29. Temperamental

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Madisson

—¡¿Estas loca?! —, exclama Laura, su voz haciendo eco en el gimnasio.

—¿Por qué? —Nicole intenta soñar inocente, pero su tono la delata.

—En mi opinión —, me uno a la conversación —, no estás loca, solo ten cui...

—¿Encontrarse con Zac detrás del campo de fútbol? —inquiere Camila, interrumpiéndome —, para mí es una buena idea considerando a ese bombón de atletismo.

La cuestión aquí es que una loca chica en particular se encuentra con otro loco chico para hacer quién sabe qué detrás de un campo.

Dios los ampare.

—¡Cállate Camila! —Laura está apunto de perder la paciencia —, estás desquiciada —la rubia entorna sus ojos en su dirección a lo que ella los pone en blanco —y tú —señala hacia Nicole —, al menos usa protección, estás muy joven para una bendición.

—¡Ey! Calma, solo hablamos.

—Sí, y seguro que Michael y Madisson solo se abrazan cuando están solos —, comenta a quien llamo mejor amiga.

—¡Sarah!

Pero la realidad del caso, es que es cierto, para bien o mal, solo nos abrazamos, bien, tal vez otras cositas... Pero nada malo ¿Eh?

Las chicas no tardan en soltar un uhhhhhhhh, y yo salgo del gimnasio antes de que me salten encima por preguntas.

Sí, literalmente hacen eso.

Caminando, noto como el entrenador de natación sale disparado hacia la enfermería con el rostro fruncido y la preocupación irradiando.

Michael.

Inmediatamente pienso en todo lo que pudo haber pasado, nada pinta bien.
Le envió un mensaje al chico en mi mente, pero no responde, ni siquiera lo mira, pero Sarah me hace salir de mis malos pensamientos.

—Lo siento —sonríe inocentemente —¡Vamos a almorzar! —, jala mi brazo arrastrándome con ella a la cafetería.
Al terminar la bandeja con carne, pasta, ensalada, fruta y un jugo, además de las proteínas de hoy, salgo rápidamente antes de que Sarah me vuelva a llamar, esta vez me encuentro con Apolo en la entrada.

—Hola Maddie —saluda una vez que estoy frente a él.

—Hola Polo ¿Cómo estás? —Luego de que Michael me lo presentara, lo empecé a tratar sin intentar tensarme, sorprendentemente, es un buen chico, también me inspira confianza.

—Bien ¿Y tú?

—Bien supongo... ¿Por qué el entrenador iba a la enfermería? —no pude evitar preguntar, esa duda retumbaba en mi mente.

—Sucedió algo en el gimnasio —Rasca su nuca con nerviosismo —Michael se cayó y...

— ¡¿Qué?! —Exclame a toda voz.
Esto no puede ser nada bueno.

—Calma —comenta —al parecer no es nada grave... Él se cayó y no se pudo levantar, por lo que lo ayude y deje en la enfermería.

—¿Cómo rayos esperas que me calme cuando me dices que no se pudo levantar? —Bramo formando puños con mis manos.

—Maddie, estará bien, es fuerte... Deberías ir con él.

—¿Crees que no lo pensé? —comienzo mi camino, pero me detengo cuando el comenta.

—Pero el Doctor lo examina todavía, mejor anda luego de la practicas, ahora no te dejaran entrar.

Resoplo —De acuerdo... Nos vemos luego.

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