Capitulo 10

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Narrador omnisciente:

Leila junto con Sabrina se encontraban intentando convencer a Ambrose de que podían salvar Greendale, de que podían vencer a los paganos, regresar a sus tías, al aquelarre, restaurarlo todo.

Cuando lograron convencerlo el hablo.

-Tendríamos que derretirlas-miro a los guardianes-claro si ellos están de acuerdo.

-Lo saben, es por esto que ellos han estado cuidando las reliquias todo este tiempo...

-Para que podamos usar las reliquias de esta forma en este preciso momento del tiempo-me interrumpió Sabrina-lo sienten en los huesos ¿verdad?

Los tres dieron una leve inclinación de cabeza, dando a entender que están de acuerdo con lo que decíamos.

-Bien, entonces necesitamos...-nos abrazo, emocionado-que necesitamos crear una cierta clase de arma.

-¿Que clase de arma?-al preguntar Leila esto, su primo ya tenia un libro abierto y soltó una risa.

-Irónicamente una estrella de la mañana-empezó señalando la pagina del libro que tomo-un lucero del alba o un maso medieval que una usara para recolectar la energía mágica del huevo en un vórtice, solo necesitaríamos un lugar sagrado para hacerlo... como, como-se encontraba pensando-¡Satán bendito! Como el circulo de piedra detrás de la academia.

-Bien, esta bien-Sabrina no había notado los problemas.

-¿Cual es el problema?-quiso saber Leila.

-Que la academia es donde ahora Blackwood se instalo y vive demente y salvaje por su descabellada alabanza a los terrores dimensionales e incluso con su guardia infernal-menciono levantándose-. Blackwood tiene la marca de Caín, es decir...

-Nadie lo puede matar-Ambrose le dio la razón a Leila, pero esta sonrió divertida, mirando a sus primos-. No lo mataremos. Ambrose, Sabrina prepara todo, tengo que ir a recoger algo... de la cocina.

Mientras que sus primos preparaban todo Leila regreso a la casa de sus tías, fue directamente a la cocina donde había visto lo que necesitaría. Lo tomo y regreso a la academia donde se reuniría con sus primos.

-Lo conseguiste-le preguntaron.

-Claro, ¿como salió la forja?

-Un lucero del alba recién salido del horno.

-Ambrose, ¿Por qué no hay plantas aquí?

-Pues hace años, la bruja errante Pesta, enveneno la tierra para que nada verde creciera aquí.

-Iremos primero-menciono Leila y ambas entraron a la academia.

Llegaron al centro, escuchando su risa. Sabrina lo empezó a llamar, hasta que este hablo y se mostro ante ellas.

-No tienes porque gritar, aquí estoy.

-Señoritas Spellman, Ritz. Seguro han venido a ofrecerse a el vacío, pero claro eso debe de ser, al vacío y a los demás terrores dimensionales.

-Les e traigo una ofrendo.

-Oh, en serio, les gustan las ofrendas, claro que si-intento Leila abrir el frasco, pero la tapa se encontraba pegada-Carajo.

-Ahórrame tu brujería barata.

Las inmovilizo a ambas, pero Ambrose llego tomo el frasco y lo aventó rompiéndolo, de él salió la bruja Batibath.

Los intento atacar pero Leila la freno.

-Un trato, es un trato Batibath. Libertad a cambio de jamás molestar a los Spellman o Ritz.

RED EYES | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora