La Enfermedad Llamada Amor.

10.7

Maldito mestizo- dijo Caín caminando donde el chico para golpearlo- olvídate que sea suave contigo- amenazó Caín.

El menor solo sonrió consiguiendo que Caín se enoje más.

Caín se paralizó al darse cuenta como su vista poco a poco se volvía oscura de nuevo.

Ups- dijo la chica riendo.

Maldita sea- dijo Caín siendo golpeado por Axel, el cual le rompió el brazo a Caín y lo arrojó.

Hijo... por favor, detente- le pidió Israel, aunque no puedo centrarse pues estaba lidiando con Frederick.

El pelinegro ahora se acercaba donde Damon, quien seguía en el suelo.

Mierda, me rompió la cadera cuando me pateó- pensó Damon chasqueando la lengua, pues no podía pararse ni adoptar su postura de pelea.

Unos pequeños pasos llegaron donde estaba Damon poniéndose enfrente de él.

Por favor, no le hagas nada- Silver estaba frente a Axel tratando de evitar que lastimen a Damon.

¡SILVER, ¿QUÉ DEMONIOS HACES?, CORRE! -Damon se había alterado, y una vez más logró mostrar una emoción, miedo.

Damon sabía que si Axel no lo recordaba podría matarlo y se maldijo a sí mismo por no poder levantarse.

Por favor...- le rogó Silver al mayor.

Axel, si lo tocas te juro que cuando me pueda parar, te mato- le amenazó Damon volviendo a expresar una emoción nueva, ira.

Un ¿humano? ¿suplicando por la vida de un inmortal? -se preguntó así mismo el pelinegro, algo desconcertado.

¿Qué rayos haces, Sebas? Mátalo, solo es un humano- dijo Leila incitándolo.

¿Sebas? -se preguntó confundido Abel.

El pelinegro veía a los ojos al chico mortal que le pedía por la vida de Damon.

Los azules ojos del mortal, se le hacían extrañamente familiares y bellos, como si ya los hubiera visto antes, pero así mismo, pensó que eran los ojos más hermosos que jamás había visto.

Su rostro del mortal, era lindo, pero no solo eso, se le hacía familiar, pero jamás lo había visto en su vida, o al menos eso pensaba él.

Si no lo matas tú, lo haré yo- dijo la chica quitándole la vista esa vez al castaño.

Damon... no puedo ver nada- dijo el chico algo alarmado, Damon lo pudo tomar del brazo jalándolo con él y abrazándolo por si intentaban hacerle algo.

Tranquilo, no va a hacerte nada- dijo Damon mirando a los dos que estaban parados enfrente suyo.

Abel y Caín estaban sorprendidos al ver que Axel sujetaba el brazo de Leila, evitando que ataque al mortal.

¿Qué mierda haces? -preguntó la chica enojada.

El mortal no ha hecho nada, no tiene por qué morir- dijo el pelinegro frunciendo el ceño.

¿Qué? Es solo un humano- le dijo la mujer tratando de soltarse del agarre del chico sin éxito.

Es un inocente- le dijo el chico, ella se rindió pues escapar del agarre de el joven sería imposible, así que solo aceptó regresándole la vista al castaño quien tenía apretada la camisa de Damon, aquella mujer si le asustaba.

Tranquilo, estás temblando- dijo Damon al chico que aún estaba en sus brazos.

Nos vamos, que Sebas le explique a Velasco qué pasó- dijo la chica enojada y caminando, Frederick se soltó de Israel y caminó tras ellos, mientras de los cinco, dos ya se habían recuperado y se fueron con Leila, el pelinegro se quedó parado mirando el bosque.

Silver miró donde este, el chico de cabellos oscuros que había atacado a Damon lo estaba mirando ahora, su mirada era profunda, pero parecía triste, Silver no entendió por qué lo mirada así, ya que... era la primera vez que se veían.

¿Qué acaba de pasar? -preguntó retóricamente Abel ante la situación.

Se llevaron a Axel- dijo Caín sosteniendo el brazo que estaba roto que ya estaba casi sanado.

No puedo creer esto- dijo Israel cubriendo su rostro con su mano, quería llorar, primero le quitaron a su hermano, y ahora a su hijo.

¿te encuentras bien? -le preguntó Damon al castaño, quien seguía asustado, pero confundido de igual forma.

Sí... gracias, no tenías por qué arriesgarte así, pero gracias- le dijo Silver sintiéndose algo culpable del estado del mayor.

Yo hubiera hecho todo para que no te lastimaran- dijo Damon impulsando al chico para que se levantase, su cadera ya estaba mejor por lo que pudo parase.

Eres muy fuerte- le dijo Silver sonriendo al recordar que el chico que estaba en el suelo había destruido el piso hace unos momentos con un golpe.

Es gracioso, contigo siempre soy muy débil- dijo el mayor sonriendo.

Que miedo, pensé que lo había visto todo en este mundo- dijo Abel bromeando.

¿Qué tonterías dices? -le preguntó Damon regresando a su rostro habitual e inexpresivo.

A mí no me engañas, estabas sonriendo- le molestó Abel.

Cállate- le pidió Damon caminando a la casa siguiendo a Silver.

Estos jóvenes- dijo Abel fingiendo una voz de anciano, haciendo que Silver se ría.

El señor Israel ¿no vendrá? -preguntó el castaño al ver que Israel no entraba con ellos.

Dale tiempo a que lo procese, su hermano menor y su hijo acaban de atacarlo- dijo Damon poniendo su mano en el hombro del mortal- es mejor que se desahogue, y después creo que sería buen momento para que comencemos a contarte todo- le volvió a decir sonriéndole al menor.

Me gusta tu sonrisa- le dijo el menor riendo, y este se sonrojo un poco adoptando su seria expresión mirando a otra parte.

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Señor Velasco- saludó el pelinegro entrando en la habitación donde el hombre.

Díganme, ¿Cómo les fue? -preguntó Velasco interesado.

El muchacho mortal estaba ahí, y pudimos matarlo, pero alguien evitó que lo hiciera- dijo Leila mirando mal al que ahora se llamaba Sebastián.

Velasco lo miró rápido.

¿eso es cierto? -le consultó al chico, el cual bajó la mirada.

Solo pensé, el mortal no hizo nada, y estaba defendiendo a un inmortal, no podía matar a un inocente- se defendió el pelinegro.

¿seguro que solo es por eso? -preguntó Velasco curioso.

Sí... solo fue por eso- le confirmó el mestizo.