PASIÓN & PODER: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.

❤️‍🔥CAPÍTULO 21.

CHARLOTTE.

Cuatro días.

Cuatro malditos días en los que estuve pegada a una cama del hospital de la organización. La explosión me dejó tan mal como al resto de mi equipo que necesité transfusión de sangre y una revisión en los oídos.

«Operativo de la OMING falla dejando a cinco agentes caídos, el exitoso y exclusivo club nocturno AMJILB acabó en llamas dejando millones de dólares perdidos. El Director ha dejado en claro que la información es confidencial y que la Primera Dama se encuentra estable. Hoy por la tarde se hará un evento conmemorativo en las instalaciones militares.»

Baje el volumen del televisor, mire la intravenosa de mi mano y respire lo más profundo que mis pulmones me lo permitan.

—Deja de ver la aguja, te me vas a desmayar—la cortina se corrió a un lado dejando ver a Emmanuel.

—¿Cómo sabías que veía la aguja?

—Eso haces cuando estás consciente, le tienes fobia a las agujas.

Mire su uniforme dándome cuenta de que portaba el oficial debajo de la bata.

Me encontraba en el área médica de la central, cuando desperté me encontré con la noticia de que Christian así lo ordenó ya que la prensa andaba deseosa de información y lo sigue estando. Mis hermanos se pasaron a visitarme dejándome a escondidas de Emmanuel algunos dulces.

Hasta aquí todo bien.

Sin embargo, perdí mi cadena y Velkan se aprovechó de mi estado para llevarse a Gael con él.

"Estará más seguro en la casa blanca." Fue lo que decía una nota que me dejó.

El Pakhan escapó, ahora Vladimir tiene problemas con el gobierno ruso y con su hermano. Incluído con mi padre.

—Vladimir me prohibió que te dijera esto pero debes de saberlo—mire a mi mejor amigo.

Levante ambas cejas esperando.

—El sistema fue hackeado, Erick logró detectar que entraron a tu expediente nuevo que se encontraba bajo una encriptación.

Dejé salir una carcajada carente de emoción y me pase las manos por el rostro.

—¡Con un puto demonio!—Me quite la intravenosa bajo su atenta mirada miel.—¿Cómo lo detecto?

—Erick está a cargo de las instalaciones de informática, todos los expedientes tienen un código que se activa cuando alguien, fuera de aquí entra al sistema.

—Fue él—dije levantándome—, el maldito ruso.

Tome una de las plumas de su escritorio, agarré mi cabello y lo sujeté.

—¿Qué haces, Charlie? Debes de quedarte hasta que termine tu incapacidad.

—¿Incapacidad?—Solté con burla—. Estoy bien, el día que le pase algo a mis manos ahí sí preocúpate.

Dejo salir un bufido molesto.

—¿Has tocado el piano?

Negué ante su pregunta.

—Bueno, solo un poco.

Baje la vista a mis pies y después a él. Con una sonrisa abrió los brazos para mí, se quitó la bata y me la puso para cubrirme ya que la mía me dejaba algo expuesta.

Me tomó en brazos como si fuera una niña pequeña.

—Estoy preocupado, enana. Creo que es hora de hacerlo.