28. Contratiempo

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Michael

You so fuckin' precious when you smile
Hit it from the back and drive you wild
Girl, I lose myself up in those e-e-e-e-eyes
I just had to let you know you're mine

Tarareo mientras voy de un lado a otro en el gimnasio.

Sí, ya tik tok me pegó otra cancioncita.

Las semanas pasaron rápido luego de la fiesta, falta muy poco para el mes de competencias y no puedo estar más emocionado, las competencias entre nosotros van bien, y ya enfoqué la categoría en la que participaré... Mixta.

Más allá de mi gusto por los diferentes estilos, y la sugerencia del entrenador, me siento cómodo cambiando la forma constantemente.

Sin embargo, esa emoción también es producida por algo más, Maddie, y es que hay una buena noticia, oficialmente es mi novia, esa increíble voleibolista es mi pareja, luego de que se abriera conmigo y fuese realmente valiente al contarme todo por lo que paso, me confesé y ella correspondió, lo que me hizo sentir como el dios de mundo —¿Muy exagerado? Tal vez suene así, pero ustedes entienden—.

Los últimos días la hemos pasado muy bien, con nuestros entrenamientos de fin de semana, comidas juntos y con ciertos encuentros, pero nada irresponsable —ojo con eso mentes perversas—, mis padres la aman, y eso es una de las cosas que más me importa, mi familia es todo para mí y que Maddie sea parte de eso simplemente me encanta.

Estoy a una serie de terminar mis rondas, con box jumps.

Comienzo, dando uno a la vez con su debido impulso y haciendo el péndulo con los brazos, sin embargo, inesperadamente caigo al suelo y siento un punzante dolor en el tobillo derecho, nadie lo notó, pero cuando subo mi mirada un muy divertido Derek, se está alejando —El muy idiota me hizo caer—.

Gruño en repulsión e intento levantarme, pero al poner mi peso sobre el pie derecho, la punzada se intensifica, un calor se extiende desde mi tobillo a mi muslo y caigo soltando un quejido de dolor, rápidamente el entrenador, Apolo y otros chicos se acercan y me ayudan a levantar.

—¡¿Estas bien?! —pregunta exageradamente Apolo.

—Sí —mascullo, pero en realidad intento convencerme a mí mismo, tal vez no esté también.

—Camina Evans —ordena el entrenador.

Doy un paso con el pie izquierdo, pero al pasar el derecho la punzada vuelve y me hace caer, soltando otro quejido.

Maldigo para mis adentros.

—Campbell, llévalo con el fisioterapeuta, yo iré luego —Brama el entrenador, así es como, apoyado en Apolo, llego a la blanca y fúnebre enfermería.

El Dr. Darmont saca mi zapato y deja ver un tobillo hinchado y con un hematoma en el maléolo externo, por lo que me dijo el canoso hombre, para mí, es el lado externo del pie, comienza a examinarlo y cada vez que lo toca, suelto un quejido por el intenso dolor que produce.

Pasados unos casi eternos minutos se levanta y mira al entrenador, quien llego hace un momento —Evans, tienes un esguince en el tobillo —, esa última frase se repetía en mi cabeza, oh no, esto es malo —, a juzgar por el lugar, caíste sobre algo y tu pie se dobló… Afortunadamente, es un esguince de primer grado, lo que significa que algunos ligamentos están estirados, pero no rotos, podrás mover el tobillo, pero en estos momentos nos preocuparemos por el hielo, vendaje e ibuprofeno —, comenta alternando la vista entre el entrenador y yo.

El semblante del coach, se tensa mientras cruza sus brazos y yo no puedo evitar, sentir un gran peso caer sobre mí, eso puede significar muchas cosas, tal vez, me pierda los entrenamientos durante una semana, o tal vez por un mes, lo que es totalmente malo, cuando se aproxima el último mes, pueden prohibirme participar o incluso me mantenga aquí, el resto de campamento.

Esto un gran contratiempo.

—Recomiendo reposo, sin mucho movimiento, preferiblemente que se quede en la enfermería, para mantener su tobillo alzado y vendado correctamente… Lo inmovilizaremos, pero solo un día, y se le realizaran ejercicios dependiendo de la mejoría, recomiendo adquirir una tobillera, por los momentos.

—¿Cuánto tiempo será eso Doctor? —Pregunta el entrenador, pensando lo mismo que yo.

—Por el nivel de su lesión, entre una semana y 10 días —diento un repentino vacío en mi pecho —pero eso dependerá del reposo, los primeros días se mantendrá aquí, y luego progresivamente entrará en las prácticas, pero con menor carga.

—¿Podré participar en los juegos? —Pregunto yo esta vez.

—Con suerte, si son finalizando el mes sí, pero reitero, eso dependerá de cómo se encuentre tu tobillo en esos días… Si bien tu deporte no tiene tanto impacto en el tobillo, deberás guardar reposo y volver solo a la piscina al cabo de unos días, cuando yo te lo indique.

Ese peso en mis hombros se hace aún mayor cuando me mueven a una habitación, me colocan una tobillera, hielo y lo elevan, manteniéndome allí el resto del día.

Mi mandíbula se tensa al recordar a Derek saliendo sonriente, él me causó esto, por su culpa no es seguro que vaya a competir.

—Evans, estoy tan sorprendido como tú —comenta el entrenador en una silla junto a la camilla —, pero guardarás este reposo para que compitas, seguiremos las indicaciones del doctor y cuando él lo permita regresaras a la piscina —se dirige a la puerta —. Ahora descansa, vendré mañana a ver como sigues —yo asiento y lo veo alejarse.

¿Y si no compito? ¿Y si no puedo nadar igual después de esto? ¿Y si...?

Ni siquiera puedo hablar, la rabia me carcome y solo quiero salir de aquí y reclamarle al idiota de Derek, sin pensarlo, tomo lo primero que encuentro y lo aviento con una fuerza sobrehumana contra la pared más cercana, el estruendo me hace percatarme de que era un control remoto, pero no puedo pensar claramente, echo mi cabeza hacia atrás y cierro los ojos con fuerza.

Sin darme cuenta me encuentro hiperventilando y con los dientes chirriantes, normalmente soy tranquilo, pero mi temperamento me gana, y como aquellos vez a los 15, mi tranquilidad se va a la mierd…

Respira Michael, calm…

—Cálmate —la voz de Maddie llega a mis oídos ¿Si está aquí o ya me volví loco? Subo la vista y me encuentro con su mirada hazel abierta a más no poder por lo que debe ser mi expresión, parece leer mis pensamientos.

Desearía que verla fuese tranquilizador, pero solo puedo apretar mi nariz, con un puto nudo en la garganta.

Jugando por Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora