❤️‍🔥CAPÍTULO 15.

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CHARLOTTE.

Lo mandaría la mierda, lo haría en cuanto lo viera. Conmigo sabía que no debía jugar, me daba igual lo bien que supiera mover esa lengua, o lo que su cercanía me provocase.

Los agentes plata frente a mí me estaban colmando la paciencia, eran una pérdida de tiempo total. Tomé mi silbato e hice que se detuvieran, ese bendito combate cuerpo a cuerpo en parejas no servía. Al menos vería su puntería, estábamos al aire libre, en el área de entrenamientos.

—¡Tomen un arma, ahora!—Ordené más que molesta.

Las treinta personas bajo mi supervisión obedecieron.

—¡Escuchen bien, al menos una maldita bala debe de dar en el blanco!

—¿Son de salva?

No, así que no asesines a tus compañeros —respondí.

Tome los protectores y me los puse, me acerque a la mesa y tome una AK-47.

Mi ayudante me levantó el dedo en señal de disparar, ella se encontraba entre las gradas tomando nota de ellos. Planteé bien los pies en la arena, cargué el arma mirando a los blancos a gran distancia y apreté el gatillo disparando concentrada, las vibraciones me calmaban, mis brazos se movían por sí solos dando en el centro de estos.

Les di una sonrisa cuando termine, me quite la protección, ellos me miraban y después a los blancos.

—Creo que acabé sorda, mi señora.

—Para eso cubrete los oídos.

—Es mejor que comiencen con una 9 milímetros—me gire de redondo aun con el arma en manos al oír que me llamaron por mi nombre.

Los agentes lo saludaron y yo solamente me limité a verlo fijamente. Con un puto demonio, esa barba cerrada me alentaba a querer pasar mis manos en ella. A mi lado llegó mi ayudante y me miró en silencio, le di el arma aún anonada por el hombre frente a mi.

—Sigan con el entrenamiento, ahora regreso.

Dos meses sin verlo.

—¿Te quedarás callada viéndome?—Me sonrió a medio metro de donde estaban entrenando—. Me encanta que me veas, pero también sé que tu silencio es peligroso.

—Se acabó, ya no quiero esto—detuvo su paso y yo el mio—. Lo que sea que tengamos.

Sus ojos verdosos me miraron confundidos y con cierto tipo de desesperación.

—Estuve dos meses entre el polvo y las balas, lo único que deseaba al llegar era verte. Ya veo que a ti no te gusto.

Me crucé de brazos molesta.

—Te fuiste a plena madrugada después de haber tenido sexo, llegue aqui y no estabas, mucho menos sabia si vivías o no—reclame.

Me llamaron de emergencia.

—No me interesa.

Me di la vuelta para volver pero me detuvo, no era estupido y sabía que estar en un espacio abierto a vista de todos daría de qué hablar.

—Ya estoy aquí, déjame compensarte—acarició mi brazo desnudo erizando mi piel—, podemos ir al concierto de esa pianista que...

—¿Cómo sabes de eso?—Lo interrumpí con brusquedad.

PASIÓN & PODER: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora