18. Tus 18

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Michael

—Hijo, estamos en el comedor, te esperamos —habla mi padre a través del teléfono en mi oído.

—Ya voy papá.

Me levanto de mi cama, aseo rápidamente y salgo de la cabaña, en el trayecto el recuerdo de lo que sucedió la otra noche viene a mi mente.

Madisson…

Estaba bailando conmigo en el gimnasio de voleibol, en la pequeña fiesta improvisada de anoche, que nos atrajo a Apolo y a mí por el retumbar de la música.

La sonrisa que delineaba en su rostro, la alegría que transmitían esos ojos azules y la sensualidad de sus movimientos, ella sí que sabe bailar, la manera en la que tomaba su cabello sudado y como mordía su labio.

Y luego la abrupta interrupción del vigilante.

El cómo tuve que sacar a Maddie de allí para que no se metiera en problemas y luego tener que buscar a sus amigos por su terquedad. Fue una total desilusión para la subdirectora el no encontrar a nadie, como policía llegando tarde a la escena del crimen, todos desaparecieron y no dejaron rastro, sin embargo, de no ser por Jacob, quien de lejos me hizo señas para alejarme de allí, probablemente yo sería el único culpable encontrado en la escena.

El sábado, entrené con Maddie, y luego de responder su exhaustivo interrogatorio, nos dedicamos a su práctica, ha mejorado mucho, sobre todo en su saque, ya era una buena jugadora antes de conocerme, pero sin duda está adquiriendo más seguridad y me gustaría pensar que es en cierta parte por mí.

Al llegar a la cafetería, observo mi familia, está sentada en una de las mesas, viendo atentamente a todos lados, me les acercó y me reciben con un gran abrazo — . Cariño, te extrañe muchísimo —dice mi madre tomando mi rostro entre sus manos.

Cálidamente, tomo sus manos y las estrecho entre las mías —Yo también los extrañe.

—Te veo más grande y fuerte Michael —comenta mi padre —¿Cómo van las cosas?

Nos sentamos, quedando Sofí a mi lado, paso mi brazo por sus hombros, y me sorprendo por como se apreta contra mí, ¿Me extrañó? Beso su cabello, siempre me ha dado mucha ternura —. Excelente papa, de hecho, soy el capitán del equipo de natación, lo que me garantiza un puesto en el mes de competencias.

—Eso es genial, felicidades —mi padre me da un pequeño golpe en el hombro y asiente.

—¿Familia Evans? —Escucho a Noah detrás de mí.

—Oh, Noah, hola hijo ¿Cómo estás? —Interroga mi madre, quien ahora creo tiene otro hijo, adoptivo.

—Muy bien Sra. Evans, gracias —contesta un encantador Noah, que se sienta a mi lado —tu debes ser Sofí.

—Así es —mi hermanita levanta su frente, orgullosa, ella siempre ha sido de carácter y personalidad fuerte —¿Eres el beisbolista?

—Así es pequeña.

—No me llames pequeña, pronto seré más alta que ambos —nos señala a ambos con su dedo.

—Wow, es fuerte ¿Eh? —Me susurra Noah.

—No tienes idea.

Tras pasar aproximadamente una hora hablando con mis padres, contando anécdotas y deseándonos muchos éxitos, ambos se miran y preguntan —Michael, el fin de semana cumplirás 18 ¿Qué quieres hacer?

Ese pequeño detalle, no me gustaría hacer más que ver a mi familia y descansar en la cabaña, he ido a unas cuantas fiestas, me gustan, pero personalmente mi lista de invitados sería reducida y no valdría la pena una gran celebración.

—¡¿Cumplirás años?! —Exclama Noah.

—Sí, el sábado.

—¿Por qué no me lo dijiste? — Interroga con los ojos como platos, se aclara la garganta y continua —¿Señores nos disculparían un momento por favor?

Mis padres asienten, él se levanta y me saca de la cafetería —¿Qué sucede?

—Tengo una gran idea —dice Noah con un destello de fascinación en sus ojos —te hare una fiesta, iremos a mi casa, invitaremos a gran parte de Elite y celebraremos esos 18…

—Ey, no estoy tan seguro —interrumpo —¿Y mis padres? ¿Y el tuyo? ¿Estás seguro de que lo acepte?

—Por supuesto —sonríe y se me acerca —Yo hablare con él, además le caíste bien y él le tiene aprecio a tu padre, créeme que no se negara —ante mi silencio, el continua —escucha… El sábado temprano iremos a mi casa, tus padres pueden ir si quieren, queda a 30 minutos de aquí, en la urbanización Sunnybrook —eso me sorprende, es de las más lujosas de la ciudad —contrataré un dj y bebidas, decoradores para ambientar y todo lo necesario, asistirán todos los del campamento y dormiremos allá, pueden dormir el resto de los chicos, hay suficientes habitaciones de huéspedes, y el domingo en la tarde regresaremos, no hay de qué preocuparse.

Eso suena increíblemente tentador, puesto así me gustaría tener una fiesta, pero no sé si sería correcto que todo lo esté haciendo Noah — Pero ¿no sería mucho abuso de mi parte?… Digo, una fiesta grande y con tantas cosas que debes planear, ¿para mi cumpleaños? No tienes por qué hacer eso.

—Es cierto, no tengo por qué —masculla Noah —Pero quiero hacerlo, te lo mereces y si yo puedo hacerlo por ti, lo haré, eres mi mejor amigo y no sabes el gusto que me daría celebrar tus 18.

—¿Estás seguro? —Noah asiente rápidamente —¿No sería un abuso? —Niega con la cabeza —de acuerdo —me da un abrazo de lado y entramos nuevamente en la cafetería.

Noah comenta maravillado su plan, asegurando que no sería un problema ni para su padre ni para él —¿Tu padre está de acuerdo con eso Noah? —Pregunta mi papa.

—Sr. Evans mi padre es Sebastián Lauda, su antiguo compañero de béisbol —mi padre se asombra, él lo conoce, no solo por el béisbol en su juventud, sino también porque su compañía se ha asociado varias veces con la suya —ya conoció a Michael y le cae de maravilla, dijo que le recuerda a usted, y sabe cómo mi padre ama una fiesta, el estaría muy contento de esto.

—¿Y tú quieres eso Michael? —Pregunta mi madre, desilusionada, sus ojos no brillan de igual manera, por lo que sé que piensa que me perderá.

—Al principio no, pero si me gustaría tener una fiesta así y Noah está siendo muy amable en proponerse, además, ustedes pueden ir, si quieren asisten a la fiesta o nos visitan temprano.

—No hijo, es una fiesta de jóvenes —ella ríe un poco, piensa y comenta —bien, supongo que ya no eres un niño.

—Gracias Sra. Evans, no se arrepentirá —comenta Noah —yo cuidaré a su niño.

Bufo —Eso no será necesario —miro a mis padres y a Sofí —Gracias.

—De nada —comenta mi padre —. Sabíamos que en algún momento celebrarías con tus amigos, confiamos en ti ¿De acuerdo? Y en ti Noah, no quiero drogas, alcohol…

Luego de las reglas dictadas por mi padre, ambos se despiden y se retiran, Sofí me da un abrazo y golpea a Noah en la parte trasera de la cabeza y se retira con mis padres.

—Bien, vamos a la cabaña —Dice Noah —¡Tenemos una fiesta que planear!

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Nota de la autora:

Hola!!

Ya que la aman o amarán (lo sé jeje), tienen a Sofí en multimedia.

Jugando por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora