Desde Mis Ojos (Kooktae)

10

Jungkook

Noto la luz a través de mis párpados. Es molesta y aparta el sueño de mí poco a poco. Como puedo, palpo a mi alrededor en busca de esa extraña y a la vez reconfortante y protectora calidez que me ha arropado esa noche. Pero no está, no hay nada (o más bien nadie) a mi lado, y tan solo puedo notar que esa sensación que me hizo dormir bien es inútilmente reemplazada por una simple, sueva y a mí parecer algo fría manta, que tapa de mi cadera para abajo. ¿Por qué me siento decepcionado?

Frunzo el ceño y gruño con fastidio. Ya solo despierto lentamente. Me llevo las manos a la cabeza, y un suspiro afligido brota solo por mi garganta, me siento tan cansado... Pero he dormido bien, hacía meses que no dormía tan bien.

Por eso me sorprendo al darme cuenta de que mi cuerpo no reposa sobre un cómodo colchón, sino en el sofá de la casa de mis amigos.

–¡Buenos días Jungkookie!– me vuelvo asustado hacia Jimin. El pelirosa anda hasta la mesa principal y deja sobre esta unos platos que sueltan un exquisito aroma que hace que expanda mis pulmones e inhale gustoso. –Por fin despiertas, ¿has dormido bien? Yoongi empezaba a dudar que estuvieras dormido, decía que lo mismo te habías desmayado...– rueda los ojos antes de suspirar– tan exagerado como siempre...

Creo que la mueca que formé acalló sus palabras. Soltó una carcajada divertida y se acercó para sentarse a mi lado.

–¿Qué hora es?– pregunto con confusión.

–Casi las doce de la mañana, te he preparado el desayuno, pero no hay tostadas, porque, bueno, ya viste lo que hizo Tae...

Ambos sonreímos en silencio. Siento de repente mi corazón acelerarse y mis pelos de la nuca erizarse al pensar en nombrada persona y aparto la mirada para no hacer notar mi nerviosismo por mi rara reacción. Aun así, lo ojitos de Jimin siempre retienen una determinada comprensión, y puedo notar que se entera de mi estado al sonreír ladino.

–Él tuvo que irse antes de que despertaras, Yoongi le obligó a ir a buscar trabajo y de paso para que comprara la tostadora que nos falta... Ya solo tendríamos que ir a por el microondas...– me informa de todas formas "yo no he preguntado", quiero decir, pero sonaría borde y en parte no puedo decirlo, siento mi garganta seca de repente. Él sonríe. Esa maldita sonrisa que acabo de descubrir que es algo irritante cuando es dirigida hacia mi persona, burlesca y socarrona. –Cuando despertamos la película había acabado y era de madrugada. Íbamos a ir a dormir y fuimos a despertaros pero...– se detiene y me mira, alzando las cejas repetidas veces en una acción que me molesta levemente– se os veía muy a gusto durmiendo juntos, no queríamos estropearlo.

Siento mi rostro encenderse en vergüenza y mi corazón quejarse golpeando contra mi pecho.

–Jimin, no molestes al chico, acaba de despertar. Espera al menos solo un rato para poder joder con tu existencia– dice un Yoongi, que a pesar de llevar rato despierto, parece adormilado aún.

Una sonrisa se me escapa al verlo en su estado mañanero, en un pijama simple azul marino con estampado de anclas, con los ojos hinchados y entrecerrados por el sueño y su pelo menta completamente despeinado. Queda lejos de esa imagen que me dio a primera vista. Mi sonrisa se vuelve tímida al darme cuenta de que yo mismo no debo aparentas muy diferente en esos mismo momentos. Soy un absoluto desastre recién levantado.

Como respuesta a lo dicho por el mayor, Jimin agarra el primer zapato que encuentra cerca, siendo mi pantufla de estar en casa y se la lanza a su novio con enfado. Yoongi, demasiado adormilado no tiene tiempo de esquivar el ataque, mi pantufla quedando estampada contra su mismo rostro.

–Auch...– se queja apenas, sobando su nariz y haciendo un mohín molesto.

–A desayunar ya, y tú tómate otro café que aún no pareces persona– señala a Yoongi. –¿Cómo podéis dormir tanto?– ríe, levantándose para acercarse al pelimenta y rodear su cuello con los brazos para besarlo brevemente la nariz dañada. El mayor a pesar de mantener su expresión enfadada no lo aparta, tan solo murmura.