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Jungkook

Han pasado tres días, la próxima llegada del verano se saboreaba ya en el ambiente, el entorno en la universidad se había vuelto fresco y descargado. Los exámenes de lado, últimos días sobrantes sin apenas utilidad, en los que básicamente se preparaban proyectos y para las recuperaciones finales algunos.

Nos encontrábamos sentados en un jardín junto a uno de los caminos, resguardándonos del sol bajo las ramas de uno de los árboles básicamente decorativos. Jimin y Taehyung se encontraban enfrascado en lo que parecía una acalorada discusión sobre no sé mucho qué. No me empeño mucho en entender, ya que las conversaciones entre ellos dos fácilmente podrían confundirse con la de dos tortugas sin lengua, unas palabras raras, ruiditos inentendibles y expresiones y miradas cargadas de telepatía, haciendo difícil el poder seguir la charla. No me sorprende, ya que ambos son amigos muy íntimos, y algo similar pasa cuando yo hablo con Jisoo.

Por lo que me mantengo en silencio, con la cabeza recostada sobre el regazo de mi novio y observando desde abajo cada pequeño gesto que forma. Detallo desde cómo arruga la nariz cuando algo no le gusta hasta cómo se mueve su nuez de Adán cuando alza más la voz.

Hace unos días, Yoongi llegó a casa con cara de amargado, pero expulsando satisfacción por los poros. Durante una de nuestras típicas cenas de amigos (en la cual, por supuesto, estaban también Hoseok, Seokjin y Namjoon), nos anunció a todos sobre la denuncia que había impuesto y que lo había mantenido misteriosamente ocupado toda la tarde. Desde entonces Taehyung se encontraba desmesuradamente más calmado. Sabiendo que Kai no podría acercarse a él por la amenaza que conllevaba la denuncia de llevarlo todo a juicio y dado el aviso a todo el profesorado del centro universitario, que barajaron la opción de expulsar si siquiera el chico se atrevía a acercarse a Taehyung, él estaba casi igual que antes de que sucediera todo (y contando también con la ayuda de un par de citas con un profesional). Además, aunque Kai no se ha presentado en la universidad desde los acontecimientos de la fiesta y ser arretado brevemente, se corre el rumor de que aunque volviera, no estaba interesado en volver a tener contacto con nadie conocido, y menos con nosotros, teniendo en cuenta la paliza que se llevó por mi parte y la repugnancia con la que de repente todos le recibían.

Pero lo importante era Taehyung volvía a ser poco a poco el chico extrovertido y deslumbrante de siempre al que todos echábamos de menos. Aunque yo sí había podido notar que ahora era mucho más precavido y receloso con las personas que no tenían su confianza, y se pone extremadamente nervioso en lugares con muchas personas. Referente a esto, me confesó que, no era solo que se agobiara de más, sino que le resultaba muy inquietante e incómodo tener que rozarse con gente desconocida. Incluso, una vez, después de hacer el amor me susurró que, ahora que sabía lo que era ser tocado por alguien que no era deseado, tenía miedo de sentirse tan sucio de nuevo. Era conservador con el contacto físico, lo cual era contradictorio con su anterior carácter efusivo.

Excepto con Jimin, Yoongi y conmigo, que seguía igual de empalagoso que siempre.

Sonreí inconscientemente al verle arrugar su rostro en una mueca indignada, y le gritó a Jimin algo como:

—¡Enano mentiroso, ya te dije que no fui yo el que te cambió el chocolate de las Oreo por pasta de dientes! ¡Supéralo, teníamos trece años!

Jimin reprocha algo pero no le presto demasiada atención. Con una pequeña sonrisa me recuesto de lado, posando mi mejilla contra la pierna descubierta por los shorts de Taehyung y alzo mi mano para acariciar la zona con parsimonia. El castaño me miró de reojo y sonrió ladinamente, con timidez. Alcé una ceja, divertido por su reacción y le guiñé un ojo burlesco antes de, esta vez, pasear mis labios por su muslo, acariciando con mis belfos.

Desde Mis Ojos (Kooktae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora