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Jungkook

–No... Jungkook no... ¡No! ¡Mierda!– grita Taehyung agitado.

–Cuida tu boca, niño quema-tostadoras–. Se oye a Yoongi que se encontraba limpiando aún los restos de suciedad en la cocina. El peligris bufa y se deja caer en el suelo.

Yo río con ganas y muevo mis puños en victoria tras haber ganado a mi nuevo amigo en un juego de consola.

–¿Seguro que nunca has jugado?– me pregunta incrédulo.

–Yo... Nunca he tenido una consola– admito algo avergonzado, mas mi expresión cambia a diversión cuando Taehyung grita de nuevo exasperado.

–¿¡Y cómo es posible que seas tan bueno!?– grita, haciendo un adorable berrinche.

–No es que él sea especialmente bueno, Tae, es que tú das auténtica pena a ese juego– interviene Jimin, entrando en la sala y sentándose detrás nuestra en el sofá.

–¡Exijo otra partida!– grita, volviéndose a sentar y con tono de decisión.

–Oh, hyung, ¿no te cansas de perder?– bromeo, ya que he ganado ya tres partidas. Él me mira entrecerrando los ojos antes de darle para comenzar otra.

Una partida más en la que de nuevo, salgo victorioso, aun cuando no paro de reír por los constantes gritos de Taehyung.

Tal vez suene algo triste, pero, debo admitir que nunca me había sentido en tal ambiente de confianza (a excepción de cuando estoy con Jisoo). Puedo sonreír y reír, opinar y hablar sabiendo que no seré juzgado, y aunque es lo normal, para mí, desgraciadamente, es extraño tener esta sensación, es nueva. Pero amo poder sentirme libre. Son personas a las que apenas conozco de dos semanas y es como si hubieran sido mis amigos toda mi vida. Comienzo a confiar en ellos.

Bueno, en realidad no es muy difícil conseguir mi confianza, y es que en cuanto consigo un poco de buen trato por parte de alguien ya me siento seguro a su lado. Pero esto no me suele pasar nunca.

Y estar aquí, en la casa de otras personas, jugando videojuegos, y riendo... Es algo que siempre he visto demasiado lejano, aun sabiendo que es lo habitual que hacen los chicos de hoy en día.

–Ya, Taehyung, déjalo– dice Jimin con diversión, mirando con desinterés la pantalla de su teléfono. –No ganarás nunca.

–Pero... ¡No es justo!– grita, cruzándose de brazos e inflando las majillas. Sonrío con ternura.

–No seas mocoso– dice el mayor de la casa, apoyándose en el borde de la puerta que da a la cocina algo sudoroso de limpiar, y lo muestra cuando pasa el torso de su mano por su frente para limpiarse. –Igual necesitamos hablar más pausadamente, Jungkook.

Me mira y yo me tenso en mi sitio. La mirada de este chico me intimida desde el principio, pero le agrado, y tanto Jimin como Taehyung me han asegurado que él es así simplemente, rudo y borde. "Te acostumbrarás" me había dicho Jimin.

Pero claro que aun así me pongo nervioso sobre todo ahora porque sus palabras han sido claramente: "Necesitamos hablar más pausadamente". ¿Alguien me puede explicar qué significa eso exactamente?

Le veo andar hasta sentarse al lado de su novio, que deja el celular a un lado y ambos me miran, tal padres preocupados.

Siento un toquecito en mi barbilla y me vuelvo hacia Taehyung, que me mira y sonríe.

–Tranquilo, Jungkook, no pasa nada malo, ¿cierto?– mira a los otros dos, y la pareja intercambian una mirada significativa que nos alarma a ambos.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora