❤️‍🔥CAPÍTULO 11.

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CHARLOTTE.

Logré contactarme con Alejandra De La Vega.

Me tomó casi una semana, la misma que tuvimos que quedarnos en México, en donde debía tener el tiempo suficiente para llegar esa misma noche a la fiesta privada de Angela. Emmanuel se molesto cuando se entero que de Velkan intento tener sexo conmigo y este, desde esa noche aumento su posesividad hacia mi sin siquiera haber acabado en su cama.

Entre en un dilema pero me dí cuenta de que si dejaba que me manejara podría tenerlo comiendo de mi mano, lo que estaba funcionando hasta ahora.

Ella aceptó vernos en una de las empresas que posee, Velkan se quedó de mala gana en casa junto con Emmanuel que deseaba venir.

—Vuelveme a repetir porque vamos a una joyería en el centro de la ciudad—puse los ojos en blanco al escuchar a mi hermano mayor.

El maldito tuvo que vestirse con su uniforme oficial al igual que Samuel que iba en la parte delantera de la camioneta en silencio como era su costumbre.

—¿Creías que iríamos a su casa como si fuéramos sus amigos?—Me acomode el saco al divisar el gran edificio.

—Conte tres círculos de seguridad—habló Samuel en el instante que la camioneta se detuvo—, habrá más en el techo y dentro del lugar supongo.

—Estamos hablando de Alejandra De La Vega, la madrina del narcotráfico a nivel mundial, ya debe de estar en la lista de los cinco más peligrosos—informé una vez que bajamos y mis dos hermanos se giraron a mi al escucharme—, no esperes menos.

Hugo analizó el lugar, mi hermano tenía razón, con ropa de civiles había hombres por la calle cuidando con atención en nosotros.

—¿La madrina del narcotráfico?—Samuel metió ambas manos en los bolsillos—¿Algo más que olvidaste decirnos, hermana?

—¿Qué edad tiene?—Preguntó Hugo a mi lado.

Uno de los hombres se acercó a mí, si mi memoria no me fallaba se trataba de Evan, uno de los más cercanos a ella.

—Señorita Brown, tuvo suerte, esta noche la familia partirá a Suecia—me dijo con una sonrisa amigable —. Los están esperando, solo que antes deben dejar sus armas.

Mire a mis hermanos con burla, muy a su pesar lo hicieron atentos a cualquier movimiento que indicara peligro.

—¿Qué esperabas? Ambos están vestidos con el uniforme, un muy mal comienzo con ella—dijo otro de los hombres, el más atractivo, Liam—. Pueden pasar, último piso sala de juntas.

Entramos al recibidor decorado con demasiada elegancia, la recepcionista nos indicó por donde subir, rápidamente nos dimos cuenta de que el lugar estaba vacío. Ningún empleado, solamente nosotros.

—Tiene menos de treinta—conteste la pregunta de mi hermano ante el silencio—, está casada con Daniel Bianchi, líder de la mafia italiana. Eran enemigos a muerte, sus familias se masacraron en Verona por el poder hace años.

—Si no puedes con el enemigo únete a él—dijo con una mueca Samuel—, si llegue a escuchar sobre los Bianchi.

—¿Qué más?—Quiso saber Hugo. Sabía lo que hacía, no quería quedar mal ante ellos y mucho menos no agradarles.

—Unieron sus fuerzas, ambos dirigen el cartel pero la que toma la última palabra es ella. Hace cinco años asesinó a dos de sus amigas a sangre fría por conspirar en su contra, así que no la hagan molestarse.

—¿Cómo debemos llamarla?—Me miró Samuel y las puertas del elevador se abrieron.

Rodeados de armas de alto calibre, caminamos por el pasillo hasta la sala de juntas.

PASIÓN & PODER: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora