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Pero por supuesto, justamente eso estaba pensando, cuando vayas camino a casa del abuelo deberías cortar una y ponerla— opinó Caín ampliando su sonrisa junto con Axel.

Bueno, gracias, y si probablemente algo de color... —el hombre seguía hablando, cuando ambos chicos divisaron a Silver entrando por la puerta trasera junto con Abel, y escondieron unas bolsas para dirigirse donde hablaban con Israel.

Padre, que radiante estás— le halagó Abel— como unos quinientos años más joven.

¿En serio? ¿Crees? siempre que me han dicho que es difícil creer que tenga más de quinientos —decía el hombre halagado y riendo— bueno, ahora sí debo irme. Caín, Abel ya saben, cuiden a Silver y Axel y no salgan, regresaré cuando acabe la reunión, lo más rápido que pueda— dijo el hombre saliendo de la casa, perdiéndose en la oscuridad del bosque.

Los tres jóvenes suspiraron aliviados una vez que el hombre se fue.

Bueno, es momento de arreglarnos— les sugirió Abel dirigiéndose a la cocina.

¿Por qué tardaron tanto? ¿Estás bien? —le preguntó Axel a Silver quien estaba riendo.

Sí, solo que Abel me mantuvo la hora y media ayudándolo a escoger que color le hacía ver atractivo— decía Silver riendo por lo bajo.

Vayan a cambiarse ya, es tarde y nos perderemos de las presentaciones— apuró Abel, a lo que Caín tomó una bolsa y se fue a su habitación, Abel les dio una a Silver y Axel, y este imitó la acción de estos yéndose a vestir.

Silver salió del baño general que se encontraba afuera, cada cuarto tenía su propio baño, pero como todos se fueron a vestir al mismo tiempo, optó por ir a ese.

Vaya, luces bien para ser un mortal— le halagó Abel al verlo salir.

Tú igual, para ser un inmortal— le contestó el menor mirando de pies a cabeza al mayor, se veía demasiado bien, Abel finalmente se decidió por un traje blanco con corbata, sus pantalones también eran blancos, aunque usaba zapatos de vestir negros, con sus ojos de un verde intenso, resaltaba muy bien, además de hacer un lindo acompañamiento su cabello castaño claro.

Es raro verlos con traje— salió de su cuarto Caín, quien usaba un traje oscuro con un moño rojizo, que lo hacía destacar su piel extremadamente blanca, la cual combinaba perfecta con sus ámbares, casi amarillentos ojos y su oscura cabellera, la cual pegaba con su traje.

Te ves muy bien— le halagó Silver al mayor.

Ser color leche te sirvió de algo— le bromeó Abel.

Cállense— les ordenó el mayor, a lo que ambos chicos se rieron.

Axel salió del cuarto, traía un traje con camisa morada con botones oscuros, y un saco negro, su corbata era un poco más oscura que su camiseta, pero del mismo color, y sus zapatos eran negros pero brillantes, se había peinado su negra cabellera, que hacía juego con sus ojos profundos y negros, además que todo aquello como con Caín resaltaba con su pálida piel.

Vaya, te ves increíble— le halagó Silver sonriendo.

Eso estaba a punto de decirte— le comentó el mayor, Silver ahora le parecía bastante atractivo, pues su traje era azulado, aunque su camisa de un tono más claro que su saco, sus pantalones eran de un azul igual de oscuro que el traje, como un tono azul pavo, con unos zapatos negros, adornando con su corbata de un tono azul más claro que el chaleco, combinaban perfectamente con sus profundos y bellos ojos azules, su tez blanca le daba un toque especial, junto a su castaño cabello un poco más oscuro que el de Abel.

No es para tanto— se avergonzó Silver.

¿Irás con esto? —le preguntó Abel divertido a Silver al mirar la boina en su cabeza de un tono grisáceo, pero con tono azul opaco que combinaba bien con su ropa.

Absolutamente indiscutible— le respondió el menor alejándose de Abel para que no se lo quitara.

Nunca te quitas tus boinas— le bromeó Axel al menor.

Me gustan— respondió este.

Bueno, mucha platica, es hora de irnos que mientras más tarde, veremos menos— les señaló Abel apurándolos.

Salieron para dirigirse al auto de Caín quien manejaría, esta vez Axel iba de copiloto y Abel atrás con Silver, los cuales hablaban sobre cosas que no sabían que tenían en común, como videojuegos o algunos artistas.

Mi pesadilla hecha realidad— mencionó Caín, Axel lo miró esperando a que le responda una duda mental que tenía— dos Abel— respondió aquella duda en un tono de sufrimiento, Axel solo rio ante aquello.

Son como niños — le dijo Axel jugando.

Exacto— afirmó Caín.

Manejaron durante unos minutos hasta llegar a un gran edificio, se divisaba un pequeño techo de cristal, el cual permitía la vista a donde la luna.

Parece un palacio— dijo Silver maravillado.

Es más pequeño que los palacios de las familias imperiales, pero fue hecho por un miembro de esas familias hace mucho, y lo han ido renovando— le contó Abel.

Sí, antes solo era la pista y todo al aire libre— bromeó Caín al recordar aquellos tiempos.

¿Listo para tu primer baile de luna roja, Silver? —le preguntó Axel a Silver, el cual asintió frenéticamente.

¿Entonces has venido antes Axel? —le cuestionó Silver al mencionado.

Mi padre nos traía de chicos, jamás le vi nada interesante, yo me quedaba con papá ya que me parecía aburrido— le respondió el mayor.

Finalmente estacionaron el auto negro en donde había otros.

Vaya, hay varios humanos— comentó Abel bajando del auto.

Más que las otras veces creo que sí— le dijo Caín bajando junto con él, Axel imitó esta acción, solo que se quedó a abrirle la puerta a Silver, el cual bajó mirando bien el lugar.

Silver comenzó a caminar embobado de la belleza del lugar, era limpio y reluciente, y las luces hacían que se viera majestuoso, y el tono de la luna era el perfecto adorno esa noche, pensando en aquellas cosas solo sintió como chocó con alguien.

Disculpe— se apresuró a decir algo apenado de no fijarse al caminar.

Vaya que sorpresa encontrarte aquí— miró arriba encontrándose con unos azulados ojos, los cuales lo hacían temblar al instante.

Arturo...— dijo de manera airada casi susurrando.

Vaya, quién diría que Silver se ha vuelto tan social— comentó Abel riendo.

Axel prestó más atención a la conversación, pues se encontraba revisando su celular puesto que uno de sus primos le había mandado mensaje cancelando su ida al baile.

¿Lo dices por nosotros? Claro, uno se vuelve más social cuando le sueltan la cadena de vez en cuando— se burló Caín de la sobreprotección de Axel hacia el menor.

Que gracioso— decía Axel en un tono irónico.

Podría ser, pero no lo decía por eso, acabo de verlo con un amigo— decía alegre Abel, consiguiendo una mirada alarmada de Axel.

¿Cómo que un amigo? —cuestionó Axel.

Pues, estaba ahí con un chico, pero creo que ya entraron —le informó Abel extrañado.

Silver no conoce a nadie, imposible... ¿Cómo era esa persona? —le preguntó Axel alarmado de quien se había llevado a Silver.

Como de tu altura, espalda ancha, rubio...— iba a seguir Abel, pero Axel enseguida ubicó de quién se trataba, por lo que antes que el castaño siguiera Axel ya había entrado a toca velocidad.

La Enfermedad Llamada Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora