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Lo mejor sería que mañana le pidas ayuda mis tíos y al abuelo, Velasco tiene cientos de personas con él, además, de al tío Frederick— decía Abel algo melancólico de lo sucedido con el mencionado.

No creo poder dormir— confesó Axel, no estaba feliz con la idea de esperar y que Silver pasara la noche ahí, pero sabía que lo detendrían si intentaba irse, por lo que solo subió a su habitación.

Israel le pidió a Damon que se quedara en el techo y vigile que Axel no salga de la casa, mientras que este estaba sentado en la oscuridad sobre su cama, sus manos temblaban al igual que sus ojos.

¿Cómo te perdí? —Axel levantó la mirada donde un espejo, se veía muy mal, su cabello estaba revuelto, sentía que le habían quitado un pedazo de su alma, jamás había notado la falta que le hacia la presencia del menor, sus ocurrencias, sus bromas, su voz— Velasco... voy a matarte.

Dijo golpeando la pared haciendo un hueco en esta.

Todos en la casa escucharon aquel estruendo, acompañado de otros, pero no fueron, ni se inmutaron, sabían que Axel necesitaba desahogarse solo.

Axel solo golpeaba cosas y destruía su cuarto, golpeó con ambos puños el piso, derrumbándose segundos después, estaba en cuclillas con la cara pegada al piso y tapándose con sus brazos, estaba llorando a mares, la culpa, el dolor, el sentimiento de pérdida, todo le había golpeado, su mundo se derrumbó, perder algo importante duele.

Abel podía oír desde su habitación los gritos de Axel, su llanto que comenzó siendo ahogado, pero termino gritando a todo pulmón, escuchar aquello le partía el corazón, pero era lo que Axel necesitaba en ese momento.

Caín no se encontraba mejor, pues él estaba tapando sus oídos, rogando que el menor se callara, aquellos gritos lo hacían sentir horrible, no eran gritos cual quiera, eran gritos de sufrimiento real, a veces eran cortados, y otras salían rasgados, como si Axel se estuviera desgarrando la garganta en ellos.

Por favor... cállate— suplicaba para sí mismo Caín, oír eso le recordaba malos momentos en su vida.

Por otra parte, Damon era indiferente ante aquello, ya sabía perfectamente lo que Axel sentía, incluso esa manera de gritar, también la conocía perfectamente, alguna vez estuvo en su lugar.

Otra vez vi cómo te ibas... y no pude hacer nada— dijo Damon para sí mismo, quizá diciéndole a la luna sus culpas, el cómo se sentía— de nada me sirve ser tan fuerte... no puedo proteger a la persona que amo, esto apesta... —se repetía a si mismo apretando sus puños, sentía unas enormes ganas de aporrearlas contra el techo, pero sabía que aquello implicaría destruir la estructura de la casa, pero esta era de su tío— pero no... esta vez es diferente, esta vez estaremos en las mismas condiciones demonios, los mataré.

Lo que parecían unas eternas horas, Axel por fin estuvo callado, su garganta ya no daba para más, estaba desgarrada y rota, tirado en el suelo, con las mejillas húmedas y los ojos entre abiertos y rojos de tanto llorar.

Te voy a recuperar— decía por lo bajo, ya que hablar era doloroso— para que podamos estar juntos de nuevo... —decía derramando otra lágrima, finalmente encontraron el punto débil del mestizo.

Aquella fue la noche más solitaria y triste de Axel, solo mirando un punto fijo, hasta que sus ojos se rindieran y finalmente cayeran en un profundo sueño, lo cual fue duro, ya se había acostumbrado a la presencia del menor, así como su olor.

A la mañana siguiente se levantó sin más, se dirigió a la ducha sintiendo su cuerpo pesado, por lo que un baño caliente fue lo primero que quiso al despertar, cuando salió de la ducha su cuerpo estaba sacando el vapor del agua hirviendo.

Me sorprende que pudieras levantarte temprano considerando que estuviste despierto hasta más de las cuatro— Axel se limitó a levantar la mirada, un Damon con la misma cara inexpresiva de siempre se encontraba sentado en el barandal del balcón mirándolo.

Axel no respondió y bajó hasta la cocina, Israel fue a hablar con sus hermanos y su abuelo sobre lo que pasó con Silver, Axel se limitó a sentarse en una de las sillas de la cocina.

Axel, ¿Cómo te sientes? —preguntó Abel entrando a la cocina.

El nombrado no se molestó en responder, miró al mayor unos segundos y regresó su vista a la nada.

Sé que estás molesto, pero ¿Tampoco planeas comer? —le consultó Caín integrándose al ambiente, recién había salido de su cuarto.

Axel volvió a no responder.

Si buscas matarte de hambre y de sueño, no vas a ayudar a nadie, así que deja de ser un imbécil obstinado y traga— le levantó la voz Caín, logrando que Abel lo mirase mal.

Axel seguía inexpresivo y sin mirar a nadie en particular.

Déjalo— le pidió Abel.

Axel se levantó y se fue a la sala esta vez, no quería escuchar a nadie.

Israel llegó con los tíos de los chicos, al entrar a su casa Axel se levantó rápido para saber en qué segundo se irían por Silver.

Damon estaba sentando en el escalón de las escaleras para el segundo piso que dirigía a las habitaciones de los chicos.

Padre... ¿Cuándo iremos por Silver? —preguntó Axel eufórico.

Israel lo miró por unos segundos, su voz se escuchaba algo cansada, y sus ojeras mostraban que no había dormido bien.

Nosotros iremos Axel, tú no— le dijo Israel sin más, el menor se sorprendió al oír aquello.

PERO... —Axel quería reclamar, pero su padre le interrumpió.

No está a discusión, es algo peligroso para que vayan, por lo que tus tíos, tu abuelo y yo iremos a tratar de razonar con Velasco— volvió a decir Israel.

Correcto, es mejor así Axel, pueden herirte más fácilmente que a nosotros, ¿Cuándo nos vamos padre? —dijo Abel esperando una respuesta del mayor, el cual lo miró por un momento.

Creo que entendieron mal, ninguno de ustedes irá, solo seremos nosotros— aclaró Israel.

Todos se sorprendieron al escuchar aquello.

¿QUÉ? —dijo Abel sorprendido de la decisión de su padre.

Caín solo miró al hombre, mientras que Damon imitó la acción de Caín limitándose a mirar.

Sigo pensando que estamos rescatando un trozo de carne con el carnicero, pero en todo caso si aún sigue vivo el chico, lo traeremos, o lo que quede de él— dijo Merlín cruzándose de brazos dejando en obviedad que no estaba de acuerdo de ir por el menor.

Madre... por favor— le dijo Damon a modo de reprenda, pues se había pasado un poco.

¿Qué? Ay por favor, un humano en un lugar lleno de inmortales, las posibilidades que esté con vida son muy bajas— le aclaró Merlín.

¿No sabes cuándo cerrar la boca o qué? —le cuestionó Israel con el ceño fruncido.

Me niego a aceptarlo, padre, necesito ir con ustedes— le dijo Axel al hombre, pues se sentía enojado que le negasen el ir por su amigo.

Axel, traeremos a Silver, pero esto es muy peligroso para ustedes —le decía Israel, aunque más bien parecía una súplica de que se quedase.

Lo siento padre, pero no puedo quedarme aquí— le decía Axel enojado, realmente sentía que debía ir.

Israel suspiró pesadamente.

De todas formas, yo también voy— decía Damon levantándose de donde se encontraba.

Estás idiota, al único lugar donde vas es a casa, ¿Qué mierda haces aquí de todas formas? —le dijo Merlín enojada.

La Enfermedad Llamada Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora