11

850 78 1
                                    

Jungkook

-¡Yo no me lo podía creer! Fue realmente divertido... Las fiestas de Jackson siempre son las mejores, aunque él es un jodido payaso- Jisoo a mi lado parlotea con entusiasmo sobre la fiesta a la que yo mismo asistí el viernes. Parece de muy buen humor y si ya su personalidad es simplemente activa, cuando está contenta no hay forma de hacerla callar. Hace movimientos con las manos acorde a lo que cuenta, tan ensimismada en su historia como para si quiera percatarse de que la ignoro con creces. Suspiro con cansancio. Odio los lunes, los domingos por las tardes suelo deprimirme y no duermo bien porque al día siguiente empezaría el infierno de nuevo. Extrañamente, el día anterior no fue así. He dormido como un auténtico bebé en la cama de Taehyung. Su olor es tranquilizante y casi puedo sentir su propia calidez en las sábanas. Frunzo el ceño por el repentino dolor de tripa y siento mi cara colorarse. - ¿Y tú, Jungkookie? ¿Qué has hecho este fin de semana?

-Y-yo... Estuve en la fiesta también, nona- me atrevo a decir, volviendo a la realidad. Jisoo abre los ojos con sorpresa y me mira deteniendo sus pasos en el pasillo de la universidad, camino a la cafetería. Asiento levemente para reafirmar mis palabras y ella sonríe, soltando un gritito agudo y dando saltos de alegría. Llama la atención a varias personas a nuestro alrededor. Mi nerviosismo se dispara.

-¿¡Has ido a un fiesta!? ¿Tú? ¿Jungkook? ¡¿Mi Jungkook!?

-S-sí, noona... No exageres tant-

-¡Ah!- mis pedidos temblorosos son interrumpidos por mi amiga-. ¡Estoy orgullosa! ¡Mi Jungkookie crece!- me rodea con sus brazos en un abrazo asfixiante. Ahora sí, las personas nos miraron raro. Quiero que la tierra me trague. ¿¡Por qué todo el mundo me trata cómo un bebé!? ¡Yo no soy ningún bebé! Odio que me traten como tal.

-Jis...

-¿Qué tal te fue? ¿Qué hiciste? ¿Bailaste? ¿Tomaste alcohol? ¿Conociste a alguien interesante? ¿Quién te convenció para ir? ¿Tuviste compañía?

-Ugh... Demasiadas preguntas juntas- digo, abrumado. Ella toma aliento después de haber preguntado tan seguido, pero sin despegar su mirada de mí. Pienso unos instantes y finalmente contesto pregunta por pregunta: -Supongo que bien. Nada. No. No. Tampoco. Jimin. Jimin, su novio y su amigo- enumero. Ella analiza cada cosa y asiente poco después. Nos quedamos en silencio unos instantes hasta que finalmente soltó una última pregunta, con voz más calmada.

-¿Te fue bien?- pregunta, reanudando la marcha que dirigíamos anteriormente a la cafetería. Agacho la cabeza, inseguro de querer hablar. Los acontecimientos de aquella noche vienen a mi cabeza por imágenes desastrosas que empañan mis ojos. Jisoo lo nota. - ¿Jungkook?- se frena de nuevo, parándose en frente mía. Por estar con la cabeza gacha, choco levemente contra su cuerpo. Me quedo quieto, sin atreverme a alzar la mirada. Jimin me aplicó un poco de maquillaje para que las heridas pasasen desapercibidas.

Pero Jisoo se podría decir que es la persona que más me conoce del mundo y antes de que pudiera reaccionar, agarra el cuello de mi sudadera y lo estira para asomarse por este y ver ni torso bajo la tela, naturalmente lleno de hematomas de color verdoso o con tonos morados, demasiado notorios.

Me aparto con un movimiento brusco pero no sirve de nada, ya que ella ya ha visto lo que tenía que ver. Sus ojos relucen de ira acumulada y yo agacho de nuevo la cabeza sin saber qué hacer exactamente.

-Felix t-también estuvo en la fiesta...- susurro, esbozando una sonrisa de todo menos alegre. Mis ojos se nublan. No la veo, pero sé que su gesto es repentinamente serio, y lo demuestra a través de su tono de voz demandante y cargada de odio.

-Fueron ellos, lo hicieron de nuevo...- asiento un poco con la cabeza y cierro los ojos con fuerza. Una pequeña gota salada se desliza por mi pálida mejilla y apreto los labios para tragarme un sollozo. -Joder... Malditos hijos de puta- sin decir nada más que maldiciones al aire comienza a andar para alejarse. Al comprender sus intenciones me apresuro a agarrarla del brazo con fuerza para impedir que se aleje. - ¡Suéltame! Pienso partirles la boca... ¡Malditos desgraciados, infelices de mierda!- se revuelve, pero mi agarre no cede. Sé que ella es más que capaz de cumplir lo que dice, y no quiero que se meta en problemas por mi culpa.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora