Narrador
Finalmente, Frederick pudo abrir sus ojos, miró a su alrededor, el lugar era oscuro, al intentar moverse se dio cuenta que tenía cadenas en sus manos, las cuales cubrían toda su mano.
Suspiró de forma pesada, lo último que recordaba era que uno de ellos mencionó a una persona llamada Velasco, pero por más que trató de recordar si conocía aquel nombre en alguna parte, le fue imposible.
Después de unos minutos escuchó una ruidosa puerta abrirse, la cual provocó un sonido desagradable, cuando su vista se ajustó a la luz que había aparecido de golpe, un hombre con ropa negra y una capa rojiza entró a la habitación.
¿Quién demonios es usted? —preguntó Frederick al ver el rostro del extraño.
Usted debe ser Frederick Ossian, mi nombre es Velasco— se presentó el hombre agachándose para quedar a la altura de Frederick, quien se encontraba en el piso encadenado.
¿Velasco? Esos tipos que me trajeron te mencionaron, pero nunca te he visto, ¿Por qué estoy aquí? —volvió a decir Frederick sin entender por qué una persona que nunca había visto quería su presencia ahí.
Estás en lo correcto, no nos conocemos de nada, pero tienes algo que necesito— decía Velasco tomando el mentón de Frederick para que este lo mirara a los ojos, Frederick finalmente entendió.
Ya veo, con que de eso se trata todo, quieres mi don para que sea un peón en tu jueguito... espera un momento, ¿El consejo sabe de esto? —consultó Frederick esperando la respuesta del hombre.
Vaya, eres más listo de lo que pensé, tienes razón, estás aquí meramente por tener esos lindos ojos de color rojizo, y no, el consejo de la familia Belladona no tiene nada que ver en esto— le respondió Velasco.
¿Para qué querrías mi don? No me digas que quieres destruir a la familia imperial —supuso Frederick.
Velasco solo rio un poco.
Que divertido eres, pero no, mi objetivo no es destruir a la familia imperial, o al menos aun no, te necesito para la guerra— agregó Velasco.
¿Guerra? ¿De qué hablas? —preguntó Frederick confundido.
Contra la humanidad claro, la guerra contra los mortales— le respondió Velasco divertido.
Pero qué... ¡Por supuesto! Fuiste tú quien provocó que haya inmortales destruyendo las ciudades— le dijo Frederick elevando su tono y moviéndose un poco.
Yo simplemente les propuse una alternativa a los inmortales, y pronto lograré que la familia del Oeste y del Este se pongan de mi lado y sirvan a la causa— le confesó Velasco.
Sigo sin entender qué pinto en todo esto, si lograras que las familias imperiales siguieran tu absurdo plan, ¿Para qué me necesitarías? Ya con ellos y sus increíbles dones tendrías el poder para acabar con millones de humanos— le comentó Frederick confundido.
Te equivocas, aún hay algo que podría detenernos, la familia imperial del Norte, tienen dones superiores a los de muchos de los demás palacios...— le respondió Velasco frunciendo el ceño— por otra parte, el tuyo es uno bastante poderoso, podrías combatir libremente a cualquiera de la familia imperial.
¿Me estás pidiendo que pelee contra la familia Belladona? Estás completamente demente, nadie nunca se ha revelado contra los Belladona, o al menos ninguno vivió para contarlo— le respondió Frederick algo asustado de lo que aquel hombre decía, sin duda no estaba bromeando.
Por ello seremos los primeros en sacar del camino a esa familia, son ineptos, con tu ayuda estoy seguro que podremos pelear contra ellos— le insistió Velasco.
Los dones de los Belladona son demasiado desarrollados y peligrosos, el taburismo de Blake lo hace uno de los estrategas más temidos, sin mencionar el guardián oscuro de Blas, y Boris no se queda atrás con su don de tejedor de sombras— decía Frederick un poco asustado al pensar en lo aterradores que son los Belladona.
Los conozco más de lo que puedes creer, aunque sus dones son poderosos, créeme, no son invencibles, además dígame algo señor Frederick, si de verdad se rehúsa, y lo dejo ir, ¿Querrá estar en mi contra? Usted y toda su familia— amenazó Velasco, provocando una punzada de miedo en Frederick.
No metas a mi familia, ninguno posee algún don— le pidió Frederick.
Todo está en ti Frederick, si estás conmigo o en mi contra, con los Belladona, o con el Autumn— dijo Velasco por último saliendo del cuarto oscuro.
Espera ¡¿AUTUMN?! —gritó Frederick, pero aquel hombre ya había salido— imposible...
¿Qué hacemos con él, señor? —preguntó uno de los guardias que se encontraban fuera de la celda de Frederick.
Tortúrenlo— ordenó Velasco siguiendo su caminar.
Velasco caminó hasta el cuarto donde aún seguía la silla de su padre, era el menor del clan Autumn, por lo que jamás podría haberse sentado en esa silla, pero eso cambio la noche en que atacaron su hogar y destruyeron a toda su familia.
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Axel se levantó, el sol ya estaba bastante intenso, trató de mover su brazo, pero al momento de hacerlo sintió una punzada de dolor y de incomodidad, luego recordó que cierto chico tenía su cabeza encima de su brazo, por lo que tenerlo entumido ya no le sorprendió.
¿Me recuerdas por qué te comparto mi cama? —preguntó al aire, pues Silver seguía dormido y no podría responderle. Axel se le quedó viendo sin expresión alguna, hasta que se percató que el menor soltaba pequeños ronquitos apenas audibles, por lo que rio internamente y solo pudo pensar "es adorable" —ha, ya recordé por qué.
Con su otro brazo Axel tomó su celular que descansaba en la mesita junto a su cama, eran las 02:00 P.M al ver eso abrió mucho los ojos, ya era muy tarde, por lo que comenzó a tratar de despertar a Silver, quien soltó unos quejidos de molestia y abrió los ojos a duras penas.
¿Qué pasó? —preguntaba aun medio dormido el menor, restregó sus puños en sus ojos para tratar de despertar.
Nada, solo que son las dos de la tarde— le dijo el mayor acostado aun sin poder mover su brazo, pues Silver seguía encima suyo.
¡¿QUÉ?!— el menor se sorprendió y se levantó de golpe— ¿Por qué no me levantaste? Es muy tarde— le reclamó el menor, Axel solo trató de mover su brazo, aunque comenzaba a sentir hormigueos.
Mi culpa— dijo Axel irónico a los reclamos del menor.
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La Enfermedad Llamada Amor.
VampireEl amor no distingue razas, existe para ser compartido por todos, nos llega en el momento menos indicado, y se puede ir en el momento más inesperado. Silver Blair, un muchacho que al vivir su monótona vida al lado de su mejor y único amigo Axel...