CHARLOTTE.
Esto no puede estar pasando, tiene que ser una maldita pesadilla, un mal sueño.
Pero no era así, todo estaba sucediendo demasiado rápido que el dolor no me permitía respirar como era debido.
—¡Tienes que abrir la puta puerta ahora mismo, Emmanuel Jones Miller!—Grite jalando su cabello con fuerza.—¡Te daré la puta baja!
Él gritó y manoteó siguiendo el camino acelerando sin siquiera importarle nada. La idea de traerme a un hotel alejado de la ciudad fue obra suya, de ambos en realidad. Pasaba de madrugada, debía volver a la central y lo que menos deseo en estos momentos es ver al hombre que se convirtió en mi mundo.
—¡Cállate! ¡Cállate, Charlotte Morozova!—Me reprendió Emmanuel, que esquivó un coche cuando lo volvió a tomar del cabello.
No puedo creer que él esté vivo. Lo estuvo todos estos años y dejé que me hiciera basura. Mis recaídas. La tortura, los intentos de asesinato. El horrible parto de Amaya. Mis hijos, mi padre y hermano siguen en prisión y todo porque no confío en mí para cambiar el plan.
Mi cabeza golpeó el respaldo del asiento trasero cuando Sharon brincó sobre mi en el proceso quedando una de sus manos en mi cabello con fuerza. Mi rostro se volteó ante una bofetada que ella me dió y el arma acabó en mi sien con precisión mientras sus ojos grises me miraban con enfado.
—¡Sólo cálmate con un jodido demonio!—Me gritó en la cara.—¡Déjalo explicarse!
—¡No voy a calmarme, Sharon!—Mi voz se quebró, negué con las lágrimas al borde de mis ojos.—¡Él está vivo!
—¡Y se agarraron a golpes! ¡Tremendo matrimonio que son!—Levantó las cejas.—¡Él tuvo sus motivos para hacerlo, ahora cállate y oyelo!
Mi frente golpeó la suya haciéndola caer y Emmanuel soltó una maldición haciendo que el coche se saliera del caminó en el momento que el disparo resonó.
Ella se limpió la sangre de la nariz y miró el color carmesí con coraje. Mi hermana hizo una cara molesta y negó con una sonrisa.
—¡Eres una hija de perra!—Se lanzó contra mí abriendo la puerta del coche en el proceso.
Las dos caímos al suelo, mejor dicho en el pasto haciendo que diera una rápida mirada viendo la casa inmensa a lo lejos. ¿En qué momento llegamos?
Solté un grito cuándo mi cabeza se echó para atrás y mi puño se fue al rostro de mi hermana que nos hizo rodar varias veces cayendo una encima de la otra.
Mi cabello estaba hecho un asco, mi uniforme de la OMING con sangre seca de hace horas y para acabarla, sin zapatos.
—¡Dejala!—me bramó Emmanuel acercándose.—¡Charlotte dejala ya! ¡Dios contigo vas a dejarme sin esposa!
Alguien de inmediato me levantó en el aire y Emmanuel ayudó a Sharon a ponerse de pie. Las manos que me sostenían lo hacían con tanta firmeza que el hombre comenzó a caminar conmigo a pesar de mi lucha. Las lámparas iluminaban el patio delantero.
—¡No! ¡No y no!—Señalé a uno de los soldat que cerraba las puertas y le ponía candado.—¡Abre esas putas puertas!
Me removí en los brazos del hombre hasta que esa voz conocida gritó mi nombre.
—Dejen a la viuda negra.
Él me soltó y yo gire.
—¡A ti también te toca hijo de puta!—Al oírme Orlando se detuvo y giró en dirección contraría.—¡No, ni se te ocurra correr que tengo cinco años de rabia contenida!
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Pasión & Poder: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.
Художественная проза𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔. «SINOPSIS EN EL INTERIOR.» Se dice que en el juego del poder, la reina es la pieza más importante del tablero. Tras haber cometido insubordinación la agente Charlotte Brown fue reub...
