Capitulo 20

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Narra Jasper:

Por fin podía ver a Leila a los ojos y notar que ella me miraba a ella, quería acercarme y rodearla en un abrazo, sin dejarla ir, pero no sabía cómo reaccionaría y tenía miedo a que me rechazara. No prestaba atención a lo que los demás hablaban, desde el momento en el que Leila había amenazado a Caliban me sentí tan orgulloso, sentía tantas emociones juntas, que no sabía como expresarse.

Sin pensarlo mucho, reuniendo todo el valor que no sabía que poseía, corrí a velocidad sobrenatural y la tomé por la cintura inclinándome a su altura para poder besarla, mostrándole cuanto la había extrañado y todo lo que sentía por ella.

Leila al principio no me siguió el beso y estaba a punto de separarme cuando ella pasó sus brazos por mi cuello para profundizar el beso, hasta que escuchamos un carraspeo de garganta el cual me hizo acordarme en donde y con quien nos encontrábamos.

-Perdón por interrumpir su emotivo reencuentro pero-Sabrina comenzó a hablar y se giró a Lilith-ahora, nos encontramos listos para llevar a Nick y Leila de regreso a Greendale "Sabrina" y Jessey Puckman, no lo olvides.

-Listo su alma está libre, volando a los cielos.

-Tienes que enseñarme a cómo hacer eso.

-Y muchas otras cosas si quieres sobrevivir, está puesta osada te compro tiempo, pero las tres sabemos que en verdad no quieres el trono de tu padre y ni los reyes ni el chico dorado, quieren que lo tengas, ellos te por el.

-Y yo decidiré si quiero defenderlo, pero no ahora. Ahora lo único que quiero es ir a casa, ¿puedo hacerlo?¿con mis amigos y con Nick, su lengua y  con Leila?

-Eres la reina puedes hacer lo que desees, suponiendo que tengas una forma de volver.

-La tengo, tengo una flor y las palabras mágicas.

Todos formamos un círculo, no quería dejar sola ni por un segundo a Leila, por lo que la tenía abrazada por la cintura, mientras que todos recitamos el hechizo para poder volver a Greendale. Después de repetir el hechizo por más de cinco veces, escuché los aplausos de una persona más el cambio de aroma en la atmósfera.

-Bienvenidos-nos recibió Dorian-y ¿Dónde diablos está mi flor?

Ros se la extendió mientras hablaba.

-Se aplastó un poco.

Sin más salimos del bar con camino a la academia donde dejaríamos a Nick en el calabozo, mientras que a Leila yo me la quería llevar a Forks, pero sabía que no me dejarían por lo que no sabía que abríamos con ella mientras tuviera al diablo dentro. Hasta ahora parecía seguir siendo ella, estaba un poco más distante conmigo, porque aunque yo no la soltara ella no me regresaba el abrazo ni siquiera tomaba mi mano y eso me iría.









Ya nos encontrábamos en uno de los calabozos de la academia, Leila se había quedado dormida mientras íbamos por lo que termine cargándola, cosa que no me molesto para nada.

Sabrina y todos me habían convencido que teníamos que mantener a Nick y Leila encerrados por si el diablo decidía volver a tomar el cuerpo de Leila o lograba escapar del de Nick, esto sería hasta que lográramos encontrar un mejor arquero té humano.

-No creen que alguien los pueda encontrar aquí abajo-mencionó Roa, mientras ambos cubríamos a nuestros compañeros, con una chamarra.

-Mis tías reabrieron la academia, pero nunca los calabozos.

-¿Qué pasa si escapan?

-Son cadenas forjadas con acero de Damasco, además está dentro de un círculo de sal, además de que prenderemos velas calmantes a su alrededor, todo el tiempo.

Sabrina dejó un casto beso en los labios de Nick, mientras que yo solo acariciaba su mejilla y dejaba un beso en su frente, para después incorporarme e ir al lado de los chicos.

Sabrina mantendría a Leila con un hechizo para dormir, para que esté más tranquila. Cerramos las puertas del calabozo.







RED EYES | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora