39. Especial

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—Maddie levántate, tenemos que ir al juego —Sarah sacude mis piernas.

—No puedo, lo siento.

—Por Mónica, ella ha sido genial contigo, debes ir.

—¿Y si él está allí?

Obvio estará tonta.

Ya te lo dije, hablarás con él —, me da una pequeña sonrisa ladeada —cuando puedas, obvio no hay presiones.

Ja ja.

—Pero ya vamos, levántate, ya parece que vas a hibernar.

Suspiro pesadamente, es cierto —, Bieeeen —débilmente salgo de la cama.

Sintiendo un peso en el estómago y el ánimo por los suelos, me doy una ducha con la esperanza de que sirva para borrar mis recuerdos.

Sí, el dramatismo me sale natural.

Al salir, escojo unos pantalones holgados, zapatos deportivos y una blusa azul marino, ni siquiera tengo ganas de salir y ahora debo ir a un juego básicamente obligada.

Lollipop lollipop uh lolli lolli lolli.

El sonido proveniente de mi celular me hace salir de mi embelesamiento frente al espejo por mis ojos hinchados.

Debí pensar en eso anoche.

Recojo el teléfono y mi nudo se hace más intenso por el nombre en el identificador.

Pero debo contestar.

—¿Maddie? —habla esa refinada y ligeramente acentuada voz del otro lado del celular.

—Hola Sra. Camille —trago grueso, esta llamada no me da un buen presentimiento.

—Querida ¿Estas con Michael? No contesta el celular y es una emergencia —, el tono de alarma en su voz me preocupa.

¿Y si le paso algo?

—No Sra. Evans, lo siento, pero… ¿Sucede algo?

—No querida —, me asegura en seguida— es solo que William y yo tenemos una reunión urgente en la compañía y vinimos a dejar a Sofí en el juego de la novia de Noah, el la invito, pero ninguno contesta para que vengan a recogerla, no la podemos dejar sola en el campamento.

Okey, lo que estoy a punto de hacer será por Sofí, no por él.

¿Cierto?

—Eh… ¿Sra. Camille?

—¿Si?

Suspiro pesadamente, está bien Madisson, será rápido —, puede dejarla conmigo, yo la llevaré con Michael luego —. Suelto lo más rápido que puedo antes de arrepentirme.

—¿Segura?

No, la verdad no.

—Sí.

—Está bien, ya vamos llegando ¿Puedes vernos en el edificio central? —pregunta con más calma en su voz.

—De acuerdo, ya voy para allá —, cuelgo la llamada y me vuelvo a Sarah —. Debo hacer algo, espérame en el juego.

Sin esperar respuesta de su parte, salgo al edificio, donde el auto de los Evans espera. Una vez frente a ellos, el Sr. William me saluda con la mano, mientras yo fuerzo una sonrisa.

La Sra. Camille sale del auto con Sofí a su lado, queda a su nivel y habla —, cariño quédate siempre con Michael y Maddie, y compórtate ¿De acuerdo?

Ella bufa y asiente con la cabeza, su madre se levanta y me sonríe —, gracias Maddie, de verdad.

—No hay de que Sra. Evans.

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