La Enfermedad Llamada Amor.

8.2

Padre— dijo Merlín por lo bajo.

Esto es un completo desastre— mencionó el señor Ron mirando todo lo que había pasado atónito— es peor de lo creí.

La raza humana corre un verdadero peligro con esas personas del lado de Velasco— dijo Jared.

Lo que las personas que se unieron a Velasco no entienden, es que seguramente después de los humanos, irá por quienes no se unieron a su causa— afirmó Ron.

Tanto mortales como inmortales morirán— agregó Israel.

Debemos irnos ahora, los Belladona deben saber esto, la batalla contra los nuestros es inevitable— sentenció Ron dirigiéndose a la salida.

El resto de la familia lo siguieron, Merlín, aunque dudó por un momento, acabó yendo con ellos.

La velada continuaba, aunque Velasco se encontraba adentro del palacio, descendió por unas escaleras que llevaban a una fila de puertas de metal, era donde torturaba a sus prisioneros.

Señor, ¿Las familias se unieron? —preguntaba uno de los verdugos de Velasco.

Como supuse, la mayoría se quedó, Camila como siempre es demasiado débil para tomar una decisión así— le comentó Velasco apretando sus guantes negros— ¿Dónde están?

Adentro— le dijo el verdugo señalando la puerta más grande, Velasco solo sonrió y caminó hacia ella, abriéndola.

Buenas noches— saludó al hombre que se encontraba ahí amarrado.

Era Frederick, quien tenía la mirada perdida, como si no pudiera ver nada, o a nadie, no se inmutó cuando Velasco entró, no tenía expresión, tenía la boca entreabierta y se quedaba solo colgado, sus músculos no hacían el mínimo esfuerzo por moverse.

Parece muerto— le comentó el verdugo a Velasco quien sonreía al mirar el estado de Frederick.

Casi— dijo Velasco tomando a Frederick de la cara y para que este lo mirara mejor— me encanta la mirada que tienes en este momento, tan destruida.

Frederick estaba mirando, pero realmente solo sus ojos estaban fijados en Velasco, su mente parecía estar quebrada, pues es lo único que no estaba, tan solo se encontraba su cuerpo.

No ha hablado desde la última vez que estuvo aquí, lo torturamos, pero no grita, no hace nada, lo atravesamos con cosas y solo se queda ahí, sin decir nada— le comentó el verdugo.

Es difícil torturar un cascaron vacío— le dijo Velasco levantándose y caminando a la salida— como sea, Frederick ahora peleará por nosotros, la hora de los Belladona, ha terminado.

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Axel traía cargado a Silver en su espalda y Damon iba con ellos desde atrás.

No puedo creer que me dejaras con la loca— le reclamó Caín a su hermano menor.

En mi defensa, ambas están locas, pero tu novia más— le burló Abel riendo.

No es nada mío esa loca— se quejaba Caín golpeando a Abel.

¿Qué le paso a Silver? —le preguntó Abel a Axel al mirar que lo traía en la espalda y este dormía.

La fatiga— le respondió Damon.

Si quedas medio muerto, señal que se divirtió— le dijo Abel riendo.

Los humanos son demasiado débiles y frágiles— dijo Damon siguiendo a los chicos al interior de su casa.

¿Tú que demonios sigues haciendo aquí? —cuestionó Caín— si viene mi padre y te ve aquí se preguntará el por qué.

Además, Liam debe estarte buscando, lo dejaste solo con Zoé— le dijo Abel.

Es que... me sentía solo y me gusta tener con quien hablar— dijo Damon refiriéndose a Silver, ya que lo miraba mientras los mayores le cuestionaban.

Bueno, llevaré a Silver arriba para que descanse mejor, hasta mañana— se despidió Axel subiendo las escaleras.

Iré arriba— les informó Damon saliendo de la casa, se refería al techo.

¿Crees que la tía Merlín note que no está Damon? —preguntó Abel a Caín.

No lo sé, no es como que Liam o Zoé estén junto a Damon todo el tiempo, o su madre pase tiempo con ellos, por lo que probablemente crea que está fuera o algo por el estilo— le respondió Caín.

En eso tienes razón, creo que iré a mi habitación, necesito acostarme— le informó Abel al mayor.

Yo necesito algo de comer— le dijo Caín a su hermano dirigiéndose a la cocina, por lo que este asintió y fue a su cuarto.

Caín se sirvió un vaso de un líquido rojizo y bebió de ello, en su casa tenían bolsas de sangre para alimentarse determinado tiempo, ya que bebían cada que sentían demasiada hambre o ya llegaban a su límite sin alimento, lo cual ocurría algunos meses después de ingerir, ya que para no volverse dependientes trataban de ingerir lo menos posible.

Caín se quedó un momento pensando, la luna aún se veía hermosa.

Te gusta mucho la noche— la voz de Israel captó su atención, supuso que entró por la puerta trasera.

Caín no se giró para verlo, permaneció con su vista al cielo y apoyado en la mesa.

¿Porque mi habitación siempre esta oscura? —le preguntó Caín.

En parte, pareces más cómodo así— le comentó Israel.

Me recuerda a mi vida humana, cuando hay oscuridad total es como si tuviera los ojos cerrados, descansando, como si viviera el sueño más largo— agregó el pelinegro mirando a su padre por fin— ¿Qué tal todo?

Velasco es más peligroso de lo que creímos— anunció el hombre tomando la misma postura del joven— las familias imperiales o al menos miembros de éstas lo apoyarán— le informó Israel.

¿Los Belladona? —consultó el chico queriendo saber qué haría la familia principal.

Velasco está tras ellos, dice que quiere acabar con la raza humana, pero sabemos que tarde o temprano querrá expandirse y acabará con quienes le estorben— le dijo el hombre.

Esto no será una guerra contra la raza humana, esto será una guerra entre nosotros, los humanos no tienen idea del peligro de que las familias imperiales peleen del lado de Velasco— agregó Caín, Israel se sorprendió de la actitud del joven, pues conoce el repudio que siente a los mortales.

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Velasco se encontraba junto a la silla de la familia del sur, por alguna razón jamás quería tomar lugar en esta, quizá sintiendo que ese lugar aún le queda muy grande.

Le trajimos a Frederick como pidió— le mencionó un hombre llegando por la parte de atrás, Velasco tenía muchos verdugos para cada prisionero, los cuales torturaba sin descanso, aunque Frederick era su favorito, ya que este además de tener un don físico con daño espiritual, también entre todos los que tenía encerrados era quien tenía más experiencia en campo de batalla.

Frederick fue puesto frente a Velasco, seguía sin moverse, ni siquiera parpadeaba, su mirada era inexpresiva, como un cadáver llegado a la morgue.