las cosas a mí alrededor: la manta que tapa la mitad de mi cuerpo, el mullido colchón en el que estoy recostado y los murmullos que cada vez escucho con mayor claridad. Finalmente abro mis ojos lentamente, cegándole al instante.

– ¡Kookie, has despertado!– escuche una vos más que conocida. Un peso sobre mí al fin me hace abrir los ojos de golpe y suelto un jadeo de dolor.

–J-jisoo– murmuro. Ella parece darse cuenta de que me hace daño y se separa de mí.

–Oh, lo siento Jungkookie– me dice, sintiéndome y mostrando sus blancos dientes. – ¿Te encuentras bien?

–Si...– apenas puedo hablar, tengo la garganta seca y en ese momento alguien me interrumpe.

–No estás bien del todo–. Ambos nos volvemos hacia el chico que con una bata blanca como uniforme tenía trabajo en allí, en la enfermería de la universidad. – Tenías hemorragias y un traumatismo craneal.

– ¿Podrías hablar de forma que una tonta como yo entienda?– soltó mi amiga a mi lado. El chico río un poco antes de acercarse y posicionarse al lado de la camilla.

–Muchas heridas y un golpe en la cabeza. Hematomas por todo el cuerpo, además de algunos daños musculares– informó como si de la lista de la compra se tratase.

Yo no me altere ni lo más mínimo, pero Jisoo al parecer sí, porque abrió mucho los ojos y su gesto se tornó enfadado cuando gritó:

– ¡Malditos hijos de p...!– la agarro del brazo para que calle. El enfermero río de nuevo y las personas a nuestro alrededor nos miraron extrañados.

–No pasa nada, el señorito Jungkook ya está estable, ha perdido mucha sangre pero ya paso, ahora lo único que queda es que se cuide para desinfectar las heridas, ¿sí?– los dos asentimos a la vez. A que chico era amigable.

–Ahora te recitaré los medicamentos. Agradecería que usted se retirara– miró a Jisoo– me gustaría hablar con Jungkook en privado.

Ella asintió, levantándose de la orilla de la camilla y saliendo de allí, ni sin antes despedirse de mí, besando brevemente mi mejilla.

Me quedé allí con aquel muchacho. Él apuntaba cosas en una carpeta, seguramente sobre los medicamentos.

– ¿Tu nombre completo?– me preguntó.

–Jeon Jungkook– contesté. – Usted es nuevo aquí, ¿cierto?

-Mhm– lo oigo afirmar. Levantó la mirada de su carpeta. – Sí, soy nuevo. Mi nombre es Kim Seokjin.

Sonrió levemente antes de volver a su carpeta y de nuevo nos quedamos en silencio hasta que preguntó:

– ¿Ella es tu novia?– formó una extraña so risa en su rostro. Me sorprendí.

– ¿Q-quién? ¿Jisoo?– odio tartamudear cuando estoy nervioso y no puedo evitarlo. Él asintió–. ¡No! E-ella es mi mejor amiga. Además las chicas a mí no...– me callé rápidamente y miré con nerviosismo a Seokjin que aunque permanecía a sus asuntos se enteró.

– ¿Usted no gusta de las mujeres, joven Jeon?– me preguntó tal vez con extraña naturalidad. Sentí mi cara arder y agaché la cabeza avergonzado y algo atemorizado. Le oí reír con una carcajada (a mi parecer bastante divertida) y tuve miedo, porque lo primero que me llegó a la mente fue la risa que soltó el profesor Lee antes se arruinar mis sueños con tan solo nueve años.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora