41

543 36 3
                                    

Taehyung

Mi sueño era pesado y calmado, el aroma de Jungkook me relaja de forma increíble. Hace unos minutos que lo sentí alejarse de mi cuerpo y salir de la habitación, sin embargo, no desperté por ello, me acomodé, abrazando una almohada. Estoy muy cansado, las fiestas me destrozan.

Entonces lo recuerdo. Estoy en una fiesta. En una casa que no es la mía, y en una cama que no es la mía. Eso no me impidió seguir durmiendo. Él volverá, así que está bien.

Me encuentro ya medio consciente y medio dormido, puedo escuchar la música en la planta baja y las vibraciones de la sala por esta misma. Escucho la puerta ser abierta, pero no abro los ojos, sonriendo internamente al saber que Jungkook ha vuelto. La puerta se cierra de nuevo, y unos pasos se acercan.

Mi sonrisa tiembla al sentir un peso en el colchón a mi lado, y aunque no puedo verlo, sé que no es Jungkook. Cierro fuertemente los ojos, sintiendo el aliento ajeno en mi nuca y aprieto los labios para no chillar cuando unas manos que no son las de Jungkook se acomodan en mi cintura.

Oigo un gruñido ronco contra mi oído, que me hace estremecerme con asco.

–Eh... Lo siento, creo que te has equivocado de habitación– digo al fin, con nerviosismo. Llevo mi mano hasta la contraria en mi cintura y la agarro para apartarla de mi cuerpo, pero mi pulso tiembla cuando la mano hace fuerza contra mi piel, sin soltarme.

–Yo diría que no me he equivocado– dice el otro. Sus dedos se hunden en la piel de mi cintura, sacándome un jadeo de dolor.

—¿Q-qué mierdas haces? S-suéltame— pido, titubeando—. ¿Quién eres?

–¿No sabes quién soy, precioso?– me gira, y siento todos los colores abandonar mi cuerpo cuando me encuentro con la cara de Kai a centímetros de la mía.

–No me llames así– digo, temblando. Pero él ríe, de una forma diabólica que me hace sentir arcadas. Sin soltarme, se posiciona sobre mi cuerpo, y siento mi corazón helarse cuando sus manos comienzan a acariciar mi cuerpo–. ¿Qué haces? Estás borracho, estás drogado... No me toques– farfullo, empujándolo por los hombros, para tratar de apartarlo, pero nada sirve, parece plantado ahí, sobre mí, su mirada viaja por mi cuerpo y sus manos se adentran en mi camisa.

Me está tocando.

Él me está tocando, sin mi permiso.

–¡Suéltame!– chillo, aterrado, golpeando su pecho y revolviéndome con inutilidad. Él tan solo ríe de nuevo.

–Estate callado, será rápido– asegura, y lleva sus labios a mi cuello, besando este con brusquedad, justo donde Jungkook lo había estado haciendo hace un rato.

La sensación es tan malditamente distinta. El tacto de Jungkook lo anhelo, es cariñoso y sus movimientos son marcados por el amor que siente. Jungkook me cuida, él no. Él succiona mi cuello, con sed y necesidad.

Sus manos siguen sobando mi piel, y yo no dejo de sacudirme con insistencia, siento mis ojos picar.

Están usando mi cuerpo sin mi permiso.

–N-no... ¡No, suéltame! ¡No me toques, no puedes tocarme!– grito desesperado, agarrando con fuerza mi puño a su cabello y tirando de él lejos de mí.

–¡Maldito niñato!– gruñe adolorido, mirándome de una forma que me hace dejar de respirar. Me agarra por las muñecas de mis manos, acorralándome contra el colchón hasta el punto en que siento mis muñecas arder–. Ahora estás conmigo, Taehyung. Así que vas a callarte y vas a hacerme sentir bien– sentencia. Yo niego con la cabeza, sintiendo las primeras lágrimas deslizarse por mi rostro cuando sus labios se pegan a los míos, moviéndose asquerosamente sobre estos.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora