38. Te desconozco

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Madisson

¡ELITE! ¡ELITE! ¡ELITE!

El grito de todas las personas resuena en las gradas del campo de béisbol.

Les resumiré un poco… Final, 8 innings como un total espectáculo entre All stars y Elite, 2 hermosos cuadrangulares cortesía de la casa y 3 dobles por parte del equipo contrario, más de 4 pitchers, cambios en los jugadores titulares y presión, mucha presión.

Al caer el sol, llega el 9no inning, con dos carreras por encima, elite comienza el inning, a este punto, todos los jugadores están sudados, golpeados y llenos de tierra, no obstante, el ánimo les ganas y se mantienen en pie.

El tercer bate, es el primero en asumir el turno.

—¡Vamos! —brama un exaltado Apolo.

A medida que llegan más picheos, más presión se suma en el ambiente ante la calidad de cerrador, sin embargo, con 2 bolas y 1 strike, el chico llega a primera con una forzosa línea.

El cuarto bate, y en quien todos confían ahora, llega al home, este se suma a las bases con una línea rastrera que, de un picón, desconcentro al jardinero y permitió llegar a la tercera al corredor.

—¡Vamos Noah! —Mónica, en su estado totalmente impaciente, se levanta mientras junta ambas manos.

—¡Tú puedes viejo! —Exclama Michael a mi lado, sentándose en el borde.

Primeros lanzamientos bola, 3 bolas seguidas hacen suspirar a todos al creer que el pitcher dará boleto por el jugador frente a él, sin embargo, Noah alza una mano y el árbitro indica un ligero tiempo que el bateador usa para relajarse y ajustar sus guantines.

—Diablos—, masculla Jacob.

—Esto está más cerrado que las piernas de Dakota Johnson— Apolo lleva sus manos a su rostro.

—Pero si Grey se las mantuvo abiertas casi toda la película —Sarah lo mira con decepción.

Y aquí vamos...

—¡Yo que sé! Ni siquiera la ví.

—¿Entonces para que rayos hablas?

—¿Acaso no puedo?

—Para decir estupideces en un momento como este... ¡Mejor no!

—Pero...

—Ay por Dios —Mónica baja su rostro y luego los mira con reproche —¡Cállense de una buena vez!

Ellos se limitan a cruzarse de brazos y encogerse en sus asientos.

¡Vamos Noah! Seguido de palmadas, es lo que se escucha en el lugar.

Cuando el bateador vuelve al home, es una increíble recta abierta que llega a él, por lo que, sin desperdiciar tal oportunidad, Noah da una línea que pasa rozando la cabeza del alto pitcher.

La multitud enloquece ante las dos carreras que impulso, todos saltan y gritan, con el partido empatado y toda la tensión en el ambiente, es lo que les permite respirar. Al llegar el sexto bate, un fly al jardinero lo saca rápidamente.
Séptimo bate, sacado por un ponche peleado y llega el octavo con dos outs encima y la presión de impulsar al Noah en segunda.

En el primer lanzamiento, es el chico quien roba la impresión de todos ante el largo batazo, que primero parece que quedara en el campo.

—¿Salió? —Pierdo la vista de la pelota al cegarme con las luces.

Hay un silencio sepulcral en el lugar, todos levantados y expectantes, pero la tensión se aliviana al momento el que el jardinero, corriendo, llega al enrejado y se detiene frente a él, indicando un…

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