6. Acosador

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Madisson

El sonido de mi celular me despierta, son las 6am, ya me iba a levantar de todas formas, pero es extraño que sea por un mensaje, solo tengo a mis amigos, las chicas de voleibol y a mi madre.

¿Y si es una emergencia?

Me levanto volando de la cama, exaltada, hablo con mi mama todos los días, pero es raro que sea a estas horas, sin embargo, me relajo un poco cuando no es de ella, pero es un número desconocido.

Desconocido: Hola.

Yo: ¿Quién eres?

Desconocido: Por los momentos nadie.

Ok, sin duda esto es extraño.

Yo: Dije ¿Quién rayos eres?

Desconocido: Tu acosador.

No responderé esto, es una pérdida de tiempo. Aprovechando que ya estoy despierta me doy un baño, y me visto con mi habitual ropa de entrenamiento.

Mientras salgo, arreglo mi cabello en mi habitual cola de caballo, no es que sea mi peinado preferido, pero no sé hacer nada más, ese trabajo se lo dejo a las gemelas, Laura y Alejandra, siempre nos peinan antes de los juegos.

Sarah despierta perezosamente y murmura algo que no logro comprender para luego desaparecer en el baño, por lo que me siento a esperarla en la cama, con mis audífonos, estoy escuchando someone you loved de Lewis Capaldi, amo esa canción, me relaja.

I guess I kinda liked the way you numbed all the pain

Now the day bleeds into the nightfall.

And you're not here to get me throuhg it all.

Let my guard down and then you pulled the rug.

I was getting kinda used to be someone you loved.

Pero el efecto de la canción termina, cuando llega otro mensaje.

Desconocido: Lo siento.

Desconocido: No quise decir eso, soy Michael, solo quería hablar contigo.

Esto no me lo esperaba, ese nombre me roba una sonrisa y por alguna razón me alivia un poco.

Yo: Después de todo, sí eres un acosador.

Michel: Por ti, supongo que sí.

Eso me hace sonreír una vez más, no sé por qué, pero Michael me inspira seguridad, siento que puedo soltarme con él, de una forma diferente, creo que me atrae...

¡No! Nadie me puede atraer, me puede lastimar, puedo bajar la guardia y salir herida como con Brandon, pero tal vez él no sea así, él es un buen chico, o solo está disimulando para luego...

—¿Y esa carita? —Pregunta Sarah, ya salió del baño, vestida y lista para salir a desayunar.

—Oh, nada —, trago —¿Vamos? —digo disimulando mi momento de divagación.

Ella asiente y salimos al comedor, voy escuchando música, por un momento me salí de control, pero no debe volver a pasar.

Llegamos buscamos asiento y comenzamos a comer, mi yogurt con granola y frutas esta delicioso, pero esa es solo una parte de todo lo que debemos comer, sin mencionar el gran batido de proteínas a mi lado, es demasiado. Jacob llega a dónde estamos, con una de esas sonrisitas tan propias de él, recuerdo muy bien esos primeros días en los que hablamos y como me agradó.

—Esto tiene que ser una broma —, trague grueso mientras retorcía mis manos con nerviosismo, mirando el gran campo de fútbol que se extendía ante mí.

La clase de gimnasia no era particularmente mi preferida, pero si podía hacer una que otra cosa, solo que jugar fútbol no estaba entre esas.

—Tranquila —, un niño castaño se posiciona a mi lado y me regala una linda sonrisa —, solo tienes que patear el balón y correr tras el —, sus ojos café se encuentran con los míos y una sensación de familiaridad me embarga —yo te ayudo —, extendió su mano hacia mí y verdaderamente me enseñó a jugar fútbol.

Después de ese encuentro, él se volvió prácticamente un familiar para mí, siempre me ayudó y protegió como un hermano mayor, cosa que se intensificó después de ese terrible año.

—Solo digo que ustedes son unas debiluchas —Explica con los hombros alzados, dándole un mordisco a su manzana.

—El hecho de que no nos golpeemos con otros como unos animales no quiere decir, que no tengamos fuerza —, hablo en nuestra defensa.

—Ohhhhh —Grita Sarah con una mano en la boca, con eso Jacob se calla y sube sus manos en señal de rendición, lo que nos hace soltar una carcajada.

Terminamos nuestro desayuno y salimos cuando pasa, él está en la rampa para entrar... Michael camina con una gran sonrisa en su rostro y siento que el resto desaparece

¿Qué significa esta sensación?

Viene con el bronceado y sonriente chico de béisbol, Noah, y Apolo, los tres están hablando de algo animadamente, pero yo solo me concentro en el acosador...

Tiene una sudadera, unos shorts azules de Elite y zapatos deportivos, sus ojos resaltan con la luz del sol y me deja ver bien esa peculiar avellana algo oscuro, la luz matutina le acentúa cada facción de su masculino rostro, nariz y mandíbula proporcionalmente perfectas, labios delgados y ligeramente rosados.

Pasa sus manos por su cabello, también castaño, despreocupado, baja ligeramente su rostro manteniendo la sonrisa y envía un escalofrío a todo mi cuerpo al subir la mirada y —como una vez leí, al estilo look up thing—, fijar sus ojos en los míos.

¿Cómo se respira?

Me mira con una intensidad, que no había visto antes, mi respiración se vuelve pesada y él lo nota, pero sigo caminando, intentando inútilmente restarle importancia, pero aún así no puedo apartar mi mirada de él y ese contacto visual tan profundo que se está produciendo, entonces sonríe y siento un revoloteo en mi estómago, me deja ver esa dentadura perfecta, además de los pequeños hoyuelos que se forman a lados de sus labios.

El mundo a mi alrededor se detiene en esa mirada y sonrisa, pero Sarah me atrae hacia ella jalando mi brazo y cortando el momento.

—El gimnasio es por acá boba —Habla sacándome del embelesamiento.

Asiento y me doy cuenta de algo, estaba caminando en su dirección, iba hacia donde el ¿Qué me pasa? Esta no soy yo.

Sin duda estos encuentros se volverán incomodos y se me revuelve el estómago, al pensar que debo verlo todos los días.

Sacudo la cabeza, debo dejar estas cosas ya.

Pero no quieres.

Una molesta voz aparece en mi cabeza, pero me limito a ignorarla y seguir mi camino.
...

El entrenamiento transcurre bien, armo en suspensión a todas las posiciones, mientras el coach lanza los balones del otro lado de la cancha y los líberos me los envían, alternándome con la otra armadora.

Honestamente, este equipo está fuerte, como me gusta, la chicas hacen un buen trabajo y el apoyo y los gritos no faltan, así transcurre el resto del día. En la tarde practicamos sistemas y las atacantes hacen su trabajo repetidas veces.

—Ya no puedo más —, masculla Camila bajando, encontrándose conmigo.

—Mis piernas tiemblan —, se une Rebeca a mi lado, respirando pesadamente.

A decir verdad, estoy igual ¡Odio subir las escaleras en velocidad!

—¡Vamos señoritas, dos gradas más! —Brama el entrenador, respondido por gruñidos y suspiros de cansancio.

Al terminar, nos vamos a nuestras cabañas para prepararnos para la asamblea, probablemente hablen sobre los juegos del último mes y las palabras motivacionales de siempre.

Esto será tedioso, pero sin duda interesante

Jugando por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora