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Taehyung

—J-Jungkook...— un suspiro escapa de mis labios enrojecidos, mis manos van hasta la cabeza del otro y mis dedos se enredan en las hebras azabaches de mi novio. Mi cuello se estira automáticamente hacia atrás cuando sus suaves labios van hasta mi mandíbula, donde besa con ternura.

—¿Estás bien?— me pregunta entre besos. Yo asiento. Estoy tan bien justo en ese momento. Bajo un poco la mirada, cruzando mis ojos con los suyos y una sonrisita ladina se forma en su rostro, que vuelve a subir a mi altura y me mira con intensidad. Sus ojos profundos y hundidos en lujuria cuando sus manos se deslizan por mi cuerpo hasta el borde de mis pantalones—. Eres precioso— afirma, y mi corazón late con fuerza.

Me besa de nuevo, une nuestros labios, el tacto comienza suave y termina ansioso. Suelto un jadeo contra sus belfos cuando una de sus manos se adentra en mis pantalones y cierro los ojos cuando con su otra mano acaricia mis muslos y sus besos bajan hasta mi pecho.

—Taehyung...—susurra. Suelto un "mgh" quebrado, para que sepa que lo escucho—. ¿Te gusta?— pregunta, sin dejar de acariciarme, provocando mis leves suspiros.

—Sí...— asiento, mordiendo mi labio. Siento que vuelve a subir, y su aliento choca contra mi boca, no puedo evitar fruncir el ceño al notar que algo no encaja.

—¿Y ahora, te sigue gustando?— la voz que definitivamente no es de Jungkook me paraliza en el colchón. Temo hacerlo, pero es como si mis ojos se empeñaran en alzar mis pestañas.

Mis ganas de vomitar saltan cuando me encuentro con el rostro de Kai a centímetros del mío, y completamente aterrado comencé a removerme agresivamente, tratando de apartar sus manos de mi piel que de repente no quema, arde, arde hasta doler.

—¡No! ¡Suéltame, s-suéltame!— ruego, comenzando a llorar.

—No te soltaré Taehyung— susurra contra mi oído, y un llanto de rompió en mi garganta.



—¡No!

Me incorporo en la cama bruscamente, sacudiendo la cabeza de un lado a otro ansiosamente. Llevo las manos a mis mejillas, notándolas húmedas y mi corazón amenaza con romper mis costillas a embestidas aceleradas. Me falta respiración, sobre todo cuando bajo la mirada y veo las marcas en mi pecho, justo como en mi sueño.

—Jungkook...— farfullo. Mis ojos recorren desesperados la estancia. Estoy en mi habitación, pero eso no me tranquiliza lo suficiente, no cuando no hay ni rastro de Jungkook en la cama. Mis lágrimas ruedan, mojando mi rostro y mi llanto se desencadena de nuevo—. ¡Jungkook! ¡J-Jungkook...!— llamo, aterrado, y me encojo contra mí mismo, tratando taparme con las sábanas.

Me siento expuesto aun cuando la luz del sol me hace saber que no hay nadie en esta sala más que yo.

Escucho un golpe seco fuera de la habitación, y seguido de eso unos pasos desordenados y torpes, acercándose por el pasillo.

—¡Joder, Jeon!— la voz de Yoongi me devuelve la el oxígeno a los pulmones.

—¡L-lo siento, hyung!— y la tímida voz de Jungkook me devuelve el alma al cuerpo. La puerta se abre bruscamente cuando esas palabras terminaban de salir de la boca de mi novio, que se precipitó dentro de la sala.

Mis lágrimas dejan de salir, algo más aliviado. Es increíble, es automático. El solo verlo y saber que está aquí me relaja de forma inhumana.

Observo con curiosidad como cierra la puerta a su espalda con un fuerte golpe, y lo miro de arriba abajo con una ceja alzada, ya que está completamente desnudo y con la piel goteante. Apenas su mano con una toalla tapa su parte más íntima, dejando lo demás al aire.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora