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Jungkook

–Te digo que me dejes en paz– me vuelvo un poco y miro sobre mi hombro a un lado. Una pequeña sonrisa escapa de mis labios, seguido de una carcajada al diferenciar la voz exasperada de Soobin.

Han pasado un par de días desde lo ocurrido con Yeonjun, hoy es viernes. Parece ser, y realmente no me sorprende debido a experiencia propia, que Yeonjun se siente muy agradecido con Soobin, y por ese mismo motivo ha estado persiguiéndole durante estos últimos días, pretendiendo devolverle el favor de alguna forma.

Es bastante ridículo verle tras el pálido por los pasillos, tratando de sujetarle la mochila o llevarle los libros, a pesar de que Soobin siempre se lo impedía y le reprochaba constantemente por su constancia.

Y no me sorprende porque siempre he opinado que Yeonjun es una persona internamente insegura, por eso siempre va tras un líder como un auténtico perrito tras su dueño. Da pena, pero lo entiendo, y parece que de alguna forma se siente solo, por eso aprecia tanto a las personas que hacen la mínima cosa por él...

Y aún pareciendo empezar a comprender eso, Soobin insiste en que deje de perseguirlo.

Les observo pasar por el pasillo. Los pasos del más alto son marcados y agarra el puente de su nariz con paciencia. Todos se apartan a su paso, y no se sorprenden de ver tras el otro al peliazul tratando de hablar entre tartamudeos. La situación incluso empieza a ser divertida.

También es bastante sorprendente que Soobin no haya decidido mandarlo a la mierda aún, teniendo en cuenta cómo es.

Creo que tal vez, y aunque pueda parecer sorprendente, tal vez dentro de esas ropas de cuero y corazón aparentemente congelado... Haya una pizca de sentimientos.

Tal vez... ¿Un poco de cariño hacia el pobre Yeonjun?

No lo sé, pero tampoco es de mi incumbencia, por lo que solo niego con la cabeza cuando cruzan la esquina y me vuelvo de nuevo hacia mi taquilla, volviendo a mi tarea principal de coger mis libros para la próxima clase. Pero de nuevo, cuando voy a abrirla, una voz me interrumpe.

–¡Kookie!– me hubiera molestado, pero logré diferenciar a la primera y solo me giré con una sonrisa, observando a Taehyung correr entre las personas, con pasos desordenados y torpes, pero con una gran sonrisa mostrando sus dientes.

Varias miradas van hasta él y sus gritos alegres, pero menos no podría importarme cuando llega a mi lado y se me tira encima como si no me hubiera visto en años, cuando solo ha sido una mañana en clases.

Le abrazo de vuelta y río cuando empieza a quejarse de las clases aburridas contra mi cuello, con las piernas envueltas en mi cintura. Se separa solo para mirarme y nuestros ojos se encuentran unos instantes.

–Quiero besarte– confiesa–. ¿Puedo besarte?– pregunta. Yo río de nuevo, ya ni siquiera me preocupa estar en mitad del pasillo con varios contemplando la escena. Algunos asqueados, otros indiferentes e incluso algunos enternecidos.

–La pregunta ofende– digo frunciendo el ceño. Él carcajea y agarra mi rostro entre sus manos, juntando nuestros labios con amor y satisfacción de que sus pedidos sean complacidos. Cuando nos separamos sonreímos, y junto nuestras frentes. Mis brazos, algo cansados, lo sueltan en el suelo.

Mis manos se deslizan de sus muslos internos hasta su trasero, y lejos de apartar las manos, mi sonrisa se vuelve coqueta. Él muerde su labio y me mira perdido. Puedo ver como lentamente su rostro se acerca a mí y cierro los ojos cuando besa mi mandíbula lentamente, olvidando por completo cualquier cosa que nos sea su cuerpo contra el mío.

–Jungkook– oigo que susurra, con sus labios aun deslizándose por mi marcada mandíbula–. Hay algo que quería hablar contigo.

–Hm– murmuro para que sepa que le escucho, sin abrir mis ojos.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora