Ron... Ron Ossian, ahora eres parte de nuestra familia, eres un Ossian ¿Cuál es tu nombre? —preguntó de nuevo el hombre, por alguna razón, sentí sinceridad en sus palabras, eran dulces y tranquilizantes.
Es un nuevo comienzo, ¿No?, Me llamo Damon... Damon Ossian— dije sin más, el hombre sonrió y caminé junto a él.
Recuerdo que llegamos donde una mujer, sentí lo que era el cariño de una madre, así mismo Liam siempre me trató como un hermano.
Una familia...
Aun con todo eso, sentía algo roto, por más que traté de pegar esos pedazos nunca volvieron a ser como antes.
Tu rostro, tu voz, tu calor, todo no era más que un simple recuerdo, perdí a mi pareja de vida y a mi hermano...
Por alguna razón no podía llorar más... me sentí roto...
Mis labios no fueron capaces de sonreír de nuevo, mis ojos no pudieron llorar más, y mi cuerpo se sentía muerto.
Recuerdo el día en que te volví a ver, admito que no te reconocí, estabas tan cerca de mí y jamás lo noté, no te presté la atención que debí, ya me había rendido en verte de nuevo.
Solo sé que aquella vez en casa de mi tío Israel, cuando estuve a centímetros de ti, aunque estabas nerviosa, y quizá incomoda, no lo supe de inmediato, tenía mis dudas, aunque, eran los mismos ojos que en aquellos tiempos, tu voz es ligeramente más grave pero tampoco es que hayas cambiado tanto... Liserv Blair... seguías tan hermosa como antes, siempre has sido una flor que destaca entre las demás.
Como una broma cruel del destino, desde que te vi esa vez sentí algo, pero no pude identificarlo al momento, como si mi corazón ya no supiera qué es lo que sentía, pero en ese baile, cuando me enteré de tu apellido, no me podía creer lo mucho que el mundo quería recordarme que ser feliz ya no era una opción para mí.
Pude verlo en tus azulados ojos esa noche, la luz roja nos volvió a reunir, cuando fuiste mi pareja de baile, finalmente lo supe, eras tú, este maldito destino quiso que bailara contigo de nuevo, verte sin poder decirte que te amo, cuánto te extraño, cuánto deseo escucharte leer un libro, cuánto quiero besarte o abrazarte, era cierto, no importa cómo te veías, pude reconocerte al final, quizá siempre supe que eras tú pero no quise admitirlo, siempre me regañabas por ser un idiota a veces, pero ahora lo sé, lo vi en tu mirada, tu amabas a alguien más, tu corazón estaba con el mestizo...
Duele, lo único que quise estos años, era verte, y permanecer a tu lado, y ahora que regresaste conmigo... el destino te llevó a los brazos de alguien más...
Una última vez... solo quiero oír que lo digas una vez más.
"Te amo...Ash."
¡DAMON! —escuché un grito, abrí los ojos de golpe.
Era Caín.
Caín... —dije al mirarlo, este me ayudo a reincorporarme.
Desde el bosque oscuro Abel traía a Axel, quien parecía estar desmayado aún.
¿Qué les sucedió? —consultó Caín al mirarnos.
Nos noquearon— le informé.
Me levanté y él me preguntó si todo estaba en orden a lo que respondí que sí.
¿Dónde está Silver? —preguntó Abel al percatarse que no estaba.
Yo me paralicé.
¿Silver?, No me digas que ellos... —mi sangre se heló al plantearme aquello.
Ellos estaban tras Silver— comentó Caín levantándose para entrar a la casa.
// Portado de Damon //
Narrador
El castaño había abierto sus azulados ojos, por alguna razón no pudo mantener la conciencia durante el viaje, aunque una molestia en el cuello le hizo pensar que quizá lo habían noqueado ya que gritaba demasiado.
El chico trató de moverse, pero unas cadenas verdosas impidieron el movimiento de sus brazos.
Pero qué... —antes que pudiera hablar, se percató del lugar, era oscuro, solo podía ver algunas cosas por la luz que se filtraba de una rejilla arriba suyo, escuchó un par de voces, aunque no logró distinguir lo que éstas decían.
El sonido de la puerta abriéndose le hizo enfocar su total atención a ese lugar asustado, lo último que recordaba era a Axel, y también que se lo habían llevado, después de eso oscuridad total.
Velasco, con su ya habitual ropa, ingresó a la habitación donde el joven permanecía encadenado.
¿Quién eres? —preguntó sin más al sujeto que se veía algo aterrador, lo miraba con esos rojizos ojos y una mueca en forma de sonrisa.
Que bien, el invitado de honor ha despertado— le dijo el hombre, Silver se encontraba más confundido aún.
El hombre se agachó donde el joven y tomó su cara entre sus manos para mirarle mejor.
El castaño tenía sus azulados ojos bañados en temor, aquel hombre le asustaba de sobremanera, parecía alguien demasiado intimidante, pese a tener esa sonrisa, daba un aura atemorizante.
¿Qué haces? —le preguntó el menor al ver que el hombre no le quitaba la mirada de encima y seguía sosteniendo su rostro.
Para ser un mortal, tienes un rostro encantador, pero bueno, estás aquí meramente para que Axel pueda venir— le contó Velasco.
¿Axel? ¿Qué quieres con él? —le cuestionó Silver frunciendo el ceño.
Vaya, cómo cambia tu mirada, ese joven debe significar mucho para ti— le decía Velasco apretando el rostro del joven— pero veamos qué tanto significas tú para él.
¿Qué es lo que quieres? Por favor, no le hagas daño, Axel no le ha hecho ningún daño a nadie— le pidió el mortal, los ojos de Silver eran de súplica, no quería que Axel saliera herido por culpa suya, sabía que Axel iría para tratar de ayudarlo, y eso le deba más miedo al castaño.
Lo que quiero es a Axel— le informó el hombre soltando el rostro del castaño.
¿Qué buscas de él? —le preguntó el menor haciéndose para adelante, aunque las cadenas lo retuvieron.
Uy, relájate amiguito, tan solo quiero conocerlo, aprender de él, me resulta muy curioso su mitad inmortal, aunque, también su relación de ustedes me es muy interesante, dime pequeño, ¿Hace cuánto sabes sobre Axel y nuestra raza? ¿Sabes algo de la dieta de Axel? —le decía Velasco sin quitarle los ojos de encima, tenía una mirada intensa, y toda su atención estaba en el mortal.
¿Sobre Axel?, hace unos días, cuando comenzaron los ataques en las ciudades— confesó el menor con la mirada al piso, recordando lo que sucedió— pero Axel no consume sangre humana, él no ha matado a nadie— decía en voz alta, como si quisiera probar la inocencia de su amigo.
¿Entonces de qué se alimenta? —preguntó Velasco aún más curioso.
Él come comida humana, como yo —le dijo Silver, quizá algo extrañado de la ignorancia del mayor.
Vaya, puede pasar desapercibido entre los mortales, pero que encantador, ahora quiero tenerlo aquí con más ansias, ¿Qué pasaría sin consumiera sangre humana? —se preguntaba a sí mismo Velasco, se idealizaba miles de situaciones y teorías que querría comprobar.
Axel no es un monstruo, él es diferente a cualquiera—
Sí que tienes mucha fe en tu amigo, no, lo que tienes es algo más, ¿Estás seguro que me lo dices a mí? O quizá es una forma de convencerte a ti mismo— le dijo Velasco.
ESTÁS LEYENDO
La Enfermedad Llamada Amor.
VampireEl amor no distingue razas, existe para ser compartido por todos, nos llega en el momento menos indicado, y se puede ir en el momento más inesperado. Silver Blair, un muchacho que al vivir su monótona vida al lado de su mejor y único amigo Axel...