31

575 43 0
                                    

Jungkook

– ¿Ese es el nuevo?– pregunta Namjoon desde el suelo sentado en frente nuestra, mientras mastica su sándwich. Jimin y yo giramos la cabeza en la dirección de su mirada y lo vemos. El llamado Soobin está parado en el muro a un lado de la universidad, desde lejos podemos ver como reposa su espalda contra la pared y se lleva un cigarrillo a la boca con tranquilidad, completamente solo y sin parecer percatarse de las numerosas miradas en su dirección. Quieto como una sombra alta e imponente, sin perder su aire desafiante aun estando aparentemente calmado.

–Sí, es él. Se llama Choi Soobin, y va a nuestra clase– dice Jimin–. ¿Qué pasa con él?– pregunta el pelirrosa, sin querer darle mucha importancia al tema. Namjoon gruñe un poco, tragando lo que tenía en la boca antes de hablar.

–Parece un poco...– deja la explicación al aire, y solamente lo señala. Y es cierto, da miedo. Su chaqueta de cuero, sus botas militares, sus jeans negros y rotos, su postura casual de un chico malo, su rostro pálido, sus dedos jugando con el mechero, el humo saliente del cigarro en sus labios, que bien todos saben está prohibido fumar, pero al fin y al cabo no molesta, y nadie se atrevería a ganarse su odio.

–Es cierto– afirma Jimin, mirando también a Soobin a lo lejos–. Pero, ¿sabes? No es como Felix, Kai y Yeonjun– dice. Namjoon le mira con curiosidad y yo solo permanezco callado, sin querer interrumpir, ya que de todas formas no comprendo mucho de la situación a pesar de ser el centro de esta–. Él no parece querer llamar la atención y ser el "mejor", de hecho, solo pone las cosas en orden. No quiere que le incordien y no parece estar de acuerdo con ser el centro de las chicas y conversaciones, es como si fuera a lo suyo y ni siquiera le importara lo que los demás piensen. Casi podría decir que me cae bien.

–Se te da bien leer a las personas, Minie– opino, jugueteando con la ensalada que Yoongi me había preparado en un túpper. El pelirrosa sonríe con orgullo.

–Hay rumores sobre él– dice Namjoon.

– ¿Ya? Joder, esta gentuza no pierde el tiempo– bufa Jimin. Yo sonrío con falsedad, un "lo sé" amargo pasando por mi mente.

–Dicen que le expulsaron de su anterior centro, en otra ciudad, y se cambió rápidamente para poder hacer los exámenes por petición de sus padres, que son unos empresarios poderosos –suelta. Jimin y yo le miramos incrédulo.

–Creo que inventan cualquier cosa– gruñe Jimin con molestia mientras mastica energéticamente–. Aunque en realidad –traga la comida sonoramente, parándose unos instantes–, no me sorprendería para nada. Quiero decir, solo miradlo... ¿Por cuántos centros habrá tenido que pasar un chico como él? Lo primero que ha hecho al llegar ha sido quebrantar una de las normas principales: no fumar.

–Pero ese es su problema– interrumpo yo. Namjoon asiente de acuerdo, y los tres nos lo quedamos mirando un poco más.

–Es curioso– es lo único que dice Jimin antes de finalmente dejarlo de lado y mirarnos mientras come–. Ahora que lo pienso, ¿cómo es que Taehyung no está molestando?– pregunta. Mi mirada viaja por todos lados con nerviosismo, algo preocupado de repente al darme cuenta de que está llegando más tarde de lo normal y las peores ideas empiezan a formarse en mi mente, haciendo mis venas arder y mi tripa retorcerse.

Pero todo eso desaparece y una sonrisa se forma en mi rostro cuando consigo ver al nombrado saliendo del interior de la universidad, corriendo en nuestra dirección con pasos torpes y sacudiendo su mano. Muerdo mi labio y reprimo un suspiro de ternura.

–Pues hablando del rey de Roma...– susurra Namjoon, justo antes de que el peligris llegara a nuestro lado, y como ya me esperaba, lo primero que hace es saltar sobre mi espalda, haciendo que me tambalee en el banco en el que estoy sentado. Sin embargo, me apresuro a corresponderle el abrazo, sonriendo con calidez y felicidad.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora