❤️‍🔥CAPÍTULO 6.

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CHARLOTTE.

Tuve que masajear mis sienes por quinta vez ante el dolor de cabeza.

Tenía ganas de levantarme, cargar a mi hijo y salir de este lugar.

La casa blanca es una prisión asfixiante. Me sentía más satisfecha y hasta se podría decir que de buen humor después de haber tenido sexo con Vladimir y ver el regalo de cumpleaños que trajo para mi. En cierta forma, la cadena que reposaba en mi cuello era eso, una simple joya.

Ni siquiera entendía la razón de estar aquí, con la mirada ofendida y molesta de mi marido que a pesar de estar en esquinas separadas no me dejaba ni un instante.

Ridículo.

La carpeta se deslizó sobre la gran mesa hasta que la detuve con la uña perfectamente cuidada, parecía muñeca y eso me hacía sentir superficial.

—Charlotte debe de dar una entrevista. Sacar su punto de vista a la luz ayudará a su imagen—dijo Horacio—. La nación no la quiere siendo una rebelde, puede decir que fue una crisis por estrés.

A ese maldito hijo de perra como lo odio.

—¿Y para qué, Primer Ministro?—Solté con ironía su puesto.—¿Quiere que diga que me equivoqué cuando yo nunca lo hago?—Mi dedo jugó con la carpeta.

Recargo ambas manos en la mesa y me retó con la mirada.

—Quiero y te ordeno que lo hagas. Eres la Primera Dama, tienes un gran escándalo sobre tu espalda y eso no te favorece.

—No—dije sonriente—, no eres nadie para mandarme a menos que admitas que soy peligrosa para ti.

Velkan tenía su atención en mi reacción, si querían provocarme, adelante. Acomode la boina de Gael con calma irritado al hombre frente a mi.

—Te estoy dando una orden.

—Para eso tendría que arrodillarme y acatar tu orden —levanté la vista—. Pero hay un problema, yo nunca me arrodilló y menos acato órdenes.—Hice un ruido con la lengua.

Leslie la secretaría de Velkan reprimió una sonrisa.

—Encontraron un arma en tu habitación.—Velkan levantó ambas cejas esperando mi respuesta —. Un arma, Charlotte.

Mire a cada uno de los hombres en esa sala, intentaban asustarme, hacerme cabizbaja. Tengo un arma, y es para defensa personal pero eso ni siquiera me lo creerían.

—¿Y?

—¿Cómo quieres que confíe en ti si tienes un arma en la misma habitación que nuestro hijo?—enfatizó la palabra "nuestro" en una manera tan natural.

Baje la mirada a esos ojos grises llenos de inocencia.

—Sabes que nunca haría nada en su contra, Velkan.

Analicé su rostro, la mandíbula no estaba tensa, el entrecejo lo relajo y se lamió los labios con demasiada lentitud.

—Salgan todos ahora—ordenó.

Horacio dudó demasiado tiempo, tras darle una sonrisa burlesca y señalar con la cabeza la salida, él lo hizo.

—Los medios de comunicación te tienen en la mira.

—Gracias a ti—levanté un dedo.—¿Qué fue lo que dijiste? Ah, si— me aclaré la garganta—, mi esposa sufre de ataques de histeria, su tiempo en la OMING le dejó secuelas. Como si eso te dejará impune de mentir.

PASIÓN & PODER: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora