Capítulo 1

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Narra Silver

La mañana era tan cansada como todas las anteriores, la rutina era la misma de siempre, levantarse, vestirse, desayunar, ir a la escuela y lo mismo que hacen todos.

Miré la ventana por un momento, los rayos de sol penetraban mis ojos, miré al espejo que se encontraba a un lado, mis ojos azulados se veían extraños con el reflejo del sol; será mejor que me apresure o no llegaré a la escuela, no quiero otro retardo.

La cocina estaba vacía como siempre, mi chaqueta oscura se encontraba en la silla donde la dejé la noche anterior, y una nota de papel color amarillo, la caligráfica era linda, mi tío siempre ha tenido una linda letra...

"Silver, ya deposité tu dinero de todo el mes, ya pagué la renta de igual forma, tu tía me dijo que te pregunte si te gustaría venir a cenar el viernes, si estás ocupado lo entiendo, márcame diciéndome si vendrás o no, iba a verte, pero estabas muy dormido, cuídate hijo"

Sentía tan extraño cuando esas palabras aparecían "hijo" pocas veces las he escuchado, me da un hormigueo en la espalda, pero se sigue sintiendo extraño, aunque agradezco la intención.

Salí de mi casa, las calles eran las mismas de siempre, aún eran las 7:00 A.M, pero el calor era intenso, tenía que poner mi mano en mi frente para que este no me lastime la vista, hasta que por fin llegué a la parada del autobús para ir a la escuela, el lugar de atrás se veía tentador, pocas personas y nadie me miraría al bajar, perfecto.

Una o dos paradas y cuando las puertas se abrieron, una cabellera oscura subió, esos penetrantes ojos verdes que se notaban a un desde mi lugar, era mi mejor amigo Axel...bueno, mi único amigo; me divisó en la parte de atrás, sonrió y caminó a donde estaba sentado.

Retiré mi mochila, ya que siempre la dejaba para que nadie se siente hasta que él suba.

Mi parte favorita de ir a clase es que podemos irnos juntos— dijo sonriendo y acomodando sus cosas en sus piernas, yo me reí, me hace feliz cuando dice cosas como esas, mi cantidad de amigos es limitada, y tener uno tan bueno como él me alegraba las mañanas.

Admito que lo único que hace menos monótonos mis días es tu presencia— dije riendo, a lo que él también lo hizo, su sonrisa era blanca y brillante, siempre destacaban sus colmillos, ya que estos eran más largos, pero le daba un toque atractivo, a veces me preguntaba como un chico como él era mi amigo, Axel era el típico galán inalcanzable— si las chicas vieran como eres en realidad me pregunto si dejarían de estar locas por ti.

Mi comentario lo hizo reírse, provocando que revolviera mis cabellos castaños.

Comenzamos a hablar sobre los libros que leímos en literatura, pues él no terminó su libro y me pidió ayuda para cuando la profesora pregunte, estuvimos así hasta que de las puertas del autobús escuchamos algo de ruido; cuando miré, estaba Arturo, un chico que disfrutaba de molestarme, bueno a mí y a otros.

Ah, ese idiota otra vez— escuché decir a Axel, quien se percató que miraba a la dirección del rubio causante de muchas de mis pesadillas.

No me ha vuelto a molestar— dije en un tono casi rogándole que no se metiera en problemas.

Sil, no puedo estar contigo todo el día, no puedes seguir permitiendo que te moleste un animal como él— dijo algo enojado y lo entiendo, tener que lidiar conmigo debe ser cansado.

No es que yo lo permita— dije algo apenado mientras veía el piso.

Sil... la única persona que puede dejar que te molesten o te humillen...eres tú mismo, él no parará hasta que tú lo decidas— dijo tomando mi mentón y levantando mi cabeza para mirarlo a los ojos.

Cuando Arturo me molestaba, yo siempre trataba de decir algo, pero mis manos comenzaban a temblar y no podía articular palabra alguna; mi mirada se desvió enfrente, me crucé con los penetrantes ojos azules del rubio, diría que eran similares a los míos, pero en los suyos había cierta crueldad que me asustaba, dijo algo y después regresó su mirada a mí, para reír y volver a su plática con sus amigos.

¿Por qué me asusta tanto?

Unas cuantas paradas y llegamos al colegio, un edificio de tres columnas, era algo grisáceo y apagado, con el letrero de "Preparatoria Atlas" había todo tipo de alumnos ahí, los casilleros eran de color rojo, le daba un bonito contraste con las paredes que originalmente eran blancas, pero por falta de mantenimiento ahora son grises.

La atención de todos ahí se fue al estacionamiento, y ya sabíamos el porqué, seguramente ellos habían llegado...

Genial— dijo Axel en un evidente tono sarcástico.

¿Quiénes eran? Los chicos populares.

Nuestra preparatoria tiene una parte trasera donde está la "Universidad atenea" pero teníamos que compartir estacionamiento algunas veces ya que el de la universidad se llenaba si no estaban a tiempo, aunque a ellos solo les gustaba pasar por nuestra escuela para que todos pudieran verlos.

Eran chicos increíblemente atractivos, parecían modelos, sus rasgos eran finos y no hay palabras para describir la belleza que tenían, sus rostros eran perfectos, sus ojos eran siempre tan hipnóticos, y sus labios eran rojizos, parecían de película.

Uno de cabello oscuro caminó a donde estábamos Axel y yo.

Como siempre, juntándote con personas igualitas a ti... o casi— decía el chico alto de cabello oscuro frente a nosotros, era Caín, el hermano mayor de Axel.

Pensé que mi vida y lo que hiciera con ella no era de tu interés— respondió mi amigo mirándolo a los ojos retadoramente, tenían casi la misma altura, aunque Caín era más alto.

Sigues siendo igual de insolente como un perro sarnoso, y al igual que un perro, solo eres una cruza de raza con uno indio— decía el mayor de forma despectiva, lo cual irritó a mi amigo, podía notarlo, su semblante se puso más agresivo, como si quisiera golpear al mayor, aunque era admirable ver como mantuvo la calma.

Si viniste a pelear, lárgate por donde llegaste— respondió Axel, a lo que el mayor solo sonrió y otro chico de cabello más claro llegó a su lado.

Caín, te estamos esperando, la clase con el señor John comenzará en 5 minutos...— dijo hasta que se percató de nuestra presencia— hola Axel y... ¿Amiguito? — dijo al mirarme confundido, yo lo conozco, pero como nunca hablamos no lo culpo por no saber ni mi nombre.

Abel, deja de dirigirles la palabra como si fueran iguales a nosotros, es vergonzoso— dijo el mayor barriéndonos con la mirada.

Ellos dos eran los hermanos mayores de Axel, Caín era el mayor de los tres, pero también el más fastidioso, se comporta como si perteneciera a la realeza, Axel me había comentado que él es de distinta madre y por ello no se llevaba bien con Caín, por otro lado, siempre dice que con Abel no se lleva bien pero tampoco mal.

Como sea, todos están esperándote, deja que vayan a sus clases y vámonos a la nuestra— Abel se llevó a Caín casi jalado, nosotros solo miramos la escena, se fueron con sus primos de Axel,  eran nueve, son hijos de los tíos de Axel que unos iban en nuestra prepa y otros en la universidad, pero con el que tenemos que lidiar es con Caín que siempre parece que busca la forma de molestar a Axel, aunque sean medios hermanos, creo que jamás entenderé ese casi odio que le tiene a mi amigo.

Lo detesto— comentó seco mi amigo algo irritado, y ¿Cómo culparlo? Tener que aguantar esto en la escuela y en su casa debe ser fastidioso, ser humillado y denigrado por tu propia familia debe ser duro, así que creo que entiendo porque prefiere venir a mi casa cada que puede en lugar de estar en la suya.

La Enfermedad Llamada Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora