3. El duelo II

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Madisson

No puedo creer que haya perdido el collar de mi abuelita, me quiero morir, eso es lo más irresponsable que he hecho.

—Oye, ¿que fue eso? —La voz de Sarah, me trae de vuelta a la realidad.

—Es... Una larga historia, luego te cuento —, después de todo es mi compañera de cuarto y mejor amiga, así que en algún momento tendré tiempo para contarle. Ella asiente y con eso regreso mi atención, a la gran tarima, en frente de todos

Bienvenidos atletas de todas las disciplinas... —Es el Director dando sus palabras a todos, luego de dos años viniendo cada verano, supongo que te acostumbras.

Estamos en el patio central, detrás del gran edificio y rodeados de varias instalaciones, después del desayuno vinimos aquí, para las actividades del primer día, todos están agrupados, según su deporte y no puedo evitar reír, por la presencia de los estereotipos.

A nuestro lado están los jugadores de hockey, robustos, altos y con el ceño fruncido, como unos bulldogs —, entre los que distingo a Jacob, mi mejor amigo —, del otro lado, los pesistas, que parecen un pequeño músculo vivo, las tenistas, parecidas a nosotras, pero más pequeñas, luego los de atletismo, con gran formación muscular, sobre todo en las piernas, los futbolistas que parecen más piernas que cuerpo, la mayoría son pequeños, pero con piernas muy desarrolladas, luego los beisbolistas, tienen un cuerpo parejo, pero el cerebro, como un maní, los de básquet, cuando los veo pienso, en que pequeños los pusieron en una máquina, que los tomaba de los pies y las manos y los estiraba cual plastilina, los de crossfiters, cuyo cuerpo está bien desarrollado y parejo, siempre he pensado que son atletas muy completos —mis respetos— y luego los de natación, que parecen una barquilla andante, bueno pero como en todo, hay sus excepciones.

Como ese chico que se me acerco hace un rato, Michael, es simétrico corporalmente y muy lindo de hecho, desde mi posición lo puedo ver a lo lejos, ojos de un singular color avellana y cabello oscuro y algo desordenado, le da un aire despreocupado, es alto, un poco más que yo, pero lo es, no es que una chica de 1.80 sea muy común, tiene una linda y pareja sonrisa, que deja ver unos hoyuelos, a simple vista me parece muy tierno, casi tanto como ese chico Apolo, pero me parece más interesante.

Camila me saca de mis pensamientos abruptamente con un ligero empujón —.  Oye, dirán información importante, deja de ver a tanto a los lados —yo solo asiento.

Estos meses serán de la siguiente manera...—Explica el Director —. La primera semana será de adaptación, los entrenamientos irán dirigidos a la integración y la familiarización, la segunda o tercera (como el entrenador vea conveniente) de preparación física y las otras dos, serán para ponerlos a afinar sus habilidades, tanto individual como colectivamente.

≫El segundo mes, estará dirigido a competencias con sus propios compañeros, esto para ir decidiendo, quienes participaran en el tercer mes, que son las competencias entre campamentos, cada uno, debe estar allí, para acompañar a sus compañeros ya que este año, la sede seremos nosotros, suerte y que gane el mejor.

Luego la Subdirectora da otras palabras de aliento e inspiración, que ya me sé de memoria y finalmente, queda una de las encargadas —. Muy bien chicos, buenos días —dice amablemente —. Las actividades de hoy serán un circuito de habilidades y destrezas, que todo atleta debe cumplir —muy bien esta parte si me gusta —Luego se dispondrá de la cafetería para su almuerzo... Pasadas las 2pm se dirigirán al gimnasio, para varias repeticiones de algunos ejercicios y finalmente, una fogata a las 6pm para su recreación, recuerden que estas son actividades amistosas, que tengan un feliz día y suerte.

Luego de seguir las indicaciones de varios entrenadores. estamos en dos filas separados. por nuestro sexo, el circuito se extiende por casi un kilómetro, con actividades de todo tipo, así que solo puedo estirar un poco, mientras llego mi turno. Ya casi llegando me percato, de que es una especie de competencia con el chico que corresponda, según el orden de la fila, veo a mi izquierda y giro los ojos con hastío, al darme cuenta que es él.

En sus marcas —, dice un entrenador en frente y no me queda otra que prepararme —¿listos?... ¡FUERA! —Dice y luego suena su silbato, indicándonos la salida.

El primer obstáculo, es una larga red, por la que debemos pasar arrastrándonos lo más rápido posible, estas cosas me encantan, salgo primero que él, ya que soy más ágil y me adentro un conjunto de aros puestos en forma de túnel, me alcanza y no puedo evitar desesperarme un poco, pero el próximo me favorece, son varios tacos de madera puestos en el suelo, en los que hay que alternar los pies.

—¡Cualquiera pensaría que me acosas! —le grito a Michael, en un pobre intento por desconcentrarlo.

—¡O tu a mí! —exclama y al voltearme a verlo puedo notar que se está riendo, ¿Qué le causa tanta gracia?

—Ya quisieras —digo saliendo del obstáculo y girando los ojos.

El próximo ejercicio, parece estar puesto para gente, con gran fuerza en el tren delantero —nadadores —, una soga que se levanta metros del suelo, por suerte voy adelante y comienzo dando todo de mí, ya a la mitad voy subiendo rápidamente y de un momento a otro, mi rabillo del ojo, capta movimiento y noto la facilidad con la que él está subiendo, ya casi llegando, se sienta en el borde, para pasar al otro lado y me mira.

—¿Necesitas ayuda? —Pregunta con un tono sarcástico y una sonrisa burlona.

—¡De la tuya jamás! —Exclamo y llego al borde.

Con eso, ambos pasamos el borde y continuamos corriendo, hasta llegar a una parte en la que debemos girar grandes cauchos, empezamos a la par, Michael parece tener mucha fuerza, por la tranquilidad con la que lo hace, pero yo no me dejaré ganar, así que me esfuerzo lo más posible y termino esa parte, ya solo quedan dos.

Lo siguiente me asusta un poco, pero estoy decidida a ganarle a Michael, debemos desplazarnos sobre unos peldaños con unos aros, son 5 movimientos, puedo hacerlo, salto y los atrapo, al mismo tiempo, que él lo hace, paso dos peldaños y él ya ha pasado los cinco, me giro un poco para mirarlo y se ríe.

—Parece que necesitas ayuda —lo ignoro, está parado al final, con las manos en las caderas, en una pose de modelo, observando.

Decido hacer algo arriesgado ¡Yo puedo! Comienzo a balancearme hacia delante y atrás, y de un largo salto llego al final, pero me tambaleo un poco y caigo soltando un ligero quejido.

Michel llega hasta donde estoy realmente preocupado —¿Estas bien? —Y se arrodilla a mi lado, entonces mi parte malvada comienza a maquinar.

Modo Madisson maliciosa: Activado.

—¡Auch! Dios que dolor —digo mientras me tomo el tobillo dramáticamente, el luce horrorizado y con gran delicadeza me ayuda a levantar, apoyada en una pierna y en él.

Allí me atrevo a mirarlo, luce un poco aliviado y la mejor parte de mi plan sale a la luz, con las manos en su pecho lo empujo y corro con todo sin mirar atrás, al último obstáculo, una gran pared combada de tres metros, de un solo impulso llego y me agarro del borde, subo y presiono un botón, que hay en la cima para anunciar al ganador, mientras Michael me ve, confundido, aún en el suelo.

No puedo evitar soltar una sonrisa triunfante mientras bajo por detrás de la rampa, encontrándome con él.

—Creo que me debes una disculpa, eso no fue justo —dice seriamente y no puedo evitar reír.

—Eso no fue nada, solo lo necesario para ganar —y con eso me alejo con la barbilla en alto.

Jugando por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora