❤️‍🔥 CAPÍTULO 36.

24.6K 2.5K 2.3K
                                    

DIMITRY.

Mi madre una vez delirio diciendo que Dios creó a dos reinas con linaje místico. Una de ellas no dudaría en mancharse las manos de sangre mientras que la segunda observaría dejándose manejar. Y que lucifer se encargó de moldear a una de ellas para apodarla la guerrera.

Que las hadas no existen y son irreales. Pero yo tengo a una de carne y hueso que se oculta bajo un rostro de inocencia guardando sus más oscuros deseos. Es sádica, se hace la inocente cuándo le conviene, manipuladora y una perfecta mentirosa llena de veneno. Tal vez, eso no terminó siendo mentira al final.

Los gritos del primer ministro estadounidense son la segunda cosa que está comenzando a gustarme. La primera, los gemidos de la pequeña mujer que se encuentra siendo el jurado y verdugo a pocos metros de mí.

—Tía Lidia sigue diciendo delirios—escuché a mi primo que subía los escalones.—Dice que Charlotte es el resultado del pecado.

Claro que sí. Que la última Hada que la mujer Pakhan diera a luz sería la encargada de desatar el verdadero infierno en la tierra. Se que Charlotte es el resultado de que Christian y Elizabeth tuvieran una relación extra marital. Incluye la religión a la madre de mi esposa y es lo que dijeron. Charlotte no se merece todo lo que pasó.

—Mi padre no debió sacarla de la clínica—comente algo irritado—, me tiene hastiado con tantos delirios que dice.

Los bebés llegarán a casa por la noche.

—Me alegra saber que no soy el único que ya le está agarrando miedo.

—¿Hiciste lo que te pedí?—Pregunte y él se sentó a mi lado.

Dos horas aquí no son pérdida de tiempo si mi mujer cobra venganza.

—Si, acabo de instalar todo en la habitación. ¿Qué está sucediendo entre ella y tú?

Lo mire mordiendo la galleta de canela.

—Nada. Lo normal.

—¿Lo normal es tener sexo con ella? Porque tus sumisas no han estado aquí desde el día que ella llegó.

—No te metas dónde no te llaman—lo señalé con la galleta y él la miró.

Pero como es metiche. Ella es mi mujer y no deben de tener pensamientos hacia su persona. Les iría muy mal.

—¿Desde cuándo comes galletas de canela?—Puse los ojos en blanco ante su pregunta. Agarró una del pequeño plato.—¡Qué asco!

Inmediatamente me giré a él.

—¿Qué dijiste?—Siseé entre dientes.

—Dimitry, estas cosas tienen un centenar de azúcar y están quemadas—le dió la vuelta.

Seguí comiendo sabiendo que tenía razón.

—Te ubicas y te la comes en silencio—ordené.

—¿Quién las hizo?

—Charlotte. Así que te ahorras tus opiniones, te la comes en silencio y cuándo acabe de matar al ministro le dices que hace las mejores galletas—me miró con incredulidad.—¿Ubicas eso?

Asintió agarrando otra del plato. Me sorprendí al verla en la cocina esta mañana, mucho más al ver que hizo galletas y que no le salieron tan bien. Claramente no se lo hice saber.

Me recargue en mi silla observándola y comiendo. Le arrancó tres dedos de la mano izquierda, los brazos los tenía sujetos por cadenas a ambos lados extendiendo sus extremidades. La droga seguía haciendo efecto, se arrancó la mitad de la piel estando él solo.

PASIÓN & PODER: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora