35

448 42 3
                                    

Jungkook

Hacía más de una hora que todos habían vuelto a casa, sin embargo yo seguía allí parado, mirando a Jeongin dormir a un lado del colchón, encogido en su propio cuerpo, como si las lágrimas que ha soltado le hubieran gastado todas sus energías. Él sumido es sus sueños y yo en mis pensamientos, cada palabras suya resonando en mi cabeza constantemente, dándole vueltas a lo sucedido y buscando formas de ayudar, más la única solución a todo, realmente la tenía Felix.

Y sigo mirando a la nada, sumido en las lagunas de mi mente, sintiendo la débil respiración de Jeongin cerca, ciertamente me ha dado mucha lástima todo lo sucedido, y sintiéndome extrañamente caracterizado con él, estrujo mi cerebro para tratar de ayudarlo de alguna forma. Mi tripa se revuelve al pensar en cómo se había pasado un largo rato llorando para soltarlo todo, y en cómo me pidió que me quedara mientras dormía, porque no quería estar solo. Y tan concentrado estoy con ello que ni siquiera oigo la puerta de la casa abrirse, ni los gritos ni aplausos. Solo reacciono cuando poco después la puerta del cuarto se abre y tras esta asoma la cara más hermosa del planeta.

–Jungkookie...– canturrea Taehyung en un susurro, notando al pequeño dormir. Una sonrisa automática se instala en mis labios al notar la suya, y poco después de abrir los brazos ya lo tengo sobre mí, sentado en mi regazo y abrazándome con fuerza por los hombros.

Mis brazos lo rodean por la espalda baja y lo apego a mí todo lo posible, riendo cuando comienza a soltar grititos contra mi cuello. Agacho mi cabeza y deposito pequeños besos por su cuello y cabeza.

–¿Qué tal te ha ido, ángel?– pregunto. Él se separa solo un poco de mí, para agarrar mi rostro entre sus manos y estampa un casto beso en mis labios con ilusión. Nada más separarse mi agarre a su cintura de afianza y vuelvo a besarlo, él a instante siguiendo el beso con devoción, sus dedos jugando con los cabellos de mi nuca, y se separa de mí con un chasquido que muere entre nuestros labios, que forman unas grandes sonrisas enamoradas–. Hm, ¿eso significa que bien?

–Supongo que bien– dice, encogiéndose de hombros, y aparta la mirada con timidez–. Es un trabajo fácil, de todas formas Eunha me dijo que lo he hecho muy bien para ser mi primera vez, soy fotogénico y mi rostro es el indicado para hacer más llamativas las fotografías... Supongo que habrá muchas más sesiones. La próxima la semana que viene– dice. Yo sonrío en grande.

–Eso es maravilloso, amor– susurro, dejando besos por sus mejillas. Él ríe y me aparta un poco, sonrojado pero alegre. Me mira unos instantes en silencio, y alza su mano para acariciar mi mejilla con las puntas de sus perfectos dedos.

–¿Y qué hacías tú aquí, precioso?– pregunta. Yo hago un movimiento de cabeza en dirección al niño, y ambos le miramos unos instantes.

–No quería dormir solo– contesto. Trato de hacer como si no pasara nada, pero no puedo, esa fuerza natural que tiene Taehyung que me hace querer contarle la verdad siempre me gana y termino por suspirar–. Me lo ha contado.

–¿Qué?– me mira confuso, con una mueca adorable. Le doy un corto beso antes de volver a hablar.

–Me ha contado todo lo que ha pasado– susurro contra sus labios. Él abre muchos los ojos.

–¿Referente a la paliza de Felix?– pregunta, asombrado.

–Justo eso– asiento. Y parece ir a decir algo, porque abre la boca desmesuradamente, pero antes de que nada salga de sus labios, tapono su boca con la mía y lo beso con intensidad para acallarlo. Él gruñe contra mí, y aunque agarra mi camiseta con fuerza, no me aparta. Me separo de él lentamente–. Lo hablaremos luego, ¿sí? Ahora...– y me giro hacia Jeongin. Taehyung también lo hace. Asiente, comprendiendo.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora