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¡TE EQUIVOCAS! —le dijo Silver elevando su tono, consiguiendo una mirada extrañada del hombre —Yo confío en Axel, sé que nunca sería capaz de hacerme daño... no creo que puedas entenderlo, no creo que alguien que habla como si conociera a los demás sepa lo que es querer a otra persona.

¿Tú qué sabes? Tan solo eres un bocadillo para nosotros, tú y toda tu asquerosa raza, jamás sabrá lo que es el dolor de perder a alguien que amas, porque ustedes tienen una idea asquerosa sobre el amor— le dijo Velasco con el ceño fruncido mirando al joven desde arriba, pues el chico estaba hincado con los brazos encadenados hacia atrás.

No estoy de acuerdo, el amor existe para ambas razas, tanto mortales e inmortales pueden sentirlo, que pienses que algo es retorcido o anormal solo por no conocerlo, te hace alguien... despreciable— le dijo Silver sin más— yo... amo a una persona, y haría lo que fuera por esa persona, quiero que esté bien, y que no sufra, es mi forma de amar.

Velasco lo miró por unos segundos.

Jamás había conocido un humano... tan extraño— Velasco se puso a la altura del joven nuevamente— tú sabiendo lo que somos, lo que hacemos, ¿No sientes asco de nosotros?

En absoluto, ustedes tienen tanto derecho a vivir como cualquier mortal... no entiendo la discordia entre ambas partes, ustedes alguna vez fueron mortales, ¿Cuál es el odio que sienten a ellos? ¿No es una forma de odiarse a sí mismos? —le preguntó Silver, Velasco no sabía que responderle al chico, jamás había conocido a ningún humano que pensara así de su raza, todos los que había conocido, trataron de matarlo o le quitaron aquello que él amo, por lo que un humano que lo viera como un igual, estaba fuera de su comprensión.

Si tan solo el resto de humanos fueran como tú... —le confesó Velasco con una mirada diferente, ahora era melancólica— yo alguna vez amé a alguien, era la mujer más bella de todas, me recuerdas un poco a ella, es irónico, ella siempre pensaba que los inmortales y mortales podríamos vivir juntos, sin conflictos— le dijo Velasco, el chico pudo sentir la tristeza del hombre.

Que sueño tan hermoso— le dijo Silver— ¿Qué pasó con ella? —volvió a consultar curioso.

Yo confié en ella, tratar de darle una oportunidad a la humanidad... pero esos monstruos me recordaron que jamás puedes confiar en ellos— le contó Velasco, Silver se sentía triste por aquel hombre, se veía dolido.

¿Los humanos la mataron? —preguntó Silver.

Ellos se enteraron de lo que ella era, Brenda quería ser aceptada por ellos, se había ganado el cariño de muchos, siempre trató de ayudarlos, curarlos, jugaba con niños, siempre le llevaba rosas a los enfermos... —le dijo Velasco.

Debió ser una persona muy amable—

Era maravillosa, todos la amaban, pero cuando ellos supieron qué era, ¿Crees que se detuvieron a pensar en todo lo que ella hizo por ellos? ¿Crees que pensaron si tenía familia? Si alguien la esperaba, o si tenía sueños, planes, anhelos— decía Velasco apretando los dientes, le llenaba de ira recordar aquello— ustedes no pueden entender lo que es ver a la persona que amas ser descuartizada y quemada, primero atacaron mi hogar y se llevaron a toda mi familia, después me quitaron lo único que me hacía feliz, la raza humana solo se une para causar daño.

Silver jamás pensó que aquel hombre hubiera pasado, por tanto, podía sentir el dolor por el cual aquel hombre había pasado, su mirada lo decía todo, no era una mirada cruel, era una mirada quebrada.

Solo estás roto... —le dijo Silver.

¿Cómo dices? —le preguntó Velasco confundido.

La raza humana te rompió una vez, y cuando quisiste pegarte de nuevo, te volvieron a quebrar, ¿No es así? —le preguntó Silver, su tono y su mirada del castaño eran diferentes.

¿Acaso tú? —Velasco podía ver en su mirada del joven el mismo dolor que el suyo, como si este pudiera entenderlo.

Señor Velasco— entró otro hombre a la sala, era uno de los verdugos de Velasco.

¿Velasco? —Silver abrió mucho los ojos, todo este tiempo estuvo hablando con el hombre quien inició la guerra, y quien había estado dañando a todos.

Velasco se levantó mirando al verdugo.

¿Qué es lo que quieres? —le consultó el hombre.

Cecilion llegó como lo solicito— le dijo el verdugo.

De acuerdo, estuve esperando su visita desde hace días, nos vemos mortal, había pasado tiempo desde mi última charla con alguien que no me chupara las medias— le dijo Velasco riendo y saliendo.

Señor, ¿Quiere que lo torture? —preguntó el verdugo refiriéndose a Silver.

¿Eres idiota?, por supuesto que no, es un mortal, probablemente acabaras matándolo, aunque traigan comida para humanos, solo desencadénenlo para que coma— le ordenó Velasco, el hombre solo asintió y fue a realizar el mandato del hombre.

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Axel, ¿A dónde mierda crees que vas? —cuestionó Caín al mencionado, quien recién se había levantado y se dirigía a la salida.

¿No es obvio? A salvar a Silver— decía el chico, su rostro se veía adolorido, pues su cuerpo extrañamente le pesaba.

Axel, por favor tranquilízate, estuviste desmayado— le dijo Israel esperando a que el chico se calmase.

Además, que la carrera que te pegaste, alcanzaste a ese hombre que te llevaba ventaja de tiempo, solo un inmortal recién alimentado podría hacer algo así, tu cuerpo necesita descanso— le dijo Damon inexpresivo ante la terquedad de Axel.

Damon, ¿Por qué mierda permitiste que se llevaran a Silver? ¡TE PEDÍ QUE LO CUIDARAS! —Axel se acercaba peligrosamente al mencionado, quería golpearlo.

Abel tuvo que detener a su hermano menor, si no, probablemente atacaría a Damon.

Yo no lo permití, hice lo que pude, pero Larry usó su don contra mí, no podía moverme, además, si quieres culparme por eso también, no fui el único a quien detuvo ¿O sí? —le decía Damon cruzándose de brazos.

Yo... cállate— Axel se dio la vuelta intentando volver a salir y siendo detenido por Abel.

Axel, en ese estado no podrás hacer nada, solo que te maten, y así jamás ayudaras a Silver— intentó convencerlo Abel.

De cualquier forma, lo más probable es que estés yendo directo a su trampa —dijo Caín a lo que todos lo miraron confundidos —vamos, piénsenlo, ¿Por qué Velasco se tomaría tantas molestias en capturar a un humano? Es obvio que está tras algo más, Silver no es más que la carnada— comentó el pelinegro.

Aun así, no pienso dejar a Silver con ellos, pueden herirlo... o peor— decía elevando su tono y bajándolo al final, quizá por imaginar las situaciones de las que hablaba —si le pasa algo, jamás podría perdonármelo.

Entiendo cómo te sientes hijo, pero si nos alteramos jamás podremos pensar claramente y solo haremos que nos maten a todos, es claro que tendremos que ir por Silver, esto pasó por involucrarse con nosotros, es nuestra responsabilidad ayudarlo— dijo Israel para tranquilizar a Axel, quien parecía no estar ten tenso, aunque aún parecía querer salir corriendo, y si sus hermanos y padre no estuvieran ahí, es más que seguro que hubiera corrido a buscarlo sin dudar.

La Enfermedad Llamada Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora