Pasión & Poder: 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 | 𝗦𝗘𝗥𝗜𝗘 𝗣𝗢𝗗𝗘𝗥 #1.

❤️‍🔥EPÍLOGO.

CHARLOTTE.

Hamburgo, Alemania.

Tres meses atrás.

El dolor es insoportable, siento como si tuviera lava ardiente en las venas. El aturdimiento me impide incluso respirar, lo único que oigo son voces a la lejanía y como una cálida mano me devuelve el frío cuando la suelto.

Todo acabó, ya llegó a su fin. El pecho me arde y logro ver no muy lejos el aparato de resucitación.

El rostro familiar del hombre me da una media sonrisa cuando pasan los minutos. Los ojos cálidos de mi tía no me dejan en ningún momento estando en la sala de operaciones y se que el plan va a funcionar.

—¿Lista?—Preguntó ella con cautela.

Mis ojos de inmediato observaron la pared fijándose en la hora. Con debilidad le di una respuesta positiva. A morir de nuevo. Inspire hondo al ver la aguja y cómo la llevaron a mi intravenosa.

—Todo estará bien, hija—la voz de mi tía se hizo lejana.

Yo se que si, Ella fue la que planeo todo junto conmigo y mis hermanos. Me arqueo ante la opresión que me hace soltar lágrimas por el dolor, hasta que nuevamente, ella me sujeta dándome un leve apretón.

Y poco a poco siento como los latidos de mi corazón se vuelven más lentos hasta que todo se oscurece a mi alrededor.

Cuando vuelvo a abrir los ojos lo primero que veo son las blancas paredes, los latidos de mi corazón son calmados y pausados, no como horas atrás. Hay un olor floral y el viento se cuela por el gran ventanal.

Hugo tiene los pies sobre el sofá mirando el ventanal mientras come en silencio algo parecido a una gelatina.

—Siempre te recordé rodeado de comida...—no me sorprendo de la ronquera de mi voz.

Él de inmediato se repone y suelta un suspiro al verme, dándome una sonrisa que me gusta. Dejándola a un lado, se levanta acercándose y revisa a mi lado.

—¿Cómo te sientes? ¿Necesitas que llame al médico?

Negué hundiéndome en la camilla. Me siento cansada.

—Me morí dos veces, me siento cansada.

—Hasta ahora el plan va bien.

—¿Pero?

—Emmanuel tuvo que ponerle sedantes a Dimitry.

Volví a suspirar, mi esposo...

Al contarles a mis hermanos el plan ellos no dudaron en ayudarnos, sonreí al ver que la puerta se abrió dejando ver a Samuel y a Ivette.

—¿Lista para ver tu funeral?—Quiso saber mi hermano.

—Completamente.

Todo terminó.

Realmente terminó. Y nunca me he sentido más viva que ahora.

Así como Dimitry actuó yo lo hice. Pasaron semanas para que todos lograrán perdonarme y los entendí.

El cuerpo que está enterrado en Washington es el de una agente la cuál tenía cierto parecido a mí que murió tres días antes y le arreglaron el rostro hasta quedar casi idénticas.

Siempre lo he dicho, el dinero hace magia.

Estuve presente en mi propio funeral. Aguantándome las ganas de ir y abrazar a Dimitry al verlo tan mal, pero debía esperar.