Capítulo 3

26 10 11
                                    

Narrador

Debes tener muchos deberes que acabar aun— le decía Axel a Silver mientras ambos caminaban a casa del menor.

Desearía que no fuera así, tendré que limpiar la casa también— decía el menor desganado y con notable cansancio.

Puedo ayudarte, acabaríamos más rápido— le propuso Axel a lo que Sil se negó diciendo que estaba bien; Axel acompañaba siempre a Silver, ya que le gustaba estar cerca de él, además que disfrutaban la compañía del otro.

Ambos estaban despreocupados cuando sin previo aviso Axel tiró a Silver al piso, el cual estaba asustado y confundido de las acciones de su amigo.

¿Axel? —preguntó en el suelo de la calle, atemorizado de qué había pasado.

Un estruendo se escuchó, como algo que había sido lanzado, un automóvil había sido arrojado en dirección a los jóvenes, este chocó contra otro color blanco ya que no les dio a los jóvenes; Sil miró la escena, ambos miraron a la dirección donde el automóvil fue disparado.

Un grupo de personas estaban destruyendo parte de las calles y lo que hubiera en ellas, había autos golpeados y pequeños incendios en algunos árboles, supusieron que eso debido a que uno que otro habría explotado.

Pero que mierda... —dijo Silver con los ojos abiertos a lo que estaba pasando, era impresionante ver personas levantar automóviles, o destruir cosas como concreto con solo un golpe.

Es mejor que no nos vean— le susurró Axel jalándolo atrás de una casa.

Silver miró a Axel, el cual no estaba impresionado, actuaba de manera normal, mientras tanto él estaba temblando como un cachorro junto a un lobo apunto de comerlo; el celular de Axel sonó, y este contesto sin dudarlo.

¿Caín? ¿Qué demonios está pasando? —preguntó algo irritado, Silver no podía oír lo que Caín respondía, a decir verdad, no escuchaba ni lo que su amigo decía, estaba temblando, y no dejaba de oír un zumbido en su oreja, las piernas le temblaban, y sentía un hormigueo en el estómago, esas personas eran aterradoras, fuertes y por lo que miraba también rápidas.

A...Axel... ¿Qué son esos monstruos? —Finalmente Silver pudo articular palabra alguna, Axel se quedó en silencio, miraba a Silver sin responderle nada a la persona que estaba al teléfono, veía el asustado rostro de su mejor amigo, quizá pensando en cómo tranquilizarlo, o pidiendo a alguna entidad mística que no le pase nada.

Finalmente volvió a hablar.

Caín... estoy con Silver escondido... ayúdame por favor — Axel había tragado su orgullo para pedirle ayuda a su hermano, este no respondía en la otra línea, quizá estaba asimilando lo que había oído, después de unos segundos Caín le había respondido, Sil no podía oír, por lo que solo miró como Axel fruncía el ceño y colgaba.

A...Axel...— Silver estaba muy asustado, pero no podía articular más palabras, a pesar de parecer algo exagerado, prácticamente Silver acababa de ver como personas normales estaban destruyendo todo y no sabía lo peligrosas que podrían ser, además que le asustaba que algunos estaban manchados de sangre.

Escúchame Sil... nada va a pasarte, no mientras esté aquí, yo te voy a cuidar, pero necesito que me escuches atentamente— decía Axel captando la atención del menor, poco a poco el ambiente se hacía más sombrío, como una película de horror, la tensión que sentía Silver al escuchar a personas gritar o sonidos que no sabía identificar, eran como crujidos de algo, pero se negaba a si quiera pensar que sean huesos de personas— en un momento una camioneta negra va a estacionarse enfrente, quiero que te mantengas tranquilo y cierres tus ojitos, pronto estaremos en casa— la voz de Axel se le hacía extrañamente tranquilizante, ya no sentía tanto miedo, y por unos segundos dejó de temblar de manera intensa.

Silver escuchó un pitido, era la bocina de algún auto, rápidamente sintió como algo lo tomó en brazos, él al sentir eso cerró los ojos apretándolos demasiado, no solo porque Axel se lo había pedido, sino porque de verdad no quería mirar, sentía que vería cosas que le darían más miedo; podía escuchar gritos de personas más intensamente, eran gritos de desesperación, dolor y muchos sonidos de algo crujir, junto a otros que no identificó, ni quería hacerlo.

Él estaba sostenido en los brazos de Axel, Silver sintió una brisa casi breve, como si hubiera ido a una velocidad sobre humana, no sabía a qué distancia había llegado la camioneta puesto que no se atrevía a mirar a la calle, pero no piensa que haya sido tan cercano pues cuándo sonó la bocina no se escuchó tan cerca, y sintió que llegaron en una fracción de segundos, aunque en ese momento no lo pensó demasiado.

¿Listo? —Silver aún tenía cerrados los ojos, pero logró distinguir la voz de Caín.

Sil, ya puedes abrir los ojos— le susurró Axel al pequeño de una forma suave, no quería que siga asustado.

Este obedeció y lo primero que vio fue el rostro de su mejor amigo, al cual no dudo en abrazar, estaba demasiado asustado, y su pecho sentía una presión intensa, Axel le había salvado la vida, si este no lo hubiera acompañado como de costumbre ¿Seguiría con vida? Probablemente hubiera acabado desde el auto.

De los ojos azulados de Sil rodaban unas pequeñas lágrimas, de alivio y de miedo, como si hubiera esquivado una tormenta en el último segundo.

Bueno estoy por arrancar, después limpias mi auto, no quiero el olor de ninguno después— decía Caín sin sentir el más mínimo miedo de las personas que estaban afuera, Axel solo le hizo una seña de que se apresure, a lo que Caín arrancó y condujo como si nada— tápalo con tu aroma, lo huelo desde aquí, y no dudo que ellos lo hagan.

Sil, necesito que te pegues a mi todo lo que puedas — le pidió Axel, Sil no dudó ni por un momento en hacerlo, no quería preguntar nada, solo quería salir de ahí, o probablemente despertar de esa pesadilla.

Axel lo cubría con su chamarra, para que se perdiera su aroma lo más que pudiera.

¿Desde cuándo usas chamarras tan así? —pregunto Sil para aliviar un poco la tensión, o mejor dicho para aliviar su miedo, y no pensar tanto en el caos de afuera.

Es de Caín— le respondió sonriéndole.

También la lavaras, y espero más de una vez, solo porque tu aroma es raro, y llama más la atención que el suyo— decía mirando por el espejo retrovisor y a la carretera de nuevo— cielos, en verdad todo es un infierno aquí.

Axel miró por la ventana, Sil no podía pues estaba entre los brazos de Axel y tenía la chamarra encima también.

Por dios... ¿Qué pasó? —dijo Axel al aire, todo era horrible, casas destruidas, unas hechas escombros, autos volteados o quemándose en alguna parte.

Esto es extraño, ¿Por qué está pasando estos? ¿Dónde está el consejo? —Decía Caín mirando todo el caos que había en las calles.

Silver estaba algo extrañado, ellos dos hablaban como si conocieran todo lo que pasaba, y él seguía ajeno a todo, una parte suya quería preguntar, y la otra tenía mucho miedo como para moverse.

Esto es malo, se supone que la humanidad no debe saber sobre su existencia ¿Por qué de la nada decidieron salir? —cuestionó Axel mirando por la ventana, uno de ellos lo miró directo a los ojos, aun estando el cristal de la ventana en medio, Axel tragó duro algo intimidado, Caín aceleró al percatarse que comenzaban a llamar la atención.

Después de unos breves minutos, por fin llegaron al hogar de Silver, el cual ya estaba un poco más tranquilo.

Bueno, ya cumplí con traerlos, cuando llegues a casa discutiremos esto con papá y nuestros tíos— agregó Caín.

Pensé que me llevarías— dijo Axel mirándolo de mala manera.

Sabes llegar solo, te ayudé con ese humano porque tenías miedo que sea almuerzo de ellos, por otra parte, tú estarás bien, y si no, podré vivir con ello— decía arrancando la camioneta, Axel solo lo maldijo por lo bajo, pues tenía algo más importante que atender, a Sil.

La Enfermedad Llamada Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora