42. Vamos

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Madisson

—¡Te ves genial! —, exclama Sarah detrás de mí en el reflejo del espejo.

—Gracias, supongo —me encojo de hombros —, aunque en realidad no sé de qué hablas, esto me lo pongo siempre.

—No es eso, es tu sonrisa Maddie, tienes una vibra… Alegre —me abraza —, no sabes cuánto me alegra, tenía tiempo sin verte a…

Se corta repentinamente, pongo mi mano en su hombro, se lo que piensa.

—Está bien, no me incomoda Sarah.

Su sonrisa se amplia y chilla deliberadamente mientras se dirige al baño para asearse.

—¡Apresúrate!

—¡Salgo en 15! —, grita desde el baño al mismo tiempo que se escucha el agua de la ducha.

Ciertamente me siento bien, muy bien, si debo admitir, hay algo diferente, una vibra diferente.

Tras su salida, desayunamos rápidamente con Jacob en la cafetería, quien no habla más de lo necesario y tiene el humor más irritable que de costumbre, luego de perder las finales de hockey, que lo atestaran contra la pared en repetidas ocasiones y que su orgullo haya sido aplastado por Spartan, se ha convertido en un ogro respondon.

Sin embargo, no podía dejar que se me contagiara su humor, ya que hoy es ¡El día!, no mi día, pero si el de Michael. Lo que me tenía más nerviosa y emocionada que nunca.

—Buen día Sr. John —, saludo al vigilante de las piscinas mientras me adentro en el complejo.

—Oh, hola señorita —, saluda con una sonrisa —… Quería decirle que lamento haberlos interrumpido el otro día…

—No tiene nada que lamentar, está bien —aseguro restándole importancia —, ¿Michael ya está aquí?

—Sí, los de natación llegaron temprano hoy, están en los vestidores… Supongo que en una charla o algo —. Se encoje de hombros.

—Oh, ya veo.

—Pero… Creo que su familia está aquí —, señala hacia las gradas donde efectivamente están los Evans.

—Sí, son ellos… Muchas gracias.

—No hay de que señorita.

Subo las gradas lentamente mientras me acerco a la familia que no deja de mirar impacientemente la piscina.

—Buen día…

Mi saludo es interrumpido por los brazos de la Sra. Camille que me apretujan contra sí.

—Oh, Maddie querida, muchas gracias por todo, de verdad.

Miro a Sofí quien tiene una expresión divertida en su rostro, articulo un qué hiciste sin sonido a lo que ella se encoje de hombros.

Sin duda tiene algo que ver con esto.

Luego de que la Sra. Evans me soltara y continuara agradeciendo, salude al resto de la familia y me senté junto a ellos en la grada.

—Sofí… —la presiono con un tono autoritario, no sé que ha echo, pero sin duda algo hizo.

—Está bien, está bien —la pequeña se encoje de hombros y suelta un suspiro—, tal vez haya dicho algo sobre lo que me contaste.

—¡¿Qué?!

—¡Sofi! —exclama Sarah uniéndose a la grada.

—¡Sarah! —es Sofí quien la recibe con un gran abrazo.

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